Oneohtrix Point Never es una de las figuras más fascinantes de la electrónica actual. Un soñador de sonidos capaz de transportarnos a parajes únicos a través de sus creaciones, puzzles polifónicos vanguardistas de belleza vaporosa. Reciclador futurista, mago del sampleado y orfebre de las producciones MIDI; el norteamericano Daniel Lopatin (genio reclamado por compañeros gremiales como The Weeknd, del que ha sido el productor ejecutivo de su aclamado Dawn FM: su remezcla del Save Your Tears es pura hipnosis) es uno de los principales atractivos de la primera jornada del festival Sónar 2023, donde presentará su espectáculo Rebuilds, viaje a través de la reformulación de lo mejor de su repertorio pretérito. Contactamos con él en su estudio de Brooklyn antes de recalar la tarde de este jueves en el SonarHall.      

¿Recuerdas la primera vez que supiste que había un festival de música electrónica en Barcelona llamado Sónar?
Supongo que probablemente fue hace mucho tiempo. Ya entonces estaba totalmente focalizado en la música electrónica y el Sónar es un festival a la vanguardia de la música electrónica. El Sónar siempre ha sido impresionante en su enfoque. Siempre lo he considerado un festival sofisticado. Avanzado y sofisticado. 

Un festival hecho a tu medida.
Mi primer Sónar fue un poco diferente, actuando en un auditorio, con el público sentado. Pero fue increíble. Aunque si lo pienso bien, esa no fue en realidad mi primera actuación en el Sónar. No en el de Barcelona. Creo que anteriormente ya había actuado en alguna de sus ediciones internacionales. Sea como sea, siempre es una experiencia fantástica, porque reúne el tipo de público que deseas tener en un festival. Gente que viene a escucharte. No son transeúntes, sino que vienen a verte. Vienen a divertirse, pero también a prestar atención a lo que estás proponiendo. 

El Sónar reúne el tipo de público que deseas tener en un festival. Gente que viene a escucharte

Vienes del jazz y del noise, ¿cómo te adentraste en la música electrónica?
Vengo de muchas cosas diferentes, pero supongo que mi primer contacto con la música electrónica fue a través de la radio universitaria. Hay una universidad en Boston llamada Emerson. Tenían una emisora increíble con un programa que se emitía muy tarde, a media noche, pero donde pinchaban trance y drum and bass. Estilos muy populares en ese momento, los años noventa. Me quedaba toda la noche despierto escuchando aquel programa. 

La radio universitaria en Estados Unidos siempre ha sido muy importante a la hora de descubrir géneros y artistas innovadores.
Para mí fue una gran fuente de educación musical. Fue mi forma de exponerme a una música que de otro modo sería muy difícil encontrar en los medios convencionales. Era una vía instantánea y aventurera de exponerte a ciertos estilos de música que no sonaban en ningún otro lado. Siempre tenía una grabadora de casete lista para grabar aquello que me gustaba. Era precioso. Y emocionante y misterioso.

Y te metiste de pleno en la música electrónica.
En realidad ya hacía años que venía experimentando con la electrónica. Cuando iba al instituto me compré un viejo sintetizador Rolland de segunda mano en una tienda de guitarras. Recuerdo la primera vez que me senté delante de aquel aparato. Empecé a tocar el tema Return to Forever, y a probar cosas, ritmos, sonidos. Fue muy mágico y alucinante. Ese fue el inicio de mi interés por la plasticidad del sonido. Pero solo estaba empezando. No empecé a hacer nada interesante hasta unos años más tarde, en la universidad. Tenía diversos sintetizadores y un editor de audio en el ordenador con diversas funciones, que me permitían jugar con las ondas de sonido: cortarlas, desplazarlas y editarlas de formas divertidas. Veinte años después sigo haciendo lo mismo.

