Resulta curioso que el país que cuenta con una universidad fundada por Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, sea precisamente el que más restrinja la práctica de la hipnosis.

Hablamos de Israel, impulsor de la llamada Ley de Uso de la Hipnosis. Tal como ha explicado el diario Jerusalem Post, esta legislación está vigente desde 1984 y reserva estrictamente el uso de la hipnosis para unos pocos dentistas, médicos y psicólogos clínicos.

Si no se respeta, el resto de profesionales, sean hipnoterapeutas o hipnotizadores de escenario, podrían llegar a enfrentarse a multas de grandes cantidades o, incluso, a penas de prisión.

El origen de la ley

Para entender el porqué, tenemos que remontarnos al año 1975. Durante un espectáculo, el mentalista israelí Avishalom Drori puso bajo hipnosis a una joven de 17 años. Sin embargo, no fue capaz de despertarla.

Aunque, finalmente, la hipnosis acabó deshaciéndose, muchos desarrollaron un sentimiento de miedo y rechazo hacia ella. Pocos años después, el entonces ministro de Sanidad, Eliezer Shostak, propuso la que acabaría siendo la restrictiva ley.

 

Avishalom Drori

Avishalom Drori / E.N.

 

A partir de este momento, explica el medio, "el uso de la hipnosis solo está permitida para personas con una licencia válida de médico, psicólogo o dentista, con el correspondiente certificado de graduación (ya sea de un curso o institución del el extranjero o de una universidad israelí o institución privada reconocida)".

Mientras que la hipnoterapia ha ido popularizándose por todo el mundo, Israel ha mantenido su ley intacta.

Ahora bien, desde la Sociedad Israelí de Hipnosis, la organización que representa en los hipnoterapeutas del país, consideran es positiva. Según explican a su página web, consideran que la ley protege al público de los peligros de los "parlanchines y los terapeutas irresponsables".

Es más, el psíquico más reconocido de Israel, Uri Geller, considera que esta práctica no tendría que ser utilizada "como entretenimiento en el escenario". La razón por la cual lo pienso es porque he visto lo que puedo hacer a la gente, y es increíble. Los ponía en tráfico y estaban bajo mis órdenes. Nadie tendría que estar bajo el mando de nadie a través de la hipnosis", ha explicado al medio.

 

Uri Geller dobla cucharas con sus manos en el programa de RTVE Directísimo presentado por José María Iñigo en 1975 / kioskerodelantifaz

 

Voces contra la ley

Sin embargo, también hay quien posiciona totalmente en contra:

Una terapeuta con un diploma de Hipnosis Clínica Sanitaria con honores de la Academia de Ciencias Hipnóticas de Melbourne detalla que "según la ley de hipnosis de Israel, todo el mundo es culpable de hipnosis: los terapeutas, los artistas, los líderes religiosos e incluso las madres que cantan rimas infantiles a sus hijos". De hecho, ella misma a ser condenada por violar la Ley de Uso de la Hipnosis y hacerse pasar por hipnoterapeuta en 2012.

Casos como este fan que desde el extranjero sea considerada como "demasiado dura".

Por otro lado, otros alegan que genera un mercado cerrado con una competencia muy limitada.

Una posible apertura 

Ahora, de la mano del mentalista Ben Cale, se ha iniciado un movimiento para impulsar la apertura de la ley a fin de que esta sea más accesible para los hipnoterapeutas.

"La hipnosis es una herramienta increíblemente segura y eficaz para el tratamiento de varias afecciones y tiene una amplia variedad de usos en todos los países del mundo, excepto a Israel. No hay ninguna razón para que una herramienta segura y asequible esté en manos de un grupo cerrado de pocos centenares de personas, cuando puede ser útil en tantos campos de práctica", ha explicado al Jerusalem Post.