Ha pasado más de una década desde que MicheI Hazanavicius y Bérénice Bejo llenaron páginas de diarios y horas de televisión. Que The Artist ganara cinco premios Óscar era todo un hito para una producción francesa, en blanco y negro y sin diálogos. El éxito internacional y las buenísimas reacciones del público allí donde se proyectaba, convirtieron la película en un fenómeno. A partir de entonces, la lupa de medio mundo enfocaba cada trabajo de su director, Michel Hazanavicius (París, 1967). Y la cotización de sus protagonistas, Jean Dujardin y Bérénice Bejo (Buenos Aires, 1976), se disparó.

Once años más tarde, cineasta y actriz han rodado cuatro filmes juntos más: el drama bélico The Search (2014), la sátira sobre la figura de Jean-Luc Godard Mal genio (2017), el entrañable El príncipe olvidado (2020) y la delirante Corten!, la película que han presentado en el Festival de Sitges, que inauguró el Festival de Cannes y que llegará a los cines de todas partes el próximo 21 de octubre. Inspirándose en la japonesa One Cut of the Dead, Hazanavicius nos hace testigos del rodaje de una peli de zombis de serie Z que sufre el ataque de una invasión zombi real. Pero Corten!, como hacía el original, va más allá, y el cineasta, con su mujer y musa profesional como cómplice delante de la cámara, hace una mirada divertidísima a su profesión, en un metarelato lleno de referencias, guiños y sátiras sangrantes al mundo del cine. Al mismo tiempo, todo un ejercicio de estilo, con un uso del plano secuencia y un juego de espejos que consigue hacer saltar las lágrimas de risa a los espectadores.

¡Corten! se la nueva película de Michael Hazanavicius y Bérénice Bejo / Foto: Vertigo Films
Corten! es la nueva película de Michel Hazanavicius y Bérénice Bejo / Foto: Vertigo Films

Michel Hazanavicius y Bérénice Bejo se habían conocido trabajando juntos en la exitosísima OSS 117: El Cairo, nido de espías (2006), paródica comedia de espías con un James Bond a la francesa (que, como The Artist, también interpretaba a Jean Dujardin), y acabado el rodaje iniciaron una relación que continúa firme, con dos hijos en común que han acompañado hasta Sitges a nuestros entrevistados. El mayor, Lucien, de 14 años, se espera a distancia prudente; la pequeña, Gloria, de 11, se sienta con nosotros, atenta a las bromas constantes de sus padres, que demuestran la complicidad que los ha llevado a ser una de las parejas más sólidas del cine francés, delante y detrás de los focos.

Antes de inaugurar Cannes con Corten! dijiste que esperabas broncas por la película. ¿Cuánto había de provocación, y de reivindicación de un cine para el público, que es lo que tú haces, y no para intelectuales?
Michel Hazanavicius:
Pues es verdad que quería ser un poco provocador, pero es que la gente de Cannes puede llegar a ser muy entregada en su manera de entender y de valorar las películas. Y, si está viendo alguna cosa que considera mala durante más de cuatro minutos, te puede abroncar con mucha facilidad. Así que podía pasar y en cierta manera me divertía esta posibilidad. El caso es que sí, tienes razón, yo hago películas para la gente, no las hago para el críticos, que a veces han amado mi trabajo y a veces lo han puesto a parir. Así que ya no me importa tanto lo que piensen. Por descontado, es mejor cuando les gusta tu trabajo que cuando lo odian, pero ahora ya no me afecta. Siempre he trabajado para el público, incluso rodando una peli muda y en blanco y negro, estaba pensada para llegar al gran público.

Viendo tu cine, se diría que tu gran motivación es ser juguetón: retratando el cine dentro del cine o dándole la vuelta a géneros clásicos como las pelis de agentes secretos, el cine mudo o, aquí, el terror zombi.
M.H.:
Sí, absolutamente. Creo que jugar es la razón que lleva a un niño a querer hacer películas. Es lo que me pasó a mí, y he querido seguir jugando durante toda mi vida. Jugar es un trabajo que quizás no parezca muy serio, pero te puedo asegurar que es buenísima (río). Me encanta jugar y, de hecho, te diría que un siete de rodaje es el juguete mayor y bonito que te puedas imaginar. Así que sí, cuando hago películas me gusta tener esta sensación de pasármelo bien.