El niño sigue vivo. Nunca se ha ido. Mantengo la misma emoción

Sigues siendo el crío que compró un viejo sintetizador en una tienda de guitarras.
El niño sigue vivo. Nunca se ha ido. Mantengo la misma emoción. Cada día me siento en el estudio y me pregunto qué puedo hacer, cómo puedo tomar este o ese sonido y transformarlo en algo nuevo. Sin esa emoción llegaría el desencanto. Definitivamente, no hay mucha diferencia en la manera que trabajaba en mis inicios a cómo lo hago ahora. 

¿De dónde surgen las ideas?
Hay una parte de mí a la que simplemente le gusta sentarse al piano y trabajar a partir de una melodía. Como también hay una parte de mí a la que le gusta sentarse frente a al ordenador y empezar a trabajar a partir de un sonido o una textura. Todo depende de mi estado de ánimo. No tengo una rutina de trabajo, y si la tuviera la definiría como la búsqueda de cosas emocionantes, ya sea al piano o frente al ordenador. 

oneohtrix point never 1517399101.5.2560x1440
Oneohtrix Point Never y el niño que sigue ilusionado con su sintetizador

¿Ese es el mejor momento de todos: cuando estás al piano o con el ordenador y surge una idea excitante?
El mejor momento es cuando la música hace que me pierda y dejo de ser yo. Cuando todo fluye. Aunque para que fluya, primero debes ser práctico. No vas a componer nada a menos que marques ciertos tiempos, vayas al estudio a trabajar, te sientes allí, te tomes el primer café del día y empieces a jugar. Jugar es divertido, pero no es el mejor momento. Lo mejor es cuando todas aquellas ideas, todo aquel trabajo previo, fluye. De la misma manera que si no consigues llegar a ese estado, el proceso puede ser muy frustrante. Cuando eso pasa, preferiría estar viendo una película o leyendo un libro. 

¿En qué momento del proceso sabes que una idea es buena?
Cuando suena genial (ríe). Eso es. Supongo que cuando, por algún motivo que aún se me escapa, aquella idea acaba por sonar genial y hermosa. Si no llego a ese momento, abandono las ideas. 

¿Hay muchas ideas abandonadas en tu papelera de reciclaje?
Muchas más de las ideas buenas que han acabado siendo publicadas. Al final, tan solo aparecen de 10 a 15 ideas buenas cada dos años. Que son las que acaban dando vida a un disco. No hay más. Nunca me fuerzo a acabar algo que no me gusta. Si no funciona lo dejo morir. 

Justamente creo que estás trabajando en un disco nuevo.
Sí. Saldrá este año, aunque no sé exactamente cuando. Ya tengo toda la música terminada y ahora se trata de pensar en la presentación de esta nueva música. Me encanta esa parte del proceso, la del diseño de los discos y todo eso. 

Mi percepción del arte cambia a medida que envejezco y una pieza musical o una película que amo mucho puede adquirir muchos significados diferentes en diferentes momentos de mi vida

¿Presentarás alguno de tus nuevos temas en el Sónar?
No tocaré nada del disco nuevo hasta que lo publique. Lo que escucharéis en el Sónar es mi espectáculo Rebuilds, con el que estoy reformulando mi viejo repertorio. Quiero aprovechar cada oportunidad que tenga antes de que salga el nuevo disco para continuar compartiendo esas piezas. De hecho, seguir tocando algunos de esos temas y pasar por el proceso técnico de reconstruir y revisar todas esas piezas, ha influenciado en el sonido del nuevo disco, que diría que está mucho más relacionado con la electrónica pura.

¿Ahora que has reformulado y replanteado tus viejas creaciones: la música es un ser vivo que sigue su propia evolución ajena a la de su creador? 
Mi percepción del arte cambia a medida que envejezco y una pieza musical o una película que amo mucho puede adquirir muchos significados diferentes en diferentes momentos de mi vida. Sería un poco presuntuoso decir que no tiene algo de vida propia. Tiene como una vitalidad propia. Sí, creo que tiene vida propia de alguna manera extraña, incluso espeluznante.