Ismael Smith Marí (1886-1972) a los 24 años, en 1910, era una de las grandes promesas del arte catalán. En 1919 se marchó de Catalunya. En 1929 abandonó prácticamente la producción artística. En 1960 fue recluído, contra su voluntad, en un psiquiátrico, donde moriría 12 años después. Esta es, en resumen, la trayectoria de uno de los personajes más sorprendentes del arte catalán. Ahora, el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) saca del olvido a este artista con una gran exposición que quiere rendirle homenaje: Ismael Smith. La belleza y los monstruos (que estará abierta hasta el 17 de septiembre). Los que conocieron a Smith lo tildaban de "raro". Sin duda era un individuo fuera de lo normal. Un cuadro de su amigo Mariano Andreu, que abre la exposición del MNAC, lo retrata en traje de luces y con una flor en la boca. Eso, hace más de un siglo.

Retrat de Ismael Smith, fotografia. Sense data ni autor.

El ascenso

Tenemos retratos de Ismael Smith firmados por Ramon Casas, por Josep Maria Junoy... No es extraño. Smith ya cuando era muy joven, era muy popular, porque ya fue considerado un excelente escultor, pintor e ilustrador. En la prensa de su época hay grandes elogios a Smith de grandes intelectuales como Pere Ynglada o, sobre todo, de Eugeni d'Ors. Smith mantuvo una excelente relación con Cambó y con Prat de la Riba. En la fachada del Parlament, todavía hoy, podemos contemplar una escultura hecha por él, un busto de Ramon Amadeu (ubicado entre 27 otros bustos de personajes famosos de la historia de Catalunya). Cuando era muy joven, Smith ya publicaba en las revistas más populares de la época. Y, además, fue un artista prolífico y multidisciplinar. Hizo diseños y dibujos para las vajillas del reconocido fabricante de porcelana Antoni Serra Fiter. Construyó una de las obras más interesantes del bello cementerio de Lloret de Mar: la escultura del panteón de la familia Camps i Nonell. A los 20 años ya había protagonizado una exposición en la prestigiosa Sala Parés. Hizo ilustraciones para los grandes diarios de la época: desde el Cu-Cut! a La Esquella de la Torratxa. Ilustró las cubiertas de los libros de algunas de las editoriales más prestigiosas de la época. Expuso en las salas de más prestigio, como Els Fayans Catalans. E incluso obtuvo una medalla en la Exposición Internacional de Bruselas. Todo el mundo pensaba que Smith sería en el futuro un reputado pintor o escultor.

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Retrato de Ismael Smith. Ramon Casas. MNAC.

De París al descenso

El estilo decadente de Smith generó, a pesar de todo, polémicas. Algunos consideraban que su arte era desordenado y poco optimista. También molestaba la artificiosa forma de vestir del pintor y su estética de dandy. A pesar de todo, en 1911, como recompensa por esta meteórica carrera, el Ayuntamiento de Barcelona lo becó para que cursara estudios de arte en París. Tenía 25 años. Pasaría 3 años allí, hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. Pero el París, que fue la puerta de entrada al arte universal para artistas como Casas o Picasso, no lo fue para Smith. Smith, en París, estableció relaciones con destacados artistas, como Miguel Utrillo, pero no se sumó a las corrientes artísticas de moda, y mantuvo un perfil artístico diferenciado, muy personal. Admiraba el cubismo, pero más allá de algunos ensayos no se sumó a él. Dicen que se sintió decepcionado por la falta de aceptación de sus obras en Francia. Cuando volvió a Barcelona, ya había pasado su mejor momento: nunca llegó a confirmarse como artista favorito de las masas o de las instituciones. Y nunca le permitieron construir un gran monumento, una de sus ilusiones. Tampoco pudo ver realizadas muchas de las joyas que diseñó. Los fracasos se acumulaban. Y sólo tenía 30 años.

Ismael Smith Marí (1886 1972). Cementerio de LLoret de Mar José Luis Filpo Cabana

Escultura de Smith al cementiri de Lloret de Mar. Foto: José Luis Filpo Cabana.

El ambigüetat

La obra de Smith está impregnada de estética queer. Sus piezas están marcadas por el erotismo, pero muchos personajes tienen una gran ambigüedad: hombres vestidos de mujeres, mujeres vestidas de hombres, mujeres con cuerpos masculinos, hombres con actitudes femeninas... No sabemos casi nada a ciencia cierta de la vida privada de Smith. Unas fotos en la exposición nos lo muestran en compañía de su gran amigo el pintor Mariano Andreu, vestidos los dos de mujeres, con una modelo vestida de hombre. Sabemos que Mariano Andreu mantenía correspondencia amorosa con el escritor uruguayo Amorim. Y Néstor de la Torre, otro de los amigos más próximos de Smith, fue amante del cineasta Gustavo Durán (más tarde coronel republicano). Pero más allá de estas conexiones, y de la omnipresencia de elementos sexualmente ambiguos en su obra, poco sabemos de la vida sexual de Smith.

