El ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, ha prometido "más vigilancia" en los museos ante la ola de ataques que están sufriendo los museos de toda Europa por parte de activistas que protestan contra el cambio climático."La lista de museos que han sido objeto de estos actos es larga", ha afirmado el ministro Iceta. Cabe decir que España también ha recibido este tipo de actos vandálicos contra obras de arte. Recientemente, dos activistas del colectivo Futuro Vegetal se engancharon en los marcos de los cuadros de "La maja" y "La maja vestida" de Francisco de Goya expuestos en el Museo del Prado de Madrid.

Ahora bien, Iceta ha advertido que el riesgo cero no existe y que el que no hará el ministerio es "poner a un policía al lado de cada cuadro. En este sentido, ha anunciado que "filtraremos lo mejor que podamos el acceso". Así pues, ha comunicado que tomarán todas las precauciones, pero que no negarán la función principal de los museos, que es poner a la disposición de la ciudadanía un patrimonio que es de todos.

Nueva protesta de activistas en Viena

Activistas del grupo ecologista Última Generación han enganchado las manos al pedestal de un esqueleto de dinosaurio del Museo de Historia Natural de Viena a modo de protesta por "la destrucción de los medios de vida". Pero después de enganchar las manos al pedestal, agentes de Policía han llegado al lugar con disolvente para separar a los activistas de la pieza expositiva y expulsarlos del museo.

Las autoridades han comunicado que informarán más adelante sobre hipotéticas denuncias por desorden público y posibles daños a la propiedad. La principal reclamación de los activistas es la reducción de la velocidad máxima en las autopistas a cien kilómetros por hora como "medida inmediata" para disminuir las emisiones de CO2 y frenar así el avance de la sociedad hacia un "infierno climático". "No somos dinosaurios, tenemos una opción", han afirmado los activistas.

Desde la dirección del museo, Katrin Vohland ha indicado que entiende "la desesperación de los jóvenes" ante el aparente imparable cambio climático y las medidas políticas de las autoridades nacionales e internacionales, pero ha cuestionado los métodos de protesta. Para Vohland, hace falta "mucho discurso" para hacer comprender la situación, de manera que ha lamentado que este tipo de performance no hace más que "distraer del tema real", según recoge la radiotelevisión pública austríaca.

Esta acción se suma a la cada vez más larga lista ataques contra patrimonio cultural e histórico en varios puntos del continente europeo para protestar contra el cambio climático.