Ronald Araujo necesitaba un partido así. Tras varias temporadas marcadas por las lesiones y por un rendimiento irregular, el central uruguayo parece estar de vuelta en su mejor nivel. Ante el Real Oviedo, en un choque en el que el Barça sufrió más de la cuenta, Araujo se erigió como líder de la defensa y dio motivos de sobra para que Hansi Flick recupere su plena confianza en él.
Dudas disipadas
Las primeras semanas de temporada no habían sido sencillas para Araujo. Flick dudaba de su estado físico y de si podría sostener el ritmo exigente de un calendario cargado de partidos importantes. Sin embargo, su actuación en Oviedo despejó muchas incógnitas: firme en el uno contra uno, dominante en el juego aéreo y seguro en la salida de balón. Todo lo que se le pedía, lo cumplió con nota.
La gran consecuencia de su nivel es que Flick ya lo contempla como el socio perfecto para Pau Cubarsí en los partidos grandes. El joven central catalán ha demostrado tener una madurez impropia de su edad, pero necesita a su lado un referente que le aporte experiencia, liderazgo y contundencia. Araujo reúne esas condiciones y, de seguir así, la pareja puede convertirse en una de las más sólidas del fútbol europeo.
El técnico alemán, siempre claro en sus decisiones, ha visto en el uruguayo un cambio de actitud y de rendimiento que refuerza su apuesta. La vuelta de Araujo al once titular no solo es una buena noticia para el Barça a nivel deportivo, sino también un mensaje para el vestuario: quien trabaje y rinda tendrá su premio, sin importar jerarquías ni pasados recientes.
El papel de líder
Además, el uruguayo es uno de los capitanes y su presencia sobre el césped transmite seguridad a todo el equipo. Su carácter competitivo, su capacidad para ordenar la defensa y su espíritu de sacrificio lo convierten en un futbolista imprescindible. En un momento en el que Flick necesita referentes claros, Araujo vuelve a ofrecerse como ese pilar sobre el que construir el Barça.
Si las lesiones lo respetan, Araujo puede recuperar su condición de titular indiscutible y liderar la defensa en los partidos más importantes de la temporada. Flick ya lo tiene claro: con Cubarsí y Araujo en el eje de la zaga, el equipo gana solidez, carácter y confianza. El uruguayo ha cambiado la opinión del técnico y promete ser clave en la revolución del once azulgrana.