Joan Ximénez Valentí, Petitet, es un gitano de Portal (de la calle de la Cera), que había sido palmero de Peret. Ahora, a pesar de sufrir una grave enfermedad, se ha enredado en un proyecto muy complejo: llevar la rumba al Liceu, para que los músicos de rumba toquen con una orquesta sinfónica y la gente conozca qué es la rumba de verdad. El cineasta Carles Bosch, nominado al Oscar por Balseros, se ha animado a grabar toda esta aventura para transformarla en un documental. Hablan con El Nacional en el bar O'Barazal del Paral·lel, que también llaman "la oficina", el lugar donde Petitet se suele reunir con los músicos, y donde se han rodado muchas escenas de la película.

 

Su obsesión, desde hace unos años, es llevar la rumba al Liceu. ¿Por qué?

Petitet: Yo siempre explicaba a mi madre todo lo que quería hacer, y una de las cosas que me hacía mucha ilusión era llevar la rumba a un gran teatro, para que la tocaran con una orquesta sinfónica. Mi madre siempre me decía que tenía que hacerlo. Estaba convencida de que lo haría, pero yo le decía que no podía hacerlo todavía, porque no estaba bien preparado. Pero ella no estuvo a tiempo de verlo, porque se murió antes. Yo, a mi madre, cuando se murió, le dije: "Te prometo que todo lo que a ti te gustaba, lo haré. Llegaré a un teatro, y lograré que una sinfónica enseñe lo que es la rumba catalana". Eso es una cosa que no se había hecho nunca.

Cuando empecé, hace cinco años, no tenía nada. Una idea. Mi cabeza y la ayuda de Dios

carles bosch y pequeñín

¿Con qué medios contaba para hacer realidad su proyecto?

P.: Cuando empecé, hace cinco años, no tenía nada. Una idea. Mi cabeza y la ayuda de Dios. Nada más. Pero hay mucha gente que me ha ayudado. Estoy muy orgulloso de toda la gente que yo tengo, que toda es gente buena, gente de corazón. Gracias a Dios lo he podido hacer. Cuesta hacer algunas cosas, pero cuando están realizadas, es muy guapo verlas.

¿Cómo lo hace alguien para proponer un espectáculo de rumba en el Liceu? ¿Va a las Rambles y pide para hablar con el director?

P.: Yo soy muy creyente, una persona muy creyente de Dios. Y yo siempre he hablado mucho con Dios. Dios, a quien no conozco, pero que amo mucho, me ha abierto las puertas del Liceu. Ha sido cosa de Dios. Todo el mundo con quien hablaba me abría las puertas. Todo el mundo me decía que sí, y yo decía: "Gracias, Dios mío". Parecía que estaban hipnotizados. Todo ha sido fácil...

¿No ha tenido problemas?

P.: La principal dificultad ha sido la enfermedad, que me ha obligado a parar. Cogí una miastenia gravis, la enfermedad que tenía el Onassis. No sabían qué tenía, porque es una enfermedad que no se conoce. Pierdes masa muscular, te cuesta hablar, te da mucho cansancio... He tenido que estar ingresado varias veces. No sabían qué tenía, porque es una enfermedad que no se conoce. Pero gracias a Dios estoy aquí, estoy andando, y soy el tío más guapo del mundo.

Con la rumba no podrán estarse quietos, en el Liceu...

Para alguien que viene del Raval, el Liceu debe de ser un gran reto...

P.: Mi idea era llevar la rumba a un gran teatro, pero pensaba que fuera el Liceu. Al final ha sido el Gran Teatre del Liceu, y para mí eso ha sido el máximo. Estoy muy contento de que nos haya abierto las puertas. Y abriremos las puertas con un precio simbólico, que se vea lleno... Que lo pueda saber todo el mundo, lo que es la rumba. No podrán estarse quietos, en el Liceu...

¿Ya está todo a punto para el concierto?

P.: Ya tenemos fecha. Será el 17 de octubre. Espero cumplir mi promesa y que la gente pueda ver lo que es la rumba catalana. Actuará mucha gente, porque yo he trabajado con mucha gente en mi vida, y quiero que estén con nosotros en el Liceu: Joan Albert Amargós, Kiflus, Chicuelo, Son como Son, Lucrecia... Y he conseguido juntar a los gitanos de tres partes: los de la calle de la Cera, los de plaza de Espanya y los de Gràcia. Mi madre era de plaza de Espanya y se casó con un gitano de la calle de la Cera, por eso me hace mucha ilusión.

