Cuando se cumplen 10 años de la muerte del actor y humorista Pepe Rubianes, la editorial Al Revés quiere reclamar su legado con el libro A mí no me callan. Monólogos, compromiso y vida terrenal, un volumen que agrupa diversos de sus escritos. Han sido rescatados de las maletas llenas de textos que el humorista dejó al morir (dicen que pasaba dos horas escribiendo cada día). Algunos de los textos se habían llevado a los escenarios, pero otros eran completamente inéditos. En el prólogo, Andreu Buenafuente deja claro que ahora Rubianes y su humor iconoclasta serían más necesarios que nunca.

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Foto cedida por Al Revés

Tres tiempos

El volumen se estructura en tres partes. La primera está consagrada a la vida del actor, e incluye anécdotas y reflexiones. La segunda parte, está dedicada a su compromiso político y social. La tercera, la más reconocible, es la centrada en sus monólogos. La primera parte se constituye, básicamente, a partir de una especie de autoentrevista que se hace Rubianes, en la que responde a preguntas sobre su trayectoria familiar. Analiza su infancia a través de una visión terriblemente satírica de la sociedad gallega y catalana. Se burla mucho de él mismo durante su periodo de cómico ambulante, y de sus giras de maleta, autobús, y mucha, mucha hambre. Rubianes recuerda por igual plateas completamente vacías (o abucheos masivos, con lanzamiento de cacahuetes y botellas) y éxitos portentosos en cabarés y en salas de teatro. Habla de su paso por Dagoll Dagom, el Lliure y Els Joglars y analiza su relación con el Brujo, Joan Lluís Bozzo, Lluís Pasqual, Fabià Puigserver, Anna Lizaran, Lluís Homar, Sisa, Eugenio... Lo hace de forma radical, con fidelidades nibelungas para sus amigos y odios insondables para sus enemigos (que no siempre están repartidos como se podría sospechar). No faltan referencias laudatorias a sus aventuras sexuales en Cuba, especialmente en los años 1970. El libro incluso incluye una especie de manifiesto firmado por Rubianes al llegar en los cincuenta: en él celebraba "¡Qué guapo que soy!"; presumía de no haber tenido jefes y de haber sido siempre "amo de mis días"; se vanagloriaba de sus viajes y de su capacidad de dilapidar el dinero; afirmaba su amor por la filosofía y la poesía y su odio por el fútbol y por el trabajo; y se proclamaba "a demócrata y bailarín". Todo un retrato.

El Rubianes estigmatizado

El segundo apartado del libro, Compromiso, nos guía, en primera persona, por las posiciones políticas de un artista que decía odiar a los políticos. Inevitablemente, se inicia por las reflexiones del propio Rubianes sobre la entrevista que le hizo en enero de 2006 Albert Om en TV3 y que generaron una gran polémica, porque Rubianes, preguntado por si le preocupaba la unidad de España, afirmó: "A mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás. Y que se metan a España ya en el puto culo, a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando del campanario. ¡Se vaya a la mierda la puta España!". Rubianes creía que la campaña en contra suyo fue orquestada por Federico Jiménez Losantos, ex compañero suyo del Teatro Universitario, y activista pasado de la ultraizquierdista Bandera Roja a la extrema derecha. Esta campaña llevó a la Fundación para la Defensa de la Nación Española, que lideraba en aquel tiempo Santiago Abascal (el líder de Vox) y al popular Alejo Vidal-Quadras (que también pasó por Vox) a poner una querella criminal contra Rubianes. La fiscalía pidió una multa de 20.000 euros para Rubianes. El caso se cerró por la muerte del entrevistado, en marzo de 2009. En este texto, Rubianes agradece la actitud de Artur Mas en este asunto, pero también la de José Montilla y la de las juventudes del PSC. En este apartado recuerda también que el espectáculo Lorca eran todos sufrió un fuerte boicot por esta cuestión. El capítulo se enriquece con algunos textos complementarios, de un tono más general: sobre el desfile de las fuerzas armadas en Barcelona, sobre las protestas de inmigrantes o sobre las manifestaciones antiglobalización (pero también, por ejemplo, en contra del deporte).

Retorno al Rubianes más popular

El tercer apartado, el reservado a los monólogos, nos acerca al Rubianes más conocido, el más histriónico, el genio del escenario en solitario, la bestia teatral... Se inicia con un texto referido al público, y pasa por algunos clásicos:, como "La diarrea egipcia" o "La pasión" y por algunos monólogos donde el surrealismo se desborda, como "Mi cama no me soporta". Y también algunos menos conocidos, como "La orgía del libro", especialmente idóneo para estas fechas, porque retrata, con tonos ácidos, la vida cultural de un día de Sant Jordi.

Rubianes sin aspavientos

El Rubianes que llegó a todo el mundo era el Rubianes de los monólogos. Un hombre que hacía muecas, gemía, movía los brazos, señalaba con rotundidad... En escena, era un terremoto, con una sorprendente facilidad para conectar con el público. Repasar algunos de sus monólogos sobre papel queda muy lejos de la efectividad en que tenían sus puestas en escena, a pesar de que A mí no me callan ayude a revivir al personaje con unas magníficas fotografías que dejan ver su genio escénico. Rubianes era terrible, genial, pero en papel, al fin, no alcanza la plenitud. Del prólogo del libro se encarga Andreu Buenafuente, que le hace todo un homenaje al maestro de humoristas. Buenafuente se dirige al difunto para reconocer que "nadie sabía como tú arrancar a cagar en la playa a los impresentables". Un hombre que sería más necesario que nunca en los tiempos que corren.

 

Foto de portada: ACN.