¿Bérénice, qué tipo de director es Michel?
Bérénice Bejo:
De los que les encanta trabajar con los actores. Es un director que da muchísimas indicaciones pero que, al mismo tiempo, es capaz de dejar que seas tú misma. Utiliza mucho la intuición: cuando hace comedia, por ejemplo, está muy atento a un sentido del ritmo que tiene en la cabeza, a una manera de decir las cosas. Y tiene mucha inteligencia en la puesta en escena, al hacer cambios sobre la marcha durante el rodaje que después benefician el resultado final. Volviendo al trabajo con los actores, le gusta llevarte a lugares muy diferentes en una misma escena: acostumbra a hacer muchas tomas de cada secuencia, hace a diez o quince tomas diferentes, y no le importa tanto que la hagas perfecta de principio a fin como en cada momento le des lo que tiene pensado. Si hace falta, te corta a mitad de la escena para que repitas un determinado gesto o una determinada manera de decir un diálogo. Y después coge una frase de aquí, una mirada de allí o un movimiento de una tercera toma. A mí me gusta mucho trabajar con Michel justamente porque me lleva a lugares desconocidos, me hace salir del camino. Es muy respetuoso con los intérpretes, y de hecho... ¡con sus pelis ha llevado a unos cuantos actores a ganar premios y nominaciones, eh! Jean Dujardin, Romain Duris, Louis Garrel... Y eso es porque les lleva un peldaño más allá. No habrás visto nunca a Louis Garrel como interpretando a Godard en Mal genio.

¡Corten! - Trailer

Tu turno, Michel: ¿cómo es la Bérénice como actriz?
M.H.:
Ufff... (ríe) No, hablando seriamente, me entusiasma trabajar con ella. Es una actriz muy trabajadora y muy fiable. La confianza es mutua, porque ella me deja llevarla hacia una lado o hacia el otro, es muy flexible, y como siempre llega al momento de rodar muy preparada y con los deberes hechos, puede ir dirigiendo su interpretación hacia donde yo quiero. Es muy fácil trabajar con ella, y en el set es una compañera excelente: siempre intenta ayudar con lo que puede, tiene una enorme capacidad por poner a los compañeros en la mejor situación posible. Y eso es muy importante. Un actor siempre es mejor cuando entiende que forma parte de un equipo, y cuando tiene claro que su trabajo será mejor si los compañeros trabajan mejor.

Decía Bérénice que tienes cada escena en la cabeza.
M.H.:
Mira, lo que tengo claro es que a la hora de hacer una película hay varias verdades en mi cabeza. Hay la verdad del guion, una verdad muy diferente al set de rodaje y otra, que esta sería la verdad absoluta, en la sala de montaje. Y cuando estoy rodando trato de anticiparme a los cambios de opinión que sé que tendré durante el proceso de montaje de la película. En aquella sala está donde se acaba el proceso de escritura del guion. He hecho nueve o diez pelis y sé que es allí donde todo cobra sentido.

¿Cómo te cambia ganar un Oscar o no ganarlo?
M.H.:
No sé cómo te cambia, porque no sé cómo habría sido mi vida sin ganarlo, pero realmente no creo que me haya cambiado mucho. Lo que sé es que hay mucha gente me tiene un poco más de respeto gracias al Oscar, y que hay mucha gente que me odia más por culpa del Oscar. Sí que cambia la manera en que la gente te ve, o en como ves tus películas o qué expectativas tienen. Y ayuda a la hora de encontrar financiación para las películas siguientes. Estas cosas quizás sí que se notan, pero personalmente... no me ha pasado aquello de despertarme después de una noche mágica sintiendo que todo ha cambiado.
B.B.: Ella nació poco después de los Oscar (señala a su hija, Gloria, de 11 años, que nos acompaña durante la entrevista, sonríe y nos hace una reverencia teatral, viendo focalizadas nuestras miradas en ella). ¡Este es nuestro Oscar vivo, una hija! ¡Tenemos una estatua muy bonita! (ríen los dos)
M.H.: ¡Sí, ella es todo un premio!

Michel Hazanavicius visitsitges
Michel Hazanavicius y Bérénice Bejo en su visita al Festival de Sitges / Foto: visitsitges.com

En todo caso, el Oscar da mayor capacidad de elección, de hacer lo que quieres...
B.B.:
Sí, pero en realidad antes del Oscar ya podía escoger, porque para hacer The Artist tienes que tener cierto poder. Más que hacer lo que quería, le permitió seguir haciéndolo. Obviamente, la gente que invierte dinero en el cine da  muucho valor a un premio como este. En todo caso, el Oscar llegó hace once años, hace muchísimo tiempo, pero la gente sigue viendo el trabajo de Michel con eso en la cabeza. Y hubo un sector de críticos que no veían que The Artist fuera lo bastante buena como para ganar el Oscar a Mejor Película, y con las películas que vinieron después lo esperaban...

... ¿con el cuchillo bien afilado?
B.B.:
Sí, un poco sí.

Tú estabas nominada pero perdiste...
M.H.:
Para ella, el premio era vivir con alguien que sí tiene un Oscar, eso lo cambió todo (dice entre carcajadas, haciéndose lo importante).
B.B.: (ríe) En realidad, a mí la nominación me supuso abrir las posibilidades de trabajo. Mi potencial internacional aumentó. Yo he trabajado mucho en Italia, con directores como Marco Bellocchio, Francesca Archibugi o Sergio Castellitto. También he rodado en Alemania, en Argentina... La gente en todas partes me conoce gracias a The Artist, y eso siempre ayuda para promocionar cualquier película.