No es nada habitual que una actriz estrene dos películas distintas el mismo día. Pero a Bruna Cusí (Barcelona, 1986) no le resulta raro que las cosas le lleguen de dos en dos. “Es algo que me obsesiona un poco, el doble, la dualidad, las vidas paralelas. Me pasa todo el rato, en la vida y también en el trabajo, trabajando me llegan los proyectos de dos en dos: Incerta glòria y Estiu 1993, después quizá son menos conocidas pero Ardara y La reina de los lagartos también llegaron a la vez. Y ahora estoy haciendo la promoción de dos películas”.

Lo del 2 no se detiene aquí: en su futuro inmediato se dibuja pasarse al otro lado de la cámara, al lado oscuro, y ha escrito y dirigirá... dos proyectos propios. Pero antes de hablar del futuro, viajamos un momento al pasado para recordar cómo, en 2017, el Premio Goya a Mejor Actriz Revelación por Estiu 1993 redondeaba una irrupción sensacional, con la celebrada película de Carla Simón y, también, con la adaptación que Agustí Villaronga hacía de la novela de Joan Sales Incerta glòria. Y antes de remover el pasado, detengámonos un momento en el presente, en el momento dulce que vive Cusí, con proyectos que la llenan y estrenos que le hacen ilusión.

Esta semana, la actriz catalana demuestra talento dramático y vis cómica en dos largometrajes sorprendentes: Upon Entry, codirigida por los venezolanos Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vasquez, propone un asfixiante ejercicio de estilo, con una pareja (Cusí y Alberto Ammann) que nada más pisar Estados Unidos que se ve retenida en el aeropuerto, inmersa en un interrogatorio donde el abuso de poder asoma sin escrúpulos. Una claustrofóbica película que reflexiona sobre las fronteras y bebe de experiencias reales vividas por los directores y gente de su entorno.

Por otro lado, con El fantástico caso del Golem, la actriz se reúne con los Burnin' Percebes, el dúo creativo formado por Juan González y Nando Martínez, su “familia cinematográfica”, a los que conoció grabando vídeos para los Venga Monjas y con quien ya había rodado La reina de los lagartos (2019). Una absoluta locura en la que el personaje de Brays Efe (aka Paquita Salas) empieza viendo cómo su mejor amigo cae desde una azotea y se rompe en pedazos al estamparse contra un coche. La víctima de la caída en cuestión es un Golem, una figura de cerámica con aspecto humano, fruto del trabajo de una empresa dedicada a la fabricación de estos amigos artificiales. A partir de ahí, empezará una trama casi detectivesca y absolutamente chiflada donde se muestra el poder visual y la capacidad de sorpresa de los cineastas, con gags dignos de las comedias de Zucker-Abrahams-Zucker.

GOLEM MALAGA 1.105.1
Bruna Cusí y Brays Efe son la pareja protagonista de Golem

Autoexigencias inasumibles

Al iniciar nuestra charla, escuchamos el sonido de las grallas que nos alertan sobre alguna actividad castellera cercana. "¿Sabes que fui anxaneta?", nos sorprende. "Formé parte de los Castellers de la Vila de Gràcia, durante varios años, de los 10 a los 16 más o menos". El inesperado apunte biográfico invita a pensar en una Cusí acostumbrada a subir y a bajar para volver a subir.

Te pones unas expectativas fuertísimas, y es muy frustrante porque no hay tantas a Carlas Simón ni tantos Estius

De algún modo, empezar en el mundo del cine tan arriba hacía complicado mantener el nivel, y la actriz nos cuenta que entró en un momento complicado, y se ríe cuando le preguntamos si hubo maldición del Goya: “No, no la hubo, pero sí es verdad que puse muchas expectativas en mí misma. Pensaba que tenía que hacer otra película como Estiu 1993 para mantenerme en el mismo nivel cualitativo, de interpretación, de proyecto artístico... Te pones unas expectativas fortísimas, y es muy frustrante porque no hay tantas Carlas Simón ni tantos Estius. Este tipo de proyectos son muy pocos, y existe muchísima competencia. Entonces es muy difícil que coincidan un autor o autora que realiza un tipo de cine muy especial con un personaje que te encaje por el perfil que tienes. Que esto ocurra es casi un milagro”.

