Hay pocos grupos que aunque pasen los años, puedan seguir siendo cabeza de cartel de algunos de los festivales más concurridos del país. Y todavía es más difícil si estos siguen haciendo su movida sin intentar seguir las tendencias y modas. Lágrimas de Sangre, después de tres años de silencio, vuelven con Armónico desorden, un disco 100% LDS. Hablamos con Stil Ill, uno de los tres MCs del grupo de este nuevo trabajo, cómo han vivido estos últimos años y de todo el imaginario en torno a Lágrimas.

Desde la primera barra he percibido que iba a escuchar un disco de LDS. La música, y concretamente el rap y la urbana, se está moviendo hacia un nuevo lugar y no sé hasta qué punto vosotros no estáis siguiendo esta corriente.
¿Hacia qué lugar? Porque quizás nosotros no somos muy conscientes de estas cosas. Nosotros hacemos nuestra movida. El otro día también me comentaban que ya no hay muchos grupos como tal y que además hagan canciones de más de tres párrafos. Ahora hay mucho solista, las canciones son más cortas... Todo se hace de otra manera. Si te refieres a eso, no hemos pensado demasiado. Sí que intentamos hacer canciones un poco más cortas y no hacer párrafos de un minuto porque sino nos acaban saliendo canciones de seis minutos y es una mierda.

¿Por qué?
Por ejemplo, sólo por el simple hecho de hacer un videoclip. los directores nos dicen que para hacer seis minutos necesitan muchos más recursos y es mucho más trabajo. El otro día, el grupo hablamos que quizás tendríamos que enfocar de otra manera las canciones, que no fueran como ahora. Pero ya es tarde, el disco ya está fabricado (risas).

¿Y en un sentido estilístico? 
Musicalmente no tenemos ninguna intención de cambiar. Nosotros ya somos mayores y estos estilos no nos han acabado de cuajar. No escuchamos este tipo de música y creo que no lo sabríamos hacer bien. Yo me planteo las canciones igual que antes, con la idea de expresarme y para mí, la mejor manera de hacerlo es con el bombo-caja, nuestras melodías y encontrando el sonido más orgánico posible.

Lágrimas de Sangre Foto 1 (Autoría Marco Estivill)
Lágrimas de Sangre, rimas y barras desde el Maresme. Foto: Marc Estivill

Musicalmente no tenemos ninguna intención de cambiar

¿Y no os preocupa no interesar a las nuevas generaciones?
Si es así, la historia nos pondrá nuestro lugar e iremos a tomar por saco (risas). Es lo que hay.

Volviendo al disco y empezando con el título, Armónico desorden es un tóitulo muy Lágrimas de Sangre. ¿De dónde sacasteis esta idea?
Nos costó bastante conseguir un título por|para este disco y lo encontramos cuando el trabajo ya estaba encaminado. Nos había quedado un disco bastante reconciliador, y más viniendo del Vértigo que era un disco que estábamos bastante enfadados es bastante más llevar. Este es más blando y reconciliador. Este título sirve un poco como un resumen de cómo vemos el mundo, desde el punto de vista de tres personas que ya no tenemos veinte años. Tenemos uno otra energía y ahora vemos que todo es caótico, pero de alguna manera mantiene una armonía. Todo es caótico, sí, pero dentro de este caos todo tiene un orden.

El sonido de Lágrimas ha ido virando desde un boom-bap old school hacia un sonido más orgánico que bebe de muchos estilos e influencias. ¿Con este disco sientes una evolución estilística?
No sé si hay una evolución de estilo. Lo que hemos hecho es jugar con otros géneros, como hacemos siempre. En este caso, hemos cogido una bossa nova y una habanera. Los experimentos que hacemos siempre. Siempre nos ha afilado fusionar estilos y ahora nos ha venido por aquí. No son cosas que nos planteamos. Nosotros vamos al estudio y tanto el Micro-Bio como el Neidos están|son muy abiertos en este sentido. Y Dídac lo sabe encajar muy bien. Creo que este es uno de los rasgos|tiros característicos de Lágrimas.

De hecho, me sorprende que esta fórmula que os ha funcionado tantos años nadie haya querido copiar.
Sí que es verdad que alguna vez he visto. Algunos grupos lo han intentado, pero no les ha acabado de salir. Nosotros somos muy buenos, que quieres que te diga (risas). Ahora seriamente, quizás no los mole, o sólo los mole escucharlo, pero no hacerlo. Yo como oyente escucho música bastante diferente de la que hago, y pienso "eso me afila, pero no lo sabría fo, directamente, no lo quiero hacer".

