El hecho de que el Inter de Milán dispute el próximo sábado la final de la Champions League provocó que su partido contra el Como y el Nápoles - Cagliari de la última jornada de la Serie A se disputaran el viernes pasado, en día laborable. El gran favorito era el Nápoles, que se aseguraba su cuarto Scudetto si sumaba los 3 puntos. La ciudad, y toda la Campania, se movilizó para la ocasión, hasta el punto de que se instalaron más de 50 pantallas gigantes para evitar que la plaza del Plebiscito colapsara.
Mientras, en Afragola, una ciudad situada al norte de Nápoles, Antonio Pannone, su alcalde, decidió agendar el pleno del ayuntamiento a la misma hora del partido, lo que generó una enorme polémica, ya que es de conocimiento público que Pannone es seguidor de la Juventus. Se dio por hecho, pues, que lo hizo expresamente, para perjudicar a los partidos de la oposición, que le habían pedido cambiar la hora del pleno.
Un pleno para boicotear la fiesta del Nápoles
Ante la negativa de Pannone, Gennaro Giustino, del partido de la oposición, no dudó en mostrar su enfado por la decisión, un discurso que no ha tardado en dar la vuelta al mundo. “Estamos aquí solo porque usted es juventino, pero nosotros tenemos una cita con la historia. No estamos aquí porque tengamos que aprobar un documento importante. A decir verdad, este pleno municipal ni siquiera debería haberse celebrado hoy. Ciertamente, no esperábamos sensibilidad por parte de un alcalde que es juventino. Y, para colmo, también de la Lega”, afirma Giustino mientras se quita el jersey para mostrar la camiseta del Nápoles.
“Nosotros tenemos hoy una cita con la historia, con el pueblo, con el sentimiento. Si nos permiten, pedimos que se suspenda el Pleno porque queremos ir a ver el partido. Yo, personalmente, abandono la sala. Luego veremos cómo acaba la historia. Nosotros, napolitanos de corazón, esperamos que la historia vaya en un determinado sentido. No espero de esta Administración, que tiene otros colores futbolísticos, que esté con nosotros, pero les ruego encarecidamente que respeten lo que se va a vivir en una intensa noche”, añadió.
Una celebración para la historia
Gennaro Giustino, pues, pudo ver in situ uno de los grandes momentos de la historia del Nápoles, que logró su 4º Scudetto al ganar por 2-0 al Cagliari con dos auténticos golazos, de McTominay y de Lukaku.
Las imágenes de las celebraciones, tanto del día del partido, con los miles de petardos y bengalas iluminando la noche napolitana, han dado la vuelta al mundo, como la locura vivida en la rúa de celebración, al lado del mar. Y es que en Nápoles el fútbol es una auténtica religión.