14. Declaración de amor. Ilustración para La Campana Catalana

Ismael Smith. Declaración de amor. Ilustración para La Campana Catalana (22/4/1908), hacia 1908.

La frustración

Ismael Smith quedó fuera de las corrientes dominantes en la época. Aunque algunos lo han considerado noucentista (el mismo Xènius lo glosó como artista noucentista), en realidad, tenía una obra muy personal, que tenía fuertes vínculos con el expresionismo. Eso le dificultó su inserción a las corrientes artísticas dominantes. Poco en poco de ser considerado un artista prometedor, pasó a ser visto como un artista menor, dedicado a hacer ilustraciones, diseño de muebles y otras tareas consideradas poco prestigiosas. Probablemente, el hecho de que tocara temáticas escandalosas contribuyeron a su marginación; por ejemplo, generó un gran rechazo, en 1906, el hecho de que expusiera un conjunto escultórico En abundància, en el que dos seres deformes abrazan a una mujer burguesa desnuda.

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Ismael Smith. Nano, 1907. Museu Nacional d'Art de Catalunya. Se trata de un autorretrato del artista, pero originalmente llevaba un sátiro entre las piernas, que retiró ante el escándalo generado.

El exilio neoyorquino

Ismael Smith era el cuarto de cinco hermanos. Los que conocieron a la familia aseguran que todos eran bastante raros (Carles Sentís, que los visitó, comentó que mientras recibían a las visitas, algunos hermanos andaban en calzoncillos). Curiosamente, los hermanos vivieron siempre todos juntos (en una gran mansión, eso sí). Cuando uno de los hermanos decidió casarse, la familia nunca aceptó a la mujer y el matrimonio no duró. Ninguno de los hermanos Smith Marí tuvo descendencia. En 1919 la familia Smith fue a instalarse a Nueva York. Ismael se marcharía con ellos, y desarrollaría una nueva carrera en Estados Unidos. Se dedicaría, sobre todo, a la elaboración de ex libris, en la que destacaría. Y haría publicidad, grabados e ilustraciones, a menudo inspirados en los toros y las majes, una temática que en Estados Unidos tenía bastante salida. Smith consiguió hacer amistad con algunos intelectuales americanos, como el antropólogo Franz Boas. Pero no conseguiría materializar sus grandes proyectos artísticos, como la idea de construir un gran monumento. Su familia, en cambio, progresaría mucho: ganaría mucho dinero en diferentes negocios, aunque su hermano mayor moriría asesinado por la mafia.

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Ismael Smith. Sin título, hacia 1911. Museo de Arte de Cerdanyola.

El agotamiento de la veta artística

De 1926 a 1930, Smith retornó a Barcelona. Se relacionaría con buena parte del mundo intelectual catalán, pero ya no volvería a brillar como antes. Dejaría de ser un referente de la vida artística barcelonesa. El choque vino cuando participó en un concurso internacional para hacer un gran monumento al Sagrado Corazón con motivo de la Exposición Internacional de 1929. La figura de Smith, muy afeminada, escandalizó al jurado. No sólo no ganó, sinó quey hubo incluso quien propuso excomulgar al artista. Eso le afectó mucho, porque él, pese a su vertiente satírica y erótica, también tenía una fuerte tendencia al misticismo (de hecho, unas de sus primeras grandes esculturas fue una Rosa Mística). Este fue el principio del fin de Smith: desengañado por el mundo del arte, dejaría poco a poco esculpir y dibujar. Todavía haría algunos dibujos de paisajes y retratos de sus familiares. Pero no participaría más en exposiciones, ni aparecería en las revistas de arte.

A11. Ilustración

Ismael Smith. Ilustración, 1907. Museu Nacional d'Art de Catalunya.