Hace tres años de vuestro anterior trabajo y seguís expandiendo la marca Lágrimas, no paráis de crecer. ¿Qué expectativas tenéis con este disco?
Es que no es así. Nosotros lo petamos el 2016 y el 2017, pero ahora ya no lo sé, ya lo veremos. El último año de pandemia con conciertos con la gente sentada, nos ha costado. Era el tercer año desde el último disco, no habíamos sacado material nuevo y sí, los conciertos fueron bien, pero no estaban desbordados. Nos ha ido bien pero no ha sido una cosa muy heavy. Cosa que, por otra parte, agradezco.

El último año de pandemia, con conciertos con la gente sentada, nos ha costado

¿Por qué?
Si ahora lo estuviera petando, vendiera muchas entradas y me tirara un pedo y todo el mundo me lo retuiteara, no lo llevaría muy bien. Ya estuve en el ojo del huracán y no tengo ganas de volver.

¿Qué quieres ahora?
Con quedarnos como estamos, seguir haciendo lo mismo y poder vivir de esto, tengo más que suficiente. La expectativa de petarlo es bastante estresante. Si no pasa te frustras y si pasa lo tienes que gestionar, que tampoco es fácil. También te digo, después veremos qué pasa en el Viña. Porque siempre pensamos que vamos de capa caída y después vamos allí, es una locura y somos de los tres grupos que más lo peta. A ver cómo va.

Yo fui al Cruïlla el verano pasado y no estabais solos.
También es que la gente nos ha catalogado como grupo de macrofestivales. Pero después nos gustaría que las salas se petaran siempre. De momento la venta de entradas está yendo muy bien, así y todo no somos un grupo que hace sold out en 24 horas; no somos Natos y Waor.

Es como habéis pasado a formar parte del mainstream de alguna manera.
Si lo somos, es porque la gente lo ha querido. No nos lo ha hecho ser la tele, ni ninguna agencia; no hemos pagado para serlo.

La expectativa de petarlo es bastante estresante. Si no pasa te frustras y si pasa lo tienes que gestionar, que tampoco es fácil

¿Durante la pandemia aprovechasteis para sacar adelante vuestros proyectos en solitario, en algún momento os planteasteis no volver a reuniros?
En esta época, nunca pensamos que lo dejaríamos ni nada. Simplemente, aprovechamos para coger nuestros caminos como siempre hemos hecho, sean maquetas, colabos o lo que sea. Es verdad que los últimos siete años el grupo nos había absorbido mucho y no teníamos tiempo físico para dedicarlo a nuestras movidas. La pandemia fue la excusa perfecta. Ya lo teníamos pactado hacer un año sabático, todo y que más tarde, y aprovechamos la ocasión.

He estado mirando y hay mucha diferencia entre las escuchas de vuestros proyectos personales y la música de Lágrimas. 
Pienso que es un error por parte de la gente, porque la música es buena igual. Por otra parte, también te hace sentir más tranquilo. Con mi proyecto personal no tengo ninguna ambición, no es una cosa que necesite para vivir. Con la presión de Lágrimas, ya tengo bastante. De hecho, el saber que me escucha a menos gente me va bien porque tengo más libertad. Cuando escribo para|por mí todo es más fácil, no tengo ni que compartirlo. Además, lo hago con la lengua que lo quiero hacer y es todo mucho más sencillo. Piensa que al hacerlo en catalán ya te limita una burrada. El público catalán es muy exigente y si me tuviera que sentir juzgado por la escena y el fandom catalán me daría palo.

Realmente el público catalán es muy curioso, no sé si exigente, random o qué.
'Twitter Catalunya' es muy raro y muy exigente. Por lo que yo creo, es un público que hoy día quiere otras cosas y, al mismo tiempo, ha roto muchos estereotipos. Ahora, por ejemplo, está funcionando mucho Ginestà y hablan de amor haciendo indie pop. Un rollo bastante romántico y costumbrista, funciona muy bien y me alegro por ellos. Pero claro, es una cosa que se aleja bastante de lo que yo haría.

Lágrimas de Sangre Foto 5 (Autoría Marco Estivill)
Lágrimas de Sangre, el retorno de los grandes referentes del rap catalán. Foto: Marc Estivill

Como grupo hemos vivido un proceso de reconciliación

Vuestra música siempre ha tenido una alta carga política, aunque cada vez eso ha ido a menos. Este disco aunque sigue contando con canciones políticas es el menos beligerante de todos. ¿A qué se debe?
Es un disco que nos hemos tomado mucho por nosotros. Como grupo hemos vivido un proceso de reconciliación, llevamos un par de años haciendo terapia de grupo y ha salido un disco muy para nosotros. No nos hemos puesto a pensar de què tenemos que hablar, como sí que habíamos hecho otras veces. Además, hay muchas canciones que ya las hemos hecho y no nos apetece repetirlas.

