¿"Te gustan las películas de terror"?, advertía la voz al otro lado del hilo telefónico, interrumpiendo las ganas de Casey de tirarse en el sofá para disfrutar de una peli de miedo mientras se zampa unas palomitas. Con Drew Barrymore cumpliendo todas y cada una de las normas del cine de terror más canónico, disfrazado de scream-queen de manual, aquellos once primeros minutos del climático prólogo de Scream: Vigila quién llama se convertirían en un referente inmediato para el futuro del género. 25 años después de aquel momento, con tres secuelas, la última de 2011, y una serie televisiva de tres temporadas, el universo Scream vuelve a los cines con su quinta entrega. Una puesta al día que quiere mantener las constantes de la franquicia y conectar con nuevos públicos. Os damos tres buenas razones para comprar la entrada y participar de la fiesta.

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Hacemos reverencias al clásico
Scream: el retorno del asesino en serie cinéfilo

Hija de la imaginación de Kevin Williamson, guionista, y del talento visionario del mítico Wes Craven, director, Scream: Vigila quién llama rompía convenciones mientras abrazaba los clásicos, gracias a una estructura que explotaba las mil y una posibilidades del metalenguaje autorreferencial: los asesinos enmascarados de la saga Scream imitan a los de otros slashers, siguiendo los pasos de Michael Myers y de Jason Voorhees. Y sus cinéfilos personajes conocen a la perfección cuáles son las reglas que marcan el cine de terror, para poner un ejemplo: no sobrevivirás si bebes alcohol, follas o tomas drogas. Al mismo tiempo, el espíritu juguetón de Wes Craven llevaba a sus personajes a hablar de antiguas películas suyas, como Pesadilla en Elm Street (si os fijáis, veréis a un conserje vestido como Freddy Krueger) o ajenas, como La noche de Halloween. Incluso había un cameo de Linda Blair, la inolvidable niña poseída de El exorcista.

Este insólito acercamiento trufado de humor e ironía, muy vinculado a la cultura pop, próximo a la parodia pero con el ritmo, la sangre y los sustos necesarios para mantener la tensión en los espectadores y no hacerles perder de vista que debajo el paraguas de la bromita habían venido a sufrir, fue el quid del éxito de una película que generó secuelas e imitaciones, poniéndose a la altura de los grandes iconos del género.

25 años después de aquella obra maestra, una década más tarde de la cuarta entrega de la saga, llega la quinta. "¿Te gustan las películas de terror"?, advertía la voz al lado del hilo telefónico, en aquella época en la que los teléfonos tenían hilo. Ahora, en una escena prácticamente calcada en la de aquel prólogo, una chica oye sonar este aparato anacrónico, por qué ¡diablos! tenemos este trasto en casa, mientras utiliza el whatsapp. Los tiempos y las costumbres comunicativas (¿qué adolescente habla hoy por teléfono?) han cambiado, pero los resultados de una llamada en el nuevo Scream, no podía ser de otra manera, serán similares: gritos, apuñalamientos, puro terror.

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El Universo Cinemático Woodsboro
Scream: el retorno del asesino en serie cinéfilo

Igual que Marvel tiene su propio universo donde confluyen héroes y supervillanos, la saga Scream juega con reglas propias y personajes de un entorno más pequeño pero bien reconocible: las calles de la ficticia ciudad californiana de Woodsboro, sus casas con jardín en barrios residenciales, una población que se conoce perfectamente, y unas nuevas generaciones que han crecido sabiendo que, años atrás, sus padres y sus vecinos vivieron bajo el miedo de aquellos crímenes seriales que sucedían cíclicamente a su alrededor.

Los hechos tenían siempre tres personajes como vértice: Sidney Prescott, una adolescente convertida en la víctima favorita de los diversos asesinos vestidos con túnica negra y una máscara fantasmal que recuerda una pintura de Munch, siempre superviviente, siempre marcada por el asesinato de su propia madre. Dewey Riley, el torpe y tontito pero simpático sheriff de Woodsboro. I Gale Weathers, una ambiciosa reportera sin muchos escrúpulos que, película a película, cada vez más empática con las víctimas y menos con el sensacionalismo, irá endulzando su carácter. Los tres, interpretados por Neve Campbell, David Arquette i Courteney Cox (la Monica Geller de Friends), han sido el eje central de la saga. Y, obviamente, vuelven en esta nueva entrega.

