En 60 años de vida, a Astérix no le ha salido ni una arruga ni una cana. Tampoco a Obélix, su eterno compañero. E incluso el viejo druïda Panoramix continúa en activo, pese al paso del tiempo. En el pueblo de Armórica todo parece continuar igual: el herrero y el pescadero continúan sus eternas discusiones que generan masivas peleas, el jefe Abraracúrcix sigue paseándose sobre su escudo, los piratas siguen fracasando sistemáticamente en sus abordajes y las celebraciones de los irreductibles acaban siempre con un gran banquete de jabalíes asados. Pero en La hija de Vercingétorix (ed. Salvat), el 38.º álbum de la exitosa serie, que se ha presentado hoy en Barcelona, las cosas empiezan a cambiar: los jóvenes del pueblo empiezan a distanciarse de la cultura de los viejos, una chica adquiere el protagonismo, hay tímidas menciones al ecologismo, al feminismo, a la homosexualidad... No en vano ya no están en activo los creadores de la historia: René Goscinny está muerto y Albert Uderzo, con 93 años, está completamente retirado. Se han encargado del nuevo episodio Jean-Yves Ferri, como guionista, y Didier Conrad, como ilustrador, que han sido apadrinados por Uderzo, que les ha dado plena confianza y que ya ni siquiera revisa sus materiales. El libro ha salido simultáneamente en catalán, castellano, vasco, gallego y asturiano.

En el centro, Adrenalina

En el centro de la historia hay una joven rebelde, Adrenalina, la hija de Vercingétorix, el célebre héroe de la resistencia de los arvenos contra los romanos (esta chica es un personaje ficticio porque los historiadores saben muy poco de la descendencia del gran enemigo del imperio romano). Jean-Yves Ferri y Didier Conrad aseguran que para diseñar al personaje han tomado elementos de sus hijas adolescentes. Apuntan que el protagonismo femenino, en una serie muy masculinizada, era una novedad, pero que han intentado buscar elementos de base universal, que nos remita a todos los tiempos y que pueda ser compartido por todo tipo de lectores. En este sentido, Ferri se siente muy satisfecho también de haber creado dos nuevos personajes, el hijo del pescadero y el del herrero, unos jóvenes parecidos físicamente a sus padres pero opuestos ideológicamente a ellos, que nos remitirían a los adolescentes rebeldes de todo el mundo. Ferri advierte que nos los podríamos encontrar en álbumes posteriores. En cambio, coincide con Didier Conrad en que Adrenalina es un personaje nacido para ser protagonista de la historia, y que será difícil recuperarlo posteriormente. Entre los nuevos personajes, en este álbum hace un cameo Charles Aznavour (fue escogido antes de su muerte y los autores lamentan profundamente que no haya podido ver el álbum acabado). Ferri y Conrad afirman que no perderán la tradición de meter a algún personaje de actualidad claramente identificable en sus historias.

'La filla de Vercingetòrix' Astèrix Ferri Conrad EfeNuevas visiones del mundo

La trama de este álbum entra en aspectos de modernidad que lo aleja del modelo clásico de Goscinny y Uderzo. En primer lugar, la protagonista es una mujer fuerte y potente, que no había existido en una serie donde dominaban los personajes masculinos y donde los femeninos (excepto Cleopatra) acostumbraban a ser secundarios. Pero los autores se mantienen fieles a la vocación de Goscinny y Uderzo, que no querían hacer militancia con Astérix, sino dar el máximo de espacio para el humor. Por eso sólo hay menciones tímidas a la ecología: los jóvenes critican la obsesión de los mayores por cazar continuamente jabalíes lo que supuestamente pondría en peligro el ecosistema (pero el álbum se cierra, como todos, con un gran banquete con jabalíes asados). También hay un guiño a la homoparentalidadt; dos de los personajes, lugartenientes de Vercingétorix, hacen de padres de la Adrenalina, pero el tema simplemente aparece en una escena y no se profundiza en él. Quizás el aspecto más innovador es una cierta discusión sobre la resistencia a ultranza de los galos a la romanización, que supone, sin duda, una referencia a la globalización. Un galo que ayuda a los romanos, Adictosérix, es un antiguo lugarteniente de Vercingétorix, pero se ha pasado al enemigo. Pero no es simplemente un aprovechado; su discurso es el de un modernizador. Reprocha a los habitantes de la aldea que sean "unos retrógrados irreductibles". Y afirma: ¡"Tenéis un problema, y este problema se llama resistencia al cambio! El futuro pertenece a quien sigue al César y no a quien se haga el sordo". Pero al fin, Adictosérix tampoco tiene un futuro muy halagüeño...

Herederos, pero creadores

Este es el cuarto álbum realizado por Jean-Yves Ferri y Didier Conrad que afirman sentirser menos tensos que en el primer libro de Astérix del que se hicieron cargo, cuando tenían que vencer las desconfianzas sobre el hecho de que ellos tomaran las riendas de los míticos personajes. Aseguran que era todo un desafío mantener el tono de Uderzo y de Goscinny, pero que al mismo tiempo eso suponía otro tipo de trabajo en el que se debe refrenar la creatividad propia: "Es un trabajo que no alimenta nuestro ego, y que está en el margen de las otras obras que hacemos". Aunque también advierten que hay lectores muy tiquismiquis, que llegan a criticarles cómo dibujan la hierba, apuntando que Uderzo no lo hubiera hecho así (y puntualiza que los colores de Uderzo eran complicados, sobre todo en principio, en buena parte porque era daltónico).

¿Astérix en Catalunya?

De momento no revelan ningún secreto sobre los próximos episodios. Ni siquiera apuntan si los héroes galos viajarán fuera de su tierra o si los acontecimientos sucederán en su poblado. Ni siquiera excluyen completamente hacer un episodio sobre Catalunya, pero afirman que "habrá que esperar que se aclare cómo evoluciona la situación para ver si hay un tema o no lo hay". Eso sí, apuntan que tienen la voluntad de hacer en el futuro un Astérix más divertido, más alocado, porque "ya se está volviendo demasiado serio".