¿El repertorio está fijado?

P.: El programa ya está todo pensado. Estarán los temas que hacía el Peret con mi padre, como "Una lágrima cayó en la arena", en una versión muy peculiar... También tocaremos "Gitanitos y morenos", del Gato Pérez. Y un tema maravilloso, "Pensant en tu", de Peret. Habrá una mezcla, con un poco de todo. Y anuncio grandes sorpresas. Que no se lo pierda nadie.

Yo soy de la calle de la Cera y quiero hacer lo nuestro, la rumba catalana

¿La previsión es tocar pura rumba o fusión?

P.: Yo quiero que se vea la verdad, que se vea qué es la rumba catalana. Cuando mi padre, Ramon el Huesos, empezó a tocar con Peret, aquello era rumba de verdad. Pero la juventud de ahora toca básicamente salsa, son salseros, y para hacer salsa que se vayan a Cuba. Yo soy de la calle de la Cera y quiero hacer lo nuestro, la rumba catalana. La rumba son palmas, una guitarra y unos coros potentes. Y punto. Ha decaído mucho la rumba... Está en la UVI, ahora.

¿Qué es lo que decide a un director de cine a implicarse en este proyecto?

Carles Bosch: Yo había visto tocar a Petitet con el Gato Pérez y con otro percusionista mítico, Tarragona. Petitet me llamó hace un año y pico, cuándo hacía mucho tiempo que no nos veíamos... Me explicó que un grupo de periodistas, SomAtents, lo había estado grabando en un cortometraje.. Vi el documental y me di cuenta de que el tema me interesaba. Y convencí a los jóvenes que habían hecho el corto de sacar adelante un largometraje. Los incorporé al equipo como coguionista y como directora de fotografía.

¿La clave del documental está en la figura de Petitet?

C.B.: Petitet, sin su capacidad de seducción, no habría convencido a los 23 músicos, y tampoco al Liceu. Y probablemente a mí tampoco. La verdad es que hacía tiempo que no encontraba un tema que me tirara bastante. Y de repente me di cuenta de que Petitet era un personaje excepcional. Es como si hubiera un personaje en busca de autor.

Lo que puede pasar en estos meses, nosotros no lo sabemos, y Petitet, tampoco

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¿Cómo está el documental? Parece ser que hay partes ya grabadas...

C.B.: Llevamos un año y pico de trabajo. Es una película cronológica, que parte del deseo del protagonista y muestra cómo evoluciona su realización. La película empieza con el momento de la muerte de la madre de Petitet y a partir de aquí va avanzando, aunque no quiere ser una biografía de Petitet. Y ahora ya nos estamos acercando al final, porque el final es el Liceu. Lo que puede pasar en estos meses, nosotros no lo sabemos, y Petitet, tampoco. Podremos ver cómo se ensaya la rumba con la Sinfónica del Liceu. Y quizás será un caos, o quizás será magnífico. Lo que pase a partir de ahora puede modificar mucho aquello que hemos hecho hasta ahora. Tengo parte de la película montada, pero igual toca rehacerla.

Para financiar la película han recurrido a un Verkami. ¿En qué punto está?

C.B.: Llevamos recogidos 22.000 euros de los 30.000 que pretendíamos reunir. Y nos queda hasta el día 14. Yo nunca había hecho una cosa así. Pero es durísimo. Pasas por momentos de euforia, por bajones.. Con este dinero sólo podemos cubrir el tema de la compra de las canciones. El trabajo que hacen los miembros del equipo quizás no lo cobraremos nunca. Y yo he tenido que poner mucho dinero...

La fachada pinta muy bien, somos potencia mundial del cine documental, pero hay unas carencias brutales

Una película suya fue nominada a los Oscar: Balseros. Ahora, para hacer Petitet, habéis lanzado un Verkami. ¿Tan mal está la situación del cine catalán?

C.B.: Ha habido un boom del cine documental, en buena parte por el papel de las universidades, y por el programa 30 minuts. Se hacen buenas películas documentales, pero a menudo hay grandes dificultades. La fachada pinta muy bien, somos potencia mundial del cine documental, pero hay unas carencias brutales. La situación para mí es dura, pero lo es mucho más para algunos de mis colegas.

Cuando está acercándose al fin del proyecto, ¿cómo ve la película?

C.B.: Hacer una película es como una sierra. Tienes momentos de subida y de bajada. A veces te estás preguntando qué estás haciendo. Pero la película avanza: tenemos la rumba, tenemos un buen personaje, tenemos un proyecto sólido...