Las salas de conciertos del Estado han desplegado varias intervenciones artísticas en sus fachadas para denunciar la situación crítica del sector por el cierre por la Covid-19. Una cincuentena de salas catalanas ha modificado, física o digitalmente, sus persianas con las etiquetas #elultimoconcierto y #lultimconcert, donde consta la fecha de inauguración y el año 2020 acompañado de un interrogante como posible fecha de cierre. En el marco de esta iniciativa, las salas estatales "icónicas" se unirán en un concierto gratuito y en reproducción en línea el 18 de noviembre a las ocho de la noche, que "podría ser 'El último concierto'" que se podrá ver en la web www.elultimoconcierto.com.

Según ha informado a la Asociación de Salas de Conciertos de Catalunya (ASACC), esta iniciativa está impulsada en el ámbito estatal por la Plataforma de Salas de Conciertos, de la cual es integrante el ASACC, entre otros. Para la campaña, las salas han realizado la intervención de manera física, con pintura, carteles o vinilos y de otros de forma digital. Han participado la Sala Apolo, Razzmatazz, Luz de Gas, Meteoro, Tablao Cordobés, Sidecar, Bóveda y Salamandra, entre otros

La situación "más crítica y convulsa"

Desde el ASACC han lamentado que las salas de conciertos están viviendo, sin duda, la situación "más crítica, más convulsa e incierta" en el sector musical hasta el momento, ya que hace cerca de ocho meses que prácticamente el 100% de las salas permanecen cerradas a causa de la crisis sanitaria. "El sector de la música en directo es uno de los más perjudicados por esta situación y en, especial, las salas de conciertos", han destacado.

Según ha precisado la entidad, estos espacios cuentan con casi cinco mil trabajadores directos, la mayoría afectados por ERTE desde principios de marzo, un gran número de trabajadores intermitentes, autónomos y pymes que prestan servicio a la actividad y un extensísimo número de músicos, técnicos, sellos discográficos, fotógrafos, bookers, promotores y muchos más profesionales afectados en el cierre forzoso.

Durante estos meses se han cancelado cerca de 25.000 conciertos, y las pérdidas que acumularán las salas de conciertos hasta a final de año sumarán cerca de 120 millones de euros. "Las salas llevan soportando el endeudamiento durante demasiados meses, con la incertidumbre que la posible fecha de apertura genera en las empresas y sus trabajadores", han lamentado, al que se le suman los gastos fijos y la ausencia de ingresos, con insuficientes ayudas paliativas por parte de las administraciones públicas.

Situación "insostenible"

Las salas han alertado de que la situación es "insostenible" y si las administraciones no toman medidas de "gran importancia" en un plazo corto o inmediato, "es muy probable que la mayoría de las salas del país se enfrenten este 2020 a 'El Último Concierto'". Delante de eso, las salas han pedido con urgencia un plan de rescate o la hibernación de gastos fijos, para poder resistir y seguir ofreciendo música en directo cuando la situación sanitaria lo permita y el resto de los espacios culturales de pública concurrencia recupere su actividad.

Han alertado de que la desaparición de salas es una realidad causada por la pandemia, de hecho, actualmente, como mínimo 15 salas han cerrado las puertas definitivamente en diferentes localidades. "La inacción política, en cuanto al reconocimiento real de las salas como espacios culturales, parecen estar detrás de la ceguera ante el peligro de desaparición de espacios de base tanto frágiles como necesarios, que proporcionan el talento y la riqueza musical y cultural del país," han defendido.

Por último, el ASACC ha destacado: "Que la música cura es una certeza, actúa como nexo de la capacidad de disfrutar y relacionarse y enriquecerse social y culturalmente". No solamente es una necesidad que alivia y enriquece, sino que también "es un derecho esencial de la ciudadanía que tiene que ser garantizado y es un derecho que los profesionales de la cultura puedan trabajar".

 

La sala Apolo de Barcelona, con una pancarta crítica / ACN