El ruido de las obras para levantar las gradas de la pista central del Real Club Tenis de Barcelona son la banda sonora del entrenamiento de Albert Ramos Viñolas (Mataró, 1988). El mejor tenista catalán, número 24 del ranking ATP, sigue su puesta a punto con la misma mentalidad que le convirtió el año pasado en la decimoséptima mejor raqueta del mundo: "No me estoy encontrando en mi mejor momento, pero creo que se tiene que relativizar todo un poco".

Ramos afronta su debut en el Open Banc Sabadell, una cita "muy especial", con una consigna clara: "El objetivo no es perder la final contra Nadal, sino jugar y ganar el torneo". Y lo hace después de caer en la segunda ronda del Masters 1000 de Montecarlo contra el alemán Philipp Kohlschreiber. "Si jugamos entre 25 y 30 campeonatos al año, lo más normal es perder 30 partidos", dice para darle valor al éxito en un deporte tan físico como mental.

Su discurso es agradecido en un deportista de élite: calmado, sereno, realista y sin estridencias. Sus palabras no ocupan titulares; su tenis, sí. "Pienso que lo que yo opine no es tan importante como para que la gente lo sepa", se defiende mientras evidencia un gran conocimiento del tenis después de once años como profesional: "Antes había más especialistas, ahora todo va más rápido".
 

Albert ramos 2 bengaged

¿Le reconforta verse en el número 24 del ranking del ATP?

En el tenis, al ser un deporte individual ordenado por un ranking, siempre estás pensando en intentar mejorar y en no perder posiciones. Es complicado que eso te reconforte, porque todo es tan intenso que simplemente me dedico al día a día y pocas veces me detengo a pensar. Hay momentos en que ves que si sumas subes, pero es lo mismo si estás en el 100 o en el 17.

No levanta la voz, huye de las polémicas... ¿Le ayuda eso a centrarse en el tenis?

No lo sé. Soy así y no lo hago porque quiera pasar desapercibido o estar más concentrado. Pienso que lo que yo opine no es tan importante como para que la gente lo sepa. Mis opiniones son mías, como cualquier persona normal. Intento no entrar en problemas innecesarios.

Usted tiene 30 años. ¿Se considera especial por haber entrado entre los mejores relativamente tarde?

Ya me hubiera gustado estar como ahora con 23 años, pero es lo que hay. Siempre he intentado hacer lo que he sabido y he dado el máximo. No creo que se me pueda retraer nada. Las cosas han ido así.

¿En qué dedica más tiempo de su entrenamiento?

Ahora estoy intentando coger ritmo y sensaciones. No siempre se juega bien, y menos en un entrenamiento. No me encuentro en mi mejor momento, pero creo que se tiene que relativizar todo un poco y estar tranquilo para seguir entrenando.

¿En qué cree que tiene margen de mejora?

Esta pretemporada pasada he entrenado muy fuerte y muy bien, pero de momento los resultados no han sido los esperados. A veces, cuando menos te lo esperas, las cosas salen. El deportista, cuando entrena mucho, espera resultados inmediatos...

¿Es la experiencia un valor añadido respecto a los tenistas más jóvenes?

Tiene la parte buena y la parte mala. La parte buena es que hay situaciones que las has vivido muchas veces. Tenemos que pensar que si jugamos entre 25 y 30 campeonatos al año lo más normal es perder 30 partidos. He ganado un campeonato en toda mi carrera, y las otras semanas siempre he acabado perdiendo. En esto se trata de perder lo más tarde posible. La parte mala es que hay una bolsa donde se acumulan las derrotas y se tiene que saber llevar.

Por eso es importante el trabajo mental...

Mucho. El psicólogo deportivo seguramente va muy bien, pero a mí nunca me ha interesado. Creo que mentalmente soy un jugador bastante luchador, perseverante... así que no lo considero un punto débil.

Come sin gluten. ¿Es eso un hándicap?