"Hola, Sidney... ¡es un honor!", le dice el nuevo Ghostface, con un cuchillo de dos palmos en la mano, en la heroína de las cuatro películas anteriores. Y es que la señorita Prescott se ha ganado a pulso la entrada en el top 3 de reinas del cine de terror (por a quien esto firma, a la altura de la Janet Leigh de Psicosis y de la Jamie Lee Curtis de La noche de Halloween). No olvidemos que, dentro de la apuesta metacinematográfica de la saga, los guiños incluyen que los diversos asesinos que han lucido la máscara blanca sientan una admiración casi reverencial por la capacidad de Sidney de no morir apuñalada, y se tomen el acabar con esta buena racha como el reto de su vida.

Dentro de este Universo Cinemático Woodsboro, las víctimas (y el misterioso nuevo asesino) potenciales del nuevo Scream son jóvenes relacionados con los psychokillers originales: hijos, sobrinos, familiares... Y al trío protagonista se añaden nombres bien conocidos gracias a varias series televisivas, como Dylan Minette (Por 13 razones), Jack Quaid (The Boys), Jasmin Savoy Brown (Yellowjackets) o Jenna Ortega (Jane the Virgin). Esta renovación de caras tiene que ver con el mismo espíritu de la franquicia, históricamente apostando por nuevos talentos como Neve Campbell, Skeet Ulrich, Hayden Panettiere o Emma Roberts. Pero también por el mismo intento de llegar a nuevas generaciones de espectadores y no sólo a los seguidores fieles, que también: "Estamos seguros de que probablemente nuestro público también estará formado por personas que no hayan visto los anteriores capítulos, y podemos asegurar que esta película también será accesible para ellos", explica el codirector Tyler Gillett.

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En buenas manos
Scream: el retorno del asesino en serie cinéfilo

Sin Kevin Williamson al guion, a pesar de que involucrado en este retorno en tareas de producción, y con el espíritu del traspasado Wes Craven bien presente, el nuevo filme apuesta por dos directores que ya han mostrado muy buen pulso combinando sustos y humor: Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett firmaron la estupenda Noche de bodas (2019): buscadla, os divertiréis. Y al guion cuentan con Guy Busick (que escribió la serie Castle Rock) y con James Vanderbilt (autor del libreto de la magistral Zodiac, de David Fincher). Todos ellos, fans confesos de los filmes previos, todos ellos comprometidos con el reto de mantener un ADN que ha dado magníficos resultados.

"Somos megafanáticos del trabajo de Wes, no sabéis hasta qué punto, porque es un icono del género, y también lo somos de esta franquicia. Uno de los secretos es que no había ningún miedo a tomar riesgos y entrar en territorios poco explorados. Ocupándonos de esta continuación, somos conscientes de que caminamos por la cuerda floja. Pero hemos tratado de ser respetuosos y de encontrar maneras de vincular una nueva historia con el legado que nos han dejado", afirma Tyler Gillett en una de las pocas entrevistas promocionales ofrecidas antes del estreno. "La presión podría haber estado paralizando, pero es que el guion es buenísimo", admite Matt Bettinelli-Olpin, que añade un referente extra más allá de los conocidos: "Cuando desarrollábamos el proyecto hablamos mucho, por una cuestión de tono, de las películas de Jordan Peele. Tanto Déjame salir como Nosotros tienen un estilo visual al que queríamos parecernos".

Y continúa: "Como admiradores profundos de los Scream originales, nos hemos esforzado por poblar esta película con un montón de guiños que nos parecían muy divertidos. Pero el guion que han escrito James y Guy era muy consciente de la necesidad de romper cualquier expectativa de los fans, con golpes de timón y tantos giros argumentales como fueran posibles. Una de las cosas que más nos fascinan de las películas de Scream es el fandom que hay alrededor. Ya desde el trailer hemos querido jugar con ellos y con cómo lo han analizado de una manera casi forense, para intentar desbriznar antes de tiempo quién es el asesino, y hemos añadido pistas falsas. Los spoilers son repugnantes y puedo decir que cualquier cosa que te parezca una pista dentro del trailer... seguramente no lo es". El secretismo es muy necesario en una saga tan juguetona, ahora quizás más que nunca, y, de hecho, durante el rodaje, circulaban varias versiones del guion, y los mismos actores no sabían si el suyo era el bueno o no. Así que aquí no explicaremos nada más que se nos pueda tirar en contra y nos haga recibir llamadas en el teléfono de casa...

Declaraciones recogidas de las publicaciones Entertainment Weekly, The Independent i Bloody Disgusting.