Un fin trágico

En los años 1930 Smith se obsesionó en encontrar la cura al cáncer. Aunque no tenía formación médica, leía continuamente documentos sobre medicina e iba a muchos congresos médicos. Diseñó su propia teoría sobre la curación de las enfermedades, que tenía que ver con la vida sana y las propiedades de determinados alimentos. Estas teorías, que no tenían ningún fundamento científico, le provocaron incluso algunos conflictos con su familia, que rechazaba su manía. Los vecinos también estaban irritados por sus excentricidades y lo denunciaron varias veces por pasearse desnudo por su jardín. Al fin, fue recluído en un psiquiátrico. El encierro fue estricto: durante años se le impidió ver a sus amigos y no se enviaron las cartas que él escribía a la gente que conocía. En el hospital elaboraría, como terapia, sus últimas obras artísticas: unas máscaras. Una de ellas, sintomáticamente, representa a un individuo severamente maltratado. El 1972, finalmente, murió encerrado en el psiquiátrico.

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Imagen de portada: Ismael Smith. Ilustración satírica, hacia 1907. Colección particular, Barcelona.

Catalán de piedra picada

A pesar de su nombre, Smith era catalán: en 1774 uno de sus antepasados llegó de Colonia y se casó con una catalana; su familia no se marcharía del país en generaciones. Y su catalanidad era bien firme. De hecho, ya hace un siglo se proclamaba independentista, aunque siempre se sintió fascinado por algunos temas muy españoles: los toros, laso majas, la música tradicional española, el Quijote... Pese a vivir en Estados Unidos, siguió hablando y escribiendo en catalán, y al camino central del jardín de su mansión, lo llamó "Montserrat Avenue". Smith mantuvo contacto con la intelectualidad catalana durante años: cuando Antoni Tàpies llegó a Nueva York, en 1954, fue Smith quien lo guio para conocer la ciudad, y le impresionó. Smith no olvidó nunca Catalunya. En realidad, su hermano Isaac, el potentado de la familia, pensó en comprar un palacio para que su familia pudiera retornar al país natal e instalarse. No escogió una casa cualquiera: quería el Palau Maricel de Sitges (el actual Museu Maricel), lugar emblemático de encuentro de los pintores modernistas. Pero Isaac se murió de cáncer el día antes de firmar el contrato y la familia nunca retornaría. Sin embargo, a pesar de todo, Ismael se encargó de asegurar que el grueso de su obra acabara en instituciones catalanas. Muchas de las obras las envió ya en vida (cuando dejó Catalunya para ir a Estados Unidos, en 1919, ya cedió sus libros a la Biblioteca de Catalunya). Y las instrucciones al marmesor de la familia eran bien precisas: tras su muerte sus obras de arte y sus documentos fueron transferidos a instituciones públicas catalanas. Gracias a este amor de Ismael Smith por Catalunya, que no fue correspondido, hoy podemos disfrutar de esta completa exposición. Una muestra que llega tarde, porque las obras de Smith han dormido durante décadas en las salas de reserva de nuestros museos.

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Ismael Smith. Flirting. Good fall, 1914. Museu Nacional d'Art de Catalunya.

Un artista que sorprende

Smith es un artista fuera de lo corriente. Sus obras tienen elementos de sátira, pero también grotescos. Usa un humor desgarrador, pero no es un humor politizado, sino que se limita al humor sardónico. Con el humor, aparece a menudo el erotismo, otro elemento determinante del artista. Smith se atreve a pintar a menudo desnudos masculinos, un tema que es muy poco frecuente en la pintura catalana. Y los desnudos de Smith tienen un claro componente homoerótico. Pero además, muchas de las obras de Smith tienen un elemento mórbido, enfermizo, decadente. Estos aspectos son obvios en las fijaciones del artista, en los temas que se repiten continuamente en su obra: caballos de toreros destripados por el toro, parejas ambiguas, relaciones estrafalarias, Salomé contemplando la cabeza de San Juan Bautista...

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Ismael Smith. Manola, hacia 1907. Museu Nacional d'Art de Catalunya.

Contra la amnesia

Paralelamente a la exposición del MNAC, el Museu d'Art de Cerdanyola del Vallès, donde hay un importante fondo de obras de Smith (que hizo estancias en esta localidad), presenta una exposición sobre los aspectos más chocantes de la obra del pintor y escultor: Nude and Naked. Y, además, organiza una segunda exposición, Revisitant Smith, en la que jóvenes artistas dialogan con las obras de Smith. Una ocasión única para recuperar la figura de un artista olvidado y poner sobre la mesa una historia mucho más compleja que la definida por la división entre modernistas y noucentistas. Ismael Smith. La belleza y los monstruos obliga a replantearnos las visiones simplistas de la historia del arte catalán, con la presentación de un artista de una gran complejidad y riqueza. Un hombre que salió de la norma y que pagó un precio muy alto por su disidencia.

 

Imagen de portada: Ismael Smith. Garrotín, hacia 1907. Colección particular, Barcelona.