¿A qué te refieres exactamente?
Muchas veces, con el rap político notas que estás repitiendo lo que ya has dicho. Además, yo tengo una ideología y la gente que nos sigue, con el tiempo ya la conoce. Por lo tanto, prefiero hablar de cosas del día a día y aplicar la política aquí, que no volver a hacerte un speech político de la teoría marxista, que es la que yo practico. Creo que, a veces, es más útil dar una lectura política de cosas cotidianas, que volver a decir a quién tienes que votar porque los otros son muy fachas.

¿Estáis cansados de hacer música panfletaria?
Sí, nos habíamos rayado muchísimo con este tema. Tanto en la música, como en las asambleas, como en la vida y en todas partes. El panfleto está muy bien, pero no te lo puedes tomar como un dogma de una cosa inamovible, cuando tú mismo ni lo estás practicando. Es un poco este punto de puretas que tenemos: no te vengo a vender que voy a quemar containers porque no lo estoy haciendo. No quiero decir que no quiero que se haga, pero tampoco te quiero vender ninguna moto.

El disco tiene cuatro colaboraciones y muy interesantes todas. Así y todo, teniendo en cuenta que sois cinco tios en encima del escenario, se echa de menos alguna colaboración femenina.
Sí, seguramente, sí. Hemos hecho lo que nos ha salido natural. Desgraciadamente, lo que nos sale natural es eso porque en nuestro entorno inmediato no hay tantas opciones de hacerlo con una colaboración femenina. Tampoco teníamos la intención de cumplir la cuota como muchas veces pasa que se dice: "tenemos que fichar a una tía o tiene que salir una tía porque claro...". A veces se hacen las cosas para cumplir una cuota y en este disco no nos ha apetecido.

¿Crees que faltan referentes femeninos o simplemente no existen en torno a Lágrimas?
No faltan. Desde hace unos años hay artistas como Santa Salut, Elane, Anier... Una cantidad de chicas que rapean de la hostia; no es que lo hagan mal y están allí para ser tías. De hecho, son mejores que muchos tios. Pero por pura proximidad no nos hemos puesto a mirarlo.

Antes has comentado que estáis realizando terapia de grupo. ¿Cómo es eso?
Hay un tema: somos cinco tios y cada uno tiene su carácter y el mundo nos afecta mientras pasan los años. Una cosa es tener un proyecto que dure dos años y haces lo que puedes. Pero estamos poco acostumbrados a proyectos que duren tanto. Yo nunca he tenido un trabajo, pareja o muchas otras cosas que me hayan durado 12 o 13 años. Hemos vivido muchas cosas juntos, muchas cosas han cambiado, incluidos nosotros mismos. Pues todo eso nos afecta como personas y como grupo.

¿Y cómo es el proceso?
En nuestro caso una persona viene una vez a la semana en nuestro local, nos sienta y nos hace hablar entre nosotros. Nos hace abrirnos y decirnos lo que pensamos los unos de los otros. No estamos acostumbrados a hacer este tipo de cosas. Los años han pasado y parece que nos conozcamos mucho, pero realmente damos muchas cosas por sentadas y no sabemos realmente cómo le sienten algunas cosas al resto del grupo. También va muy bien para saber lo que sientes, porque hay muchas veces que ni lo sabes. Es una cosa que todo el mundo tendría que hacer si amas el proyecto en cuestión y tienes ganas de cuidarte a ti mismo y a las personas que te rodean. Hubo un momento que nos planteamos enviarlo todo a la mierda y seguir cada uno por su camino, y decidimos intentar hacer terapia. Nos fue y nos sigue yendo de puta madre.

¿O sea, hubo un momento que LDS estuvo a punto de desaparecer?
Sí, después de toda la movida del 2017 y 2018, y todo lo que nos tocó vivir con las redes. El grupo y cada uno personalmente estaba tocados, no sabíamos por qué teníamos que aguantar eso. Sí, la música es nuestro sueño, pero hay cosas en la vida que yo no tengo que aguantar: que me hagan un daño muy profundo a mí o a las personas que me rodean. El problema también es si sobre todo entre nosotros no nos sabemos cuidar o aceptar las cosas que nos pasan, y lo enfocamos entre nosotros y nos tratamos mal. Así no íbamos a ningún sitio. Pensaba "tengo el trabajo de la vida que siempre he soñado y lo tendré que dejar por situaciones externas que no sabemos gestionar", es una mierda. Nos apeteció luchar y dar la opción que la terapia nos ayudara, y así está siendo.