El gran rendimiento de Álex Márquez en esta temporada ha comenzado a despertar el interés de varias estructuras oficiales dentro del paddock de MotoGP. Está demostrando un pilotaje sólido y una creciente regularidad. Y su posición actual como segundo en el campeonato le ha convertido en uno de los grandes nombres del año. Pero eso tiene consecuencias.
A sus 29 años y en su sexta temporada en la categoría reina, Álex parece haber alcanzado la madurez competitiva que tanto se esperaba de él. En Honda logró sus primeros podios, pero también sufrió el declive técnico de la marca japonesa. Gresini Racing le brindó una nueva oportunidad. Y allí, con la poderosa Ducati Desmosedici, alternó luces y sombras. Hasta este año.

Álex Márquez se consolida como un candidato al título
Este curso, Márquez ha dado un salto de calidad notable. Ha conseguido resultados consistentes, ha estado regularmente en el top 5 y, sobre todo, ha dejado atrás la imagen de piloto irregular. Ya no es simplemente “el hermano de Marc”. Es, por méritos propios, una de las revelaciones de la temporada. No es casualidad que actualmente sea el segundo en la clasificación general. Sin Marc, Álex sería el principal favorito.
Este repunte no ha pasado desapercibido en el mercado de fichajes. Según fuentes cercanas al paddock, Álex Márquez tiene sobre la mesa dos ofertas formales para cambiar de equipo en 2026. La primera, y más consolidada, procede del Red Bull KTM Factory Team, que estaría dispuesto a hacerle hueco en su estructura principal si finalmente se confirma la salida de Pedro Acosta.
KTM y Yamaha siguen de cerca a Álex Márquez
Acosta, que ha mostrado públicamente su descontento con el rumbo del proyecto de KTM, podría abrir la puerta a Márquez. En Austria ven en Álex un perfil con experiencia, talento y un crecimiento en alza. Sería una apuesta segura para consolidar su bloque.
Pero no es la única opción. En los últimos días ha trascendido que también Yamaha ha mostrado interés en sus servicios. La marca japonesa atraviesa un proceso de reconstrucción, y con la marcha de Fabio Quartararo en el horizonte, buscan un piloto con experiencia, capacidad técnica y liderazgo dentro del box. Álex cumple todos esos requisitos.

Aunque su contrato con Gresini Racing aún está en vigor, el piloto de Cervera podría acogerse a una cláusula de salida si recibe una propuesta de una escudería oficial. Y tanto KTM como Yamaha encajan en ese perfil. Así las cosas, su continuidad en Ducati no está asegurada. Sobre todo si no recibe una promoción a un equipo de fábrica.
En este contexto, el futuro de Álex Márquez se presenta lleno de posibilidades. Tras años a la sombra, ha conseguido reivindicarse en la pista. Y ahora el mercado le ofrece el reconocimiento que tanto ha trabajado. El dilema es claro: apostar por la estabilidad de Gresini con una moto ganadora o dar el salto a una fábrica con mayor proyección a medio plazo con el riesgo de que no todo vaya tan bien.