23022016_diputats

El conseller de Cultura, Santi Vila, ha apostado por un Acord Nacional per la Cultura, una macroestrategia cultural pactada entre todos los grupos políticos, en una comparecencia a petición propia en la comissió de Cultura del Parlament, para exponer los objetivos de su departament. Ha reconocido que gobiernos anteriores lo habían intentado de forma infructuosa, pero se ha mostrado optimista de alcanzar este objetivo, asegurando que creía que todos los miembros de la comisión colaborarían en ello. Ha apuntado que hace falta “una cultura al margen del partidismo” y unos “debates de cultura al margen de los debates de coyuntura”.

Apuesta por más presupuesto cultural

“Hace falta la regeneración del presupuesto de Cultura”, ha dicho el conseller. “La cultura es una de las patas fundamentales del Estado del bienestar. Es el instrumento de cohesión social y el ascensor social”, ha añadido. Vila ha dicho que se necesitan medidas para asegurar el acceso de todo el mundo a la cultura, y ha reconocido que en este momento no se garantiza. El conseller ha afirmado que el presupuesto de Cultura es tan sólo un 0,74% del total, una cantidad que ha valorado como absolutamente insuficiente para los estándares internacionales. Ha apostado por llegar a corto plazo al 1%, un porcentaje que en Catalunya sólo se alcanzó en tiempo del president Maragall, a quien ha felicitado. Y ha apuntado que todo lo que sea alejarse del 2%, el nivel de los países adelantados, sería limitador. Ha anunciado que se deben inyectar fondos en el mundo de la cultura, porque incluso se corre el riesgo que el sector cultural se colapse.

Un toque liberalizador

Vila ha defendido que “las políticas de cultura tienen que ser liberales, en el buen sentido de la palabra”. Partiendo de la base de que la cultura “es, sobre todo sociedad civil”, ha apostado por involucrar al sector privado a fondo en las políticas culturales, y ha puesto como ejemplo la gestión del Museu Picasso o de la Fundació Dalí. Para Vila, la clave de la cultura radica en dinamizar la demanda cultural. Y la estrategia básica en este campo será la difusión del carnet cultural, a partir de los 3.500.000 carnets de biblioteca ya existentes.

Apuesta por la tradición

“La tradición es motor de presente y de futuro”, ha definido Vila, que ha asegurado que su conselleria se aproximaría a la cultura como memoria, patrimonio y tradición. En este sentido ha anunciado su apoyo a los castellers, a las falles del Pirineu y a la Patum, pero también a las otras 15.500 fiestas tradicionales, que él presenta como demostración de la riqueza de la cultura popular.

Reequilibrar el territorio

Vila ha puesto énfasis en que las políticas culturales de la Generalitat tienen la obligación de equilibrar el territorio. Asegura que en la zona de Barcelona hay una alta densidad de oportunidades, y que se debe dar acceso a la cultura a la gente de otros territorios, donde puede haber talento, pero hay dificultades para explotarlo. En este sentido, Vila ha anunciado que habrá acciones en las comarcas, con iniciativas destinadas a dieciséis museos, con un discurso especializado en su territorio, como el Museu Casteller de Valls. Y también ha asegurado que se profundizaría en la promoción de la lectura en los municipios, y se expandiría a nuevos municipios esta iniciativa, que vincula educación y cultura.

El catalán, prioritario

Vila ha dejado bien claro que la lengua catalana tiene que jugar el papel de lengua propia de este país. Ha destacado que, afortunadamente, hoy en día el catalán es la lengua de una cultura viva, potente, que interactúa con otras culturas y que tiene una vocación universal. Pero reclama que su uso no se corresponde a la demanda social, por ejemplo en el mundo judicial. Ha anunciado que el Govern trataría de garantizar la presencia del catalán a todos los niveles, desde el cine hasta la empresa. El conseller Vila ha destacado que el Estado es reticente a la normalización de su uso, y que eso es un problema grave. A pesar de todo, Vila ha mostrado su satisfacción por la progresiva normalización del catalán en las Illes, en Aragón y en el País Valencià.

El castellano, también

En varias ocasiones, Vila ha anunciado que las instituciones catalanas tendrán en cuenta y valorarán la literatura que se hace en Catalunya en lengua castellana. Considera que el castellano es una parte fundamental de la cultura del país y que hay que defenderlo. Ha indicado también que el gobierno catalán dará pleno apoyo al occitano y a la literatura aranesa, como una parte esencial de la cultura del territorio y se ha comprometido a defender la lengua de signos catalana, utilizada por miles de sordos catalanes y por sus familias. A pesar de todo, ha insistido en que la conselleria apostaría también per el inglés, con el objetivo que en un futuro próximo todos los ciudadanos obtengan el pleno domine de esta lengua.

Otras iniciativas

Vila ha anunciado varias iniciativas más. En primer lugar ha asegurado que se promocionarán algunos libreros, repartiéndoles sellos de calidad, porque son los que aseguran la difusión de la cultura por el territorio. Por otra parte ha dicho que presionará al gobierno español para el retorno a sus legítimos propietarios de los papeles de Salamanca que reclaman 43 municipios catalanes. Y ha asegurado que se incrementaría el volumen de compras de las bibliotecas catalanas, ante la grave parálisis de la renovación del patrimonio bibliográfico.

Aproximaciones tibias

Ciutadans ha aplaudido las referencias a la lengua castellana. “Seguro que llegaremos a acuerdos por esta vía”, ha asegurado la diputada Sonia Serra, que ha criticado la defensa del catalán de consellers anteriores. La intervención se ha caracterizado por la suavidad, pero las replicas posteriores han sido mucho más duras. Rafael Bruguera, del PSC, se ha mostrado dispuesto a un acuerdo, y ha asegurado que si hay voluntad de diálogo por parte del gobierno, y le parece que Santi Vila la tiene, habrá pacto. No obstante, si bien ha valorado positivamente la posibilidad de un Acord Nacional per la Cultura, ha criticado la parálisis y el partidismo en su opinión del Consell Nacional de la Cultura i les Arts (CONCA), que sería, según él, quien tendría que impulsar realmente los pactos culturales. Gemma Lienas, de Catalunya Sí Que Es Pot, ha asegurado que la cultura catalana está en un estado crítico y ha reclamado el acceso a la cultura para todos. Ha considerado buenos los objetivos, pero ha criticado la falta de concreción en las estrategias y ha recordado a Vila que el mercado no puede ser el regulador de un elemento como la cultura. La diputada Teresa Vallverdú, de Junts pel Sí, ha mostrado su apoyo al conseller, pero ha insistido en que se deben tomar medidas para evitar que importantes sectores de la población queden marginados de la cultura por motivos económicos.

Oposición abierta

El PP y la CUP se han mostrado mucho más críticos con Vila, aunque la mayor censura ha recaído en el exconseller Ferran Mascarell. Juan Milián, del PP, ha pedido a Vila que sea liberal en todos los sentidos y ha criticado las políticas culturales del pasado por su nacionalismo. Y le ha pedido que escape a la voluntad estatista de Mascarell. Mireia Boya, de la CUP, se ha dirigido a la comisión en aranés y ha criticado sobre todo la mercantilización de la cultura. Ha recordado al conseller que no todo el mundo tiene igual acceso a los bienes culturales y ha pedido que el Govern apueste por una cultura realmente popular, apoyando la autogestión de las iniciativas culturales. Además, ha apostado por la mejora de la situación de los trabajadores del mundo de la cultura, que sufren un proceso de absoluta precarización.