No, porque al final estás comiendo cosas que te sientan bien. El problema sería si no pudiera comer pasta ni arroz sin gluten. El día de partido nunca cambio la dieta e intento comer cero salsas. Tenemos la suerte de que la ATP es una organización profesionalizada y en los torneos siempre hay comida óptima para los deportistas.

El tenis cada vez es mes profesional...

La gente está más preparada a nivel de fuerza y resistencia. Todo va más rápido. Todos los jugadores pueden ser buenos en tierra, césped y pista rápida. Antes había más especialistas. La gente se está cuidando mucho más: alimentación, preparadores físicos y fisioterapeutas. Antes, con 30 años estabas retirado, y ahora todavía te quedan algunos más.

¿Cómo divide el éxito entre su equipo?

No tengo ni idea. Siempre es muy importante tener a un equipo en quien confíes y que quiere lo mejor para ti. Seguro que mi entrenador tiene mucha parte de éxito, pero no sé el número. Quizás con otro entrenador hubiera sido mejor o quizás no hubiera sido tenista. Lo que te puedo decir es que mi entrenador y mi equipo me han ayudado en todo lo que han podido. Les estoy muy agradecido.

¿Le supo mal no jugar los cuartos de la Copa Davis contra Alemana?

Sí, porque la primera ronda fue una gran experiencia. Me hacía ilusión, pero así funcionan las competiciones por equipos. Hay un capitán que tiene que decidir y en este caso solo me quedó aceptarlo.

¿Qué cambia entre jugar un torneo y una eliminatoria de la Davis?

La Davis es una competición por equipos y no solo juegas tu partido, sino que te desgastas con los otros. Además, cuando estás en la pista hay un entrenador, unos compañeros, un equipo técnico... Tiene algo más de atención de la gente. Después, quieras o no, no es lo mismo entrenar para un campeonato que hacerlo cuando te estás jugando el sitio, entre comillas. Te presionas más, sin querer, porque pasas más tiempo compitiendo.

¿Es el Open Banc Sabadell un torneo especial?

Sí, mucho. Hace muchos años que tengo la suerte de jugar aquí y es un torneo que me gusta mucho. Vivo cerca de las pistas y la gente me viene a ver: familia, amigos, conocidos del tenis catalán...

¿Recuerda todavía el partido contra Murray?

En Montecarlo le gané perdiendo 3-0 en el tercer set, y aquí perdí sacando con 5-4 para ganar el partido. Son cosas del tenis. Un partido que no tenía que ganar, lo gané. Y este, cuando estaba más cerca, lo perdí. No se me enciende la sangre.

¿Hay motivos para soñar con una final Nadal-Ramos?

No tengo ni idea. Ahora mismo tengo que volver a coger el nivel. El objetivo no es perder la final contra Nadal, sino jugar y ganar el torneo.

ELNACIONAL2

¿Tienen la sensación desde dentro del circuito de que la rivalidad Federer-Nadal es excepcional?

Sí, pero tengo la misma sensación con Djokovic. Ahora no está en su mejor nivel, pero es increíble.

Si pudiera construir el tenista perfecto, ¿qué escogería de cada uno?

El saque de Raonic, la derecha de Federer o Nadal, el revés de Djokovic, la volea de Federer, la movilidad de Djokovic o Murray y la mentalidad de Nadal.

¿Tiene algún objetivo marcado en el calendario?

No ha sido el mejor inicio de temporada, así que intentaremos recuperar el nivel poco a poco para que los resultados lleguen. Señalarme un torneo sería ponerme más presión; cada torneo es importante. Los puntos son iguales en todos lados y tengo que dedicarme a ganar los máximos posibles.

¿Cómo lleva eso de viajar por el mundo cada semana?

Es mi trabajo. Al final, hay momentos, pero siempre intento ver que es una suerte. Y lo veo más cuando estoy en casa.

¿Hasta cuándo se ve jugando?

No lo sé. El tenis te retira, más que tú te retiras del tenis.