Cusí confiesa los efectos de esa autoexigencia: “Me provocó cierta ansiedad e insatisfacción durante un par de años. Y tuve que hacer un pensamiento fuerte con este asunto, de decirme que no podía ser que me tomara la profesión de esta manera. Estiu 1993 ya estaba hecha, ya había pasado, e Incerta glòria también. Tenía que quedarme con la felicidad de haberlas vivido, porque aquello no se iba a repetir, pero tenían que llegar otras cosas. Intentar estar en ese nivel significaba ser muy infeliz constantemente. Y he encontrado otras vías para satisfacerme a mí misma. Por ejemplo, ahora estoy escribiendo mis propios proyectos...”, nos lanza.

Estiu 1993 ya estaba hecha, ya había pasado, e Incierta gloria también. Me tenía que quedar con la felicidad de haberlas vivido

De momento, Bruna nos cuenta que está con la financiación de lo que será su debut en la dirección, Cannes, un cortometraje con coproducción francesa que situará en el famoso festival de cine, y en el que hablará de los cuidados entre mujeres, de las relaciones amorosas líquidas, de la idea del doble, y de la fragilidad de la profesión desde una perspectiva crítica con, dice, “esos acontecimientos del mundo del cine que por su idiosincrasia son bastante superficiales, sexistas, machistas, patriarcales. La trivialidad en medio de algo tan delicado y bonito como es hacer y celebrar el cine”.

No tan inmediato, existe un proyecto de largometraje que también ha escrito y dirigirá. “Y haré un pequeño papel, pero no seré la protagonista. Será una comedia dramática, con mucho humor, sobre las relaciones maternofiliales en ese momento en que los términos se invierten y la hija pasa a hacer de madre. El concepto de familia me interesa mucho y también puedo permitirme hablar de otros temas como el cambio climático o la vida en tribu, en comunidad”. Y todavía existe otro proyecto de cortometraje, que ella ha ideado, y que, en formato docuficción y espíritu más punki, se fija en su hermana pequeña, que trabaja en el mundo del circo.

UPON ENTRY Foto 8
Upon Entry es una de las dos películas que Bruna Cusí estreno este viernes

Un momento dulce

Esta fiebre creativa de Cusí viene de lejos: “Siempre he tenido la necesidad de expresarme, de contar historias. Pero no tenía tiempo. O no tenía la cabeza bien colocada para ello. Y, ahora, sí. Ahora es una necesidad. No la única, porque como actriz también tengo otras, y están viniendo cosas muy bonitas y divertidas. Cuando no pones expectativas llegan cosas”, afirma. De momento la veremos sobre el escenario en el Festival Grec junto a Enric Auquer y Àlex Monner en Los juegos feroces (El día del Watusi, vol. 1). Y tiene un par de películas en cartera de las que no nos da ni media pista.

Quiero cuidar mucho mi espacio, la parte de la Bruna más artística, más creativa

Pero insiste en la importancia de esta nueva rama profesional: “Quiero cuidar mucho mi espacio, la parte de la Bruna más artística, más creativa, porque como actriz hay algo de techo de cristal en este aspecto, y no me quiero olvidar de esto. Ya he sufrido, a las actrices nos pasa muchísimo, eso de tener que esperar un sí o no a un trabajo. Es muy difícil vivirlo sin que te afecte la autoestima, y debes encontrar la forma. Yo la he encontrado creando mis cosas: me da libertad, alegría creativa, y cierta sensación de control y poder. Así que, si no me dan trabajo, ya me lo desarrollaré yo”.