Coralina Colom i Canillas, actriz e histórica profesora de voz del Institut del Teatre, ha muerto a los 89 años, según han confirmado este domingo fuentes de su entorno. Nacida en Barcelona en enero de 1936, Colom inició su trayectoria artística de bien joven: con solo quince años, y apresto por su padre, ingresó en el Institut del Teatre, donde empezaría una relación vital con la escena y con la docencia. Su debut teatral llegó en 1954 con La marquesa Rosalinda, de Valle-Inclán, en la Cúpula del Teatre Coliseum. Desde entonces, su nombre ha quedado ligado de manera indisociable a la formación actoral en Catalunya. Durante más de tres décadas fue una figura fundamental en el departamento de voz del Institut, donde formó a generaciones enteras de actores y actrices que, todavía hoy, la recuerdan y la citan como una referencia indispensable en sus caminos profesionales.

Antes de dedicarse plenamente a la docencia, Colom desarrolló una intensa trayectoria como actriz de teatro durante las décadas de los años cincuenta y sesenta. Formó parte de compañías de gran relevancia, como las de Mario Cabré, Alejandro Ulloa y Joan Capri, consolidándose como una de las presencias escénicas destacadas del momento. El verano de 1956, formó parte de la Companyia de Teatre Ciutat Comtal, que actuó dentro de la programación del Teatre Grec de Montjuïc bajo la dirección de Dolly Latz. Su última aparición en los escenarios se remonta al año 1973, cuando interpretó a la protagonista femenina de La mosqueta, de Ruzzante, al lado del actor Ramon Teixidor. Colom también hizo algunas incursiones en el cine, pero de que de manera esporádica, antes de centrarse definitivamente en la formación de nuevas generaciones de actores.

A lo largo de su dilatada carrera teatral, Colom interpretó un amplio repertorio de obras, bajo la dirección de figuras tan reconocidas como Joan Oliver, Antoni Xic, Xavier Regàs, Josep Maria Loperena, Hermann Bonnín o Adrià Gual. Durante su estancia a la compañía de Joan Capri se reafirmó como una actriz versátil y de gran solvencia escénica. Entre los galardones que recibió destaca el Premi Internacional d’Interpretació del VIII Cicle de Teatre Llatí, obtenido el año 1965 por su actuación en Flor de un día. Más allá de los escenarios, Colom también dejó huella como pedagoga. Sus investigaciones sobre la técnica vocal y la dicción quedaron recogidas en el manual Exercicis per al laboratori de veu i de dicció  (1998), escrito en colaboración con Rosa-Victòria Gras, una obra de referencia en la formación actoral.

La capilla ardiente de Coralina Colom se ha abierto esta tarde en el tanatorio de las Corts, en Barcelona, donde familiares, amigos y compañeros de profesión podrán rendirle el último homenaje. La ceremonia de despedida está prevista para mañana lunes, también en el mismo tanatorio, en un acto que servirá para recordar y celebrar la trayectoria de una figura amada en el teatro catalán contemporáneo.