El debate entre Catalunya y España centra la nueva edición de los Encuentros del Palau Macaya. Después del conflicto derivado del proceso y 40 años después de la aprobación de la Constitución de 1978, ocho especialistas de diferentes disciplinas entrarán en debate para responder a la cuestión: Catalunya - España: ¿Qué nos ha pasado? El encuentro se formula mediante diálogos bilaterales, en las que participan el experto en derecho Javier Pérez Royo, la periodista Lucía Méndez Prada, la ensayista Luisa-Elena Delgado, los politólogos Jordi Muñoz y Josep M. Vallès y los historiadores Borja de Riquer, Javier Moreno Luzón y Josep M. Vallès. Estos encuentros bilaterales dan paso a un diálogo abierto entre los ocho expertos. La organización de este acto va a cargo de la Escuela Europea de Humanidades, de la Obra Social la Caixa.

Josep Maria Muñoz: No se trata sólo de un diálogo entre catalanes, sino de un diálogo hispánico sobre la forma que tenemos unos y otros de concebir el Estado

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El gran conflicto de la España de los siglos XX y XXI

El historiador Josep Maria Muñoz Lloret, organizador de las jornadas con Josep Ramoneda, ha planteado que la configuración territorial del Estado es uno de los aspectos más controvertidos de la historia reciente de España: fue uno de los detonantes de la guerra civil de 1936 y fue uno de los elementos estratégicos de la Constitución de 1978. Muñoz Lloret ha afirmado que la naturaleza asimétrica de la Constitución, rápidamente perdida por los procesos de "armonización", podría ser uno de los elementos que habría salvado la estabilidad. El primer debate ha supuesto un cara a cara entre la periodista de El Mundo Lucía Méndez Prada y el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo.

Lucía Méndez y Josep Ramoneda Sergi Alcàzar

Josep Ramoneda y Lucía Méndez.

La Constitución: la madre del cordero

Lucía Méndez ha dejado claro que en el debate constitucional de la transición muchos diputados fueron reticentes a la incorporación del término nacionalidad (que sólo aparece al título preliminar), y a la división de España entre regiones y nacionalidades. Y hubo incluso quien anunció que la Constitución era "la decapitación de la nación española". Méndez ha argumentado que la discusión del texto constitucional fue, básicamente, un debate Catalunya-Espanya, y que eso ha marcado todo el futuro de la Constitución. Méndez ha afirmado que la Constitución ha abierto una serie de poderes regionales, y que no puede haber solución catalana al margen de las autonomías, y por lo tanto ha afirmado que no es posible resolver el problema catalán, ni de forma unilateral, ni de forma bilateral. El politólogo Jordi Muñoz ha afirmado que evidentemente no hay solución con el diálogo multilateral, cuando se multiplican los actores con derecho a veto, y ha apuntado que, paradójicamente, "el Estado de las Autonomías tiene buena salud por todas partes, excepto en Catalunya, y quizás en el País Vasco".

Pérez Royo: Nos hemos quedado sin Constitución en Catalunya, y quedarse sin Constitución en Catalunya, es quedarse sin Constitución en todo el Estado

La sentencia que dinamitó el pacto constitucional

Pérez Royo ha afirmado que el Estado de las autonomías existió pese a la voluntad de muchos diputados, que lo veían innecesario... Y ha añadido que el Estado autonómico hubiera podido sobrevivir con una pequeña conflictividad si el PP no hubiera interpuesto el recurso de inconstitucionalidad. Pero la sentencia del Constitucional del 2010, para él suponía "una marcha atrás", por lo que la ha definido como "un golpe de estado" (una calificación que ha sido cuestionada por otros ponentes como Ramón Villares). Pérez Royo ha alegado que la Constitución surge del acuerdo, "o tiene el acuerdo de la ciudadanía es estéril". Por lo tanto, la sentencia dinamitó el principio constitucional. "Jurídicamente no ha pasado nada, pero políticamente estamos en una situación crítica". Ha comparado la decisión del Constitucional con una bomba de neutrones, que deja el edificio de pie, pero que hace desaparecer toda su vida en el interior. Pérez Royo ha argumentado que si la Constitución se negoció para Catalunya, y ha sido rechazada en Catalunya, "nos hemos quedado sin Constitución en Catalunya, y quedarse sin Constitución en Catalunya, es quedarse sin Constitución en todo el Estado". El catedrático ha celebrado que Pedro Sánchez reconozca que Catalunya no tiene el Estatuto que quiere, y que hay que resolver eso, aunque no es muy optimista sobre hacia dónde puede evolucionar la situación.

Pérez Royo: El Tribunal Constitucional no puede decidir cómo se integra Catalunya en España

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El porqué de todo

Josep Ramoneda ha preguntado a Pérez Royo porque cree que el Tribunal Constitucional tomó esta decisión. El jurista ha respondido que en parte el problema surge del mismo origen del tribunal, porque la creación del Constitucional se hizo mediante una ley orgánica que rebajaba los derechos previstos en la Constitución. "No es lógico que una cosa que se negocia políticamente sea después revisada por un tribunal", ha explicado Pérez Royo, quien ha alegado que "El Tribunal Constitucional no puede decidir cómo se integra Catalunya en España"; y por eso ha concluido que "la sentencia fue una barbaridad". Su valoración, no obstante, supera el marco catalán: "La cuestión catalana no es nada más que un aspecto de la problemática del Estado español".

El régimen de 1978 en la picota

Los presentes han cuestionado la versión oficial de la transición. El historiador Borja de Riquer ha querido recordar que la transición fue un pacto desigual, en el que no pudieron debatirse temas como la autodeterminación o como las responsabilidades del franquismo. Por lo tanto, para los franquistas era un acuerdo de máximos, sobre el que no se podía adelantar, y en cambio para muchos demócratas era un punto de partida, sobre el que se pretendía avanzar. También el politólogo Josep M. Vallès ha querido recordar que "todas las transiciones tienen fuertes hipotecas del pasado", y ha apuntado que la resolución del conflicto "no puede partir de cero". Ramon Villares, en cambio, ha apuntado que el Estado español nunca ha sido unitario, y ha recordado que incluso Franco reconoció algunos fueros de Navarra y Álava. Luisa-Elena Delgado ha denunciado que la sentencia y el fútbol han sido usados como una herramienta de "renacionalización" desde una perspectiva de un españolismo tradicional conservador.