Todo está a punto en el Liceu para que el 18 de octubre, a las 21h, los gitanos catalanes suban a su escenario a presentar la rumba con todos los honores en el espectáculo "Petitet y su rumba sinfónica". Es una iniciativa de Joan Ximénez Valentí, Petitet,un gitano de la barcelonesa calle de la Cera que ha pasado los últimos años organizando este concierto, que era una promesa a su madre antes de que esta falleciera. 27 músicos, la Orquesta Sinfónica de Rumba del Raval creada por el propio Petitet, actuará en el Liceu, y en la parte final de su actuación estará acompañada de 44 músicos de la Orquestra Simfònica del Gran Teatredel Liceu. Además, los rumberos de la calle, que llevarán la frescura y la idiosincracia del barrio al escenario, contarán con colaboraciones musicales de grandes músicos, desde Chicuelo hasta Lucrecia.

FotosPrensa pequeñín

El Liceu se gira hacia el barrio

El Liceu, tradicionalmente situado a espaldas de su barrio, se ha involucrado en esta iniciativa, a partir del reconocimiento que la rumba catalana se ha desarrollado en el Raval, a poca distancia del teatro y que hacía falta un reconocimiento a la rica vida musical del barrio. Pero sin duda el determinante de la programación de este concierto ha sido la personalidad acaparadora de Petitet, que ha sido capaz de convencer en muchos rumberos de diferentes comunidades gitanas de Catalunya, a la dirección del Liceu, a los músicos de la Orquesta... Petitot (1962) lleva la música en la sangre: es hijo de Ramón el Huesos, mítico palmero de la banda de Peret. Desde los 15 años ha estado vinculado al mundo de la música: ha tocado con músicos como el Gato Pérez, Lolita o Serrat, y ha formado parte de diferentes grupos, como los Tobago o Rumbeat. Además, ha sido uno de los líderes de la comunidad gitana del Portal (en el barrio de Sant Antoni). Ha organizado todo este lío (como él mismo lo define) pese a sufrir una enfermedad, la miastenia gravis, que le ha restado muchísimas fuerzas y que le dejó tirado en una cama seis meses. Todavía va con gafas negras, porque la luz le provoca muchas molestias ("no para estar guapo, porque  yo ya soy muy guapo", afirma"). Él, que se proclama "persona muy creyente", asegura que es Dios mismo quien le ha facilitado hacer realidad sus ilusiones.

La apuesta más arriesgada

En realidad, desde la organización del Liceo se advierte que se trata de un "concierto que se sabe como empieza pero no como acaba". Nacho López, coordinador musical de la iniciativa, advierte que es un reto colosal, "como la Sagrada Familia". La gran dificultad es combinar la emoción de la rumba de los gitanos de la calle, que sale al momento sin planificación, "com el foc", y que siempre es diferente, con el talento de los músicos profesionales que pasan mucho tiempo entrenándose y que acostumbran a trabajar de forma muy planificada. Han hecho falta muchos ensayos para ponerlos en sintonía, en un proyecto que Nacho López ha afirmado que ha sido "muy enriquecedor" y "muy ilusionador".

Rumba enriquecida

En el Liceo habrá palmas, bongos, congas, guitarras y voces, como corresponde a un buen recital de rumba, pero además se añadirá un cuarteto de cuerda y un cuarteto de metal, un piano... Muchos de los 27 músicos de rumba son músicos "de la calle", no profesionales, porque Petitot ha asegurado que quería "gente que tocara con el corazón, que sintiera la música". La gran preocupación de Petitet es mantener todo el sonido genuino de la rumba y jugar al máximo de sus posibilidades. El repertorio empezará con la rumba de calle, que evolucionará cada vez más hacia la rumba sinfónica. Y se avisa de que habrá muchos músicos que se han añadido a esta iniciativa y que en el concierto "habrá sorpresas".

Los temas

Entre los temas previstos, que tocara la Orquestra Simfònica de Rumba del Raval figuran "Una lágrima", "Gitano fino", "Homenaje al Gato", "El muerto vivo" y, obviamente, "Rumba pa'ti". Con la Orquestra Simfònica del Liceu, los rumberos tienen previstos 7 temas, que incluyen "Pensando en ti", "La bien pagá", "Sarandonga" y "Gitana hechicera".

La película

El proceso de preparación del concierto ha sido seguido paso a paso por el cineasta Carles Bosch (nominado al Oscar al mejor documental por Balseros en 2004). Bosch tiene la intención de rodar un documental sobre la preparación y el mismo concierto: Pequeñín. Rumba pa'ti. Un proyecto que Carles Bosch ha definido como "complicado", porque no se podrá cerrar hasta que se haya producido el concierto. El gran acontecimiento del 17 de octubre se gravará con la máxima calidad, con diez cámaras, aunque no se reproducirá íntegro en el documental. Carles Bosch asegura que la película se estrenará en 2018. Y Petitet afirma que todo eso saldrá bien, "porque cuando los gitanos prometemos una cosa, la hacemos".