El famoso dibujante de cómics catalán Francisco Ibáñez, conocido especialmente por ser el creador de Mortadelo y Filemón, ha muerto este sábado a los 87 años en Barcelona, según ha informado la editorial Penguin Random House. "Despedimos a la figura más importante del cómic español, que nos deja el enorme legado de su lucidez, sentido del humor y más de 50.000 páginas con personajes memorables que han hecho felices a un gran número de lectores", ha dicho la editorial, que también ha informado de que el próximo lunes a las 12:30 horas se realizará una ceremonia "abierta al público" en el Tanatorio de Sancho de Ávila de Barcelona.

Ibáñez nació en Barcelona en marzo de 1936, pocos meses antes del estallido de la Guerra Civil Española. Empezó a trabajar muy joven en trabajos que siempre compaginaba con colaboraciones en revistas. A los 21 años decidió dedicarse al cómic a tiempo completo. Así, en 1957 empezó a colaborar con la Editorial Bruguera, junto a historietistas de renombre de la época.

Vinyeta Mortadelo y Filemón Francisco Ibáñez
Fragmentos de los cómics Mortadelo el Horrendo (1983) i 'El cacao espacial' (1984) de Mortadelo y filemón / Francisco Ibáñez

Primero se limitaba a publicar chistes, hasta que un año más tarde publicó su primera tira cómica en la revista Pulgarcito. Había nacido la querida pareja de detectives privados, Mortadelo y Filemón, que se convertirían en sus personajes estrella. En la década siguiente Ibáñez creó todo un universo de series como 'La familia Trapisonda, un grupito que es la monda', '13, rue del Percebe', 'El botones Sacarino', 'El doctor Esparadrapo y su ayudante Gazapo', 'Rompetechos', 'Doña Pura y Doña Pera, vecinas de la escalera', o 'Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio' Estas se publicaron en revistas de la misma editorial como El DDT o Tío Vivo

Sin embargo, el éxito de los detectives de la organización secreta T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) fue inigualable a cualquier otro personaje. Mortadelo y Filemón pasaron a protagonizar historias largas a partir de los años 70 con la publicación de álbumes de aventuras. El primero fue El sulfato atómico, en 1969 y le seguirían un total de 219 publicaciones más en las siguientes décadas. Los personajes incluso llegaron a adaptarse en dibujos animados y en una película con personas reales en el 2003.

Su trabajo ha sido reconocido con múltiples galardones. En 1994 recibió el Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona y en 2002 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Más recientemente, a Catalunya se le otorgó la Cruz de Sant Jordi en el 2021. Pero Ibáñez no solo logró enganchar con sus historias al público de España, sino que llegó a la esfera internacional, por lo que es considerado como el humorista gráfico más prolífico del país