Burhan Ozbilici ha ganado el World Press Photo 2017 por las imágenes del asesinato del embajador ruso en Turquía a manos de un fanático islamista. Los hechos ocurrieron el 19 de diciembre del 2016 en una galería de arte donde se inaguraba la exposición De Kaliningrado a Kamchatka en los ojos de los viajeros. Ozbilici, fotoperiodista de Agence France Presse, entró de casualidad. "Decidí acudir sólo porque me venía de camino a casa". Allí se encontró de cara con el asesinato del embajador Andrei Karlov. Tomó sus fotos frente al asesino, segundos después de la muerte.

"Hice mi trabajo: hacer fotografías", explicó Burhan Ozbilici, de 60 años.

El evento de la galería de arte le parecía "de rutina": en el momento que el embajador ruso Andrei Karlov empezaba su discurso se acercó para fotografiarlo "pensando que las imágenes nos vendrían bien para ilustrar informaciones sobre las relaciones turco-rusas".

El fotoperiodista turco hizo fotos de guerra fuera del campo de batalla, signo de unos tiempos donde el pánico al terrorismo es casi parte de los miedos cotidianos. Eso ha permitido la organización del premio seguir otorgando su galardón más preciado a una foto de guerra aunque sea fuera de la guerra. En una galería de arte, en un vernissage como tantos.

Mary F. Calvert, una de las miembros del jurado ha razonado la elección. "Es una imagen muy explosiva que habla del odio en nuestro tiempo. Cada vez que aparece en la pantalla te echas atrás. Esta foto personifica la definición de lo que el premio World Press Photo es y significa".

Otro miembro del jurado, João Silva, ha insistido en que en esta foto "se ve el mundo que marcha hacia el abismo. Se trata de un hombre que ha llegado claramente a un punto de ruptura y lo declara asesinando a alguien a quien culpa de lo que pasa en otros lugares de la región (...) esta imagen es la cara del odio".

"Tenía miedo"

Ozbilici explicó con una sencillez desarmante cómo hizo las fotos y por qué. "Tenía miedo y estaba confundido pero encontré un escondite parcial detrás de una pared e hice mi trabajo: hacer fotografías. Pensaba: Estoy aquí. Tanto si me toca y me hiere o me mata, soy un periodista y tengo que hacer mi trabajo. Puedo escapar deprisa sin hacer las fotos... Sin embargo... no tendría respuesta para la gente que me preguntara: '¿Por qué no lo fotografiaste?' Pensé en los amigos y colegas fotógrafos muertos los últimos años haciendo su trabajo en zonas de conflicto".

El relato de los hechos como el fotógrafo los vivió es helador. "Me costó unos segundos darme cuenta de lo que había pasado", explica. "Un hombre había muerto ante mí; una vida había desaparecido ante mis ojos. Me moví hacia atrás y a la izquierda mientras el hombre armado [Mevlut Mert Altintas, un oficial de policía] apuntaba a la gente, encogida de miedo en la derecha de la sala. Estaba agitado. Caminó en torno al cuerpo del embajador, rompiendo algunas de las fotos colgadas en la pared".

"Yo estaba asustado, claro, y consciente del riesgo de que el pistolero se me enfrentara. La gente gritaba, escondiéndose detrás de las columnas, bajo las mesas y en el suelo. Yo tenía miedo y estaba desorientado. Avancé un poco para fotografiar al hombre mientras abroncaba a una desesperada audiencia cautiva".

Cuando Ozbilici volvió a la oficina de la agencia para editar las fotos quedó "muy sorprendido" al ver que el tirador estaba de pie tras el embajador mientras hablaba. "Como si fuera un amigo suyo, o un guardaespaldas".

Estaba tan convencido de la insustancialidad del acto que "cuando aquel hombre con traje oscuro y corbata sacó el arma (...) pensaba que era un gesto teatral. En cambio, se trataba de un asesinato fríamente calculado que pasaba delante mío y de otra gente que, aterrados, empezaron a protegerse".

Otros premios

El primer premio en la categoría de información general es para Laurent Van Der Stockt, de Getty Images, por un reportaje sobre el registros del ejército iraquí en Un Gogjali, un distrito de Mosul liberado el 2 de noviembre de 2016. Los soldados de la División de Oro, fuerzas antiterroristas, registran las casas una por una y a sus habitantes. Una operación doblemente arriesgada: para los soldados, que entran en territorio hostil, y para los aterrorizados civiles que viven allí. El trauma causado por los combates y los bombardeos se ve en las caras de los niños, medio sorprendidos, medio aturdidos. El reportaje lo publicó el diario francés Le Monde:

En la misma categoría pero en series, el primer premio es para Daniel Berehulak, un fotoperiodista de The New York Times que retrató la vida de los clanes narcos de Filipinas. Esta foto muestra el cadáver de Romeo Joel Torres Fontanilla, asesinado en una calle de Manila en octubre del 2016:

Otro primer premio, en la categoría temas contemporáneos, es para Jonathan Bachman, de Reuters, por una imagen muy conocida: Ieshia Evans, una manifestante de 28 años, se adelanta hacia la policía antidisturbios de Bâton-Rouge (Louisiana, EE.UU.) el 9 julio del 2016. Los agentes bloqueaban una protesta por la muerte de Alton Sterling: