El año 1976, al inicio de la transición, el cineasta Pere Portabella lanzaba en las pantallas una película que se convirtió en objeto de culto: Informe general sobre algunas cuestiones de interés para una proyección pública. Portabella, vinculado al eurocomunista Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), creía que el cine debía usarse como herramienta política, y aquel Informe general era un intento de dar un empuje a la transición. Ahora, estrena un nuevo documental, que enlaza con el anterior: Informe general II. El nuevo rapto de Europa. El director catalán cree que, de nuevo, se está viviendo un momento histórico, y apuesta otra vez por el cine como instrumento de transformación social.

Cerrar un proceso para abrir otro

Portabella considera que el ciclo iniciado ahora hace 40 años está agotado. La crisis, para él, no sólo es económica, sino también política, social, ecológica, de modelos... Por eso, el director, en Informe general II, aborda el 15-M, el proceso soberanista, los problemas ecológicos, el paro, la burbuja inmobiliaria, los desafíos científicos, la introducción de las nuevas tecnologías...Pero Portabella constató que no sólo los viejos modelos cambian, sino también la forma de oponerse a ellos. El interés de Portabella se centra, en buena parte, en las nuevas formas de movilización usadas para cambiar la sociedad.

portabella2bis

Los protagonistas

El documental de Portabella se basa en los diálogos con nuevos actores decisivos para el futuro de España. Y para interpretar la realidad recurre, por una parte, a los nuevos protagonistas de la vida política, y a gente del mundo de la cultura y el arte, pero también refleja la opinión de los científicos. Entre los nombres más populares presentes en este documental figuran Muriel Casals, Carme Forcadell, Quim Arrufat, David Fernández, Ada Colau, Antonio Negri, Iñigo Errejón, Pablo Iglesias...

De la transición a la mutación

A pesar de los paralelismos entre los dos Informes, Portabella asegura que el momento actual tiene poco que ver con el de la transición. De hecho, asegura que el mundo actual no está en transición, sino en mutación. Para él, lo más importante de esta mutación es que los ciudadanos toman la palabra y que salen a la calle con un nuevo modelo de protesta, más propio de la performance que de la manifestación clásica. Portabella está convencido de que la característica básica de los nuevos tiempos el empoderamiento de la población, que toma la palabra para reclamar más ética y más preocupación por el bien común. Por eso, la gente de la calle es, en realidad, la gran protagonista de este documental.

La independencia, también, pero no sólo

Pere Portabella retrata con detalle el proceso catalán, que considera uno de los movimientos con más potencial transformador de los últimos años. En el Informe General II, Portabella da la palabra a algunos de los actores del movimiento soberanista. En realidad, Portabella participó en la Vía Catalana, la cadena humana por la independencia de 2013, situado al lado de Lluís Llach y Carles Santos, y en el documental aparece esta escena. Pero el director deja bien claro que no es suficiente avanzar hacia la soberanía, sino que hay que dar pasos adelante en todos los aspectos de la sociedad.

Diálogos, imágenes, miradas

El Informe general II tiene su punto más original en la grabación de diálogos entre diferentes actores de la sociedad actual, pero estas escenas se combinan con fragmentos de vídeos de las movilizaciones sociales más importantes de los últimos años. Pero en este caso Portabella no sólo usa grabaciones propias, sino que recurre a imágenes tomadas con teléfonos móviles, a fragmentos de noticiarios... Y renuncia a los subtítulos y a la voz en off... Portabella, como en películas anteriores, rechaza usar las técnicas habituales de los reportajes cinematográficos. Deja que las imágenes, y los personajes, hablen por sí mismos... Una visión polifónica, como polifónico es el mundo que pretende retratar.

Una larga carrera vinculada al cine

En 1959 Pere Portabella produjo Los golfos, de Carlos Saura. Al poco tiempo le seguiría El cochecito, de Marco Ferreri, y más tarde Viridiana, de Luis Buñuel. Iniciaba una sólida carrera en el mundo del cine. En 1967 se pasó a la dirección, con No compteu amb els dits, con la colaboración de Joan Brossa. Como director, se ha responsabilizado de una docena de largometrajes y una quincena de cortometrajes, todos ellos caracterizados por su espíritu rupturista. Con una visión del mundo muy personal, no se ha encuadrado en ninguna de las grandes escuelas cinematográficas. Acumula galardones, como la Creu de Sant Jordi (1999) o el Premi Nacional de Cinema (2009).

La película más real de Pere Portabella

Pere Portabella organizó el retorno de Tarradellas a Cataluña, una de las ceremonias políticas más multitudinarias y más significativas de nuestro país en el siglo XX. Y lo hizo con pleno sentido cinematográfico: el recibimiento en el aeropuerto, Tarradellas en un coche descapotable, la plaza Sant Jaume con una iluminación de anuncio, las calles llenas a reventar... Un recorrido de escenario que acabó, gloriosamente, con el "Ja sóc aquí" en el balcón del palacio de la Generalitat. Durante todo el tramo, al lado de Tarradellas, su maestro de ceremonias: Pere Portabella.

Portabella, que había sido miembro de la Asamblea de Cataluña, dejó durante unos años el cine para dedicarse a la política. Fue diputado en el Parlament de Catalunya, como independiente dentro de las listas del PSUC, e incluso llegó a senador. Pero posteriormente abandonó la política activa.

El suquet con glamour

Cada verano, durante muchos años, Pere Portabella organizaba un suquet de pescado en su residencia de Llofriu, en el Baix Empordà. Empezó como un encuentro de amigos, en su mayoría simpatizantes del partido comunista, el PSUC. El acontecimiento se fue ampliando, y acabó convirtiéndose en una cita anual donde se reunía la élite cultural catalana, pero también destacadas personalidades del mundo de la política, la empresa, los medios de comunicación... En mangas de camisa, el cuerpo bien bronceado y con dosis generosas de buenos alcoholes, el "suquet de Portabella" era una cita obligada para la jet set catalana. A finales de los 1990, con la muerte del cocinero Josep Ametller i Coll, "Pitu", los encuentros en casa de Portabella se dejaron de celebrar.

La caída de todo un mundo

Dicen que en los suquets, en el clima relajado de la comida, se cerraron todo tipo de acuerdos. Entre los asistentes no faltaban algunos de los héroes del primer Informe General. Hoy, algunos de los participantes en los famosos suquets pasan por los tribunales. Y los partidos e instituciones que representaban están, en muchos casos, desprestigiados.

Portabella no renuncia a la transición, pero asegura que los cambios que se hicieron en aquel momento, que sirvieron para estabilizar el país, tendrían que haber abierto el paso a nuevos cambios: una nueva Constitución, una nueva estructura territorial, un nuevo sistema de partidos... Eso no sucedió. Según el cineasta, ante el inmovilismo del sistema, los ciudadanos han tomado del protagonismo. Y Portabella ha decidido darles la voz y llevarlos al cine.

 

Imágenes: Fotogramas de Informe General.