Dahmer se ha convertido en la segunda serie más vista de Netflix después de que se estrenara sin promoción a pesar de contar con el sello del creador Ryan Murphy. Desde que llegó a la plataforma, sus consumos no han parado de crecer y ha dividido a los espectadores entre dos bandos: los que la ven como una brillante aproximación a la figura de un asesino en serie y los que la acusan de hacer espectáculo con las víctimas y buscar empatía para su protagonista. Sea como sea, es evidente que se trata de una serie destinada a abrir debate y la demostración de que las historias de psicópatas siguen enganchando las audiencias desde que se convirtieron en recurrentes al cine y la televisión a partir de los años 90. Hoy os proponemos cinco motivos para ver la serie del momento.
Una de las grandes virtudes de Psicosis es que, en un momento determinado de la trama, nos forzaba a compartir el punto de vista de un psicópata y, de alguna manera, participar de sus decisiones. Dahmer hace lo mismo con su protagonista, un asesino en serie que cometió atrocidades impensables y que no fue capturado hasta que una de sus víctimas potenciales escapó de su apartamento. Lejos de magnificar la figura del monstruo, la serie nos obliga a convivir con él en una historia con recortes de su intimidad.
Ryan Murphy, creador de esta serie y otros títulos imprescindibles como American Horror Story, acostumbran a brillar por su atención al detalle. Dahmer no es una excepción: la trama se toma su tiempo para introducirte en la laberíntica mente del protagonista, describir su entorno y presentar los acontecimientos que determinan su personalidad. Hay escenas aterradoras, pero nunca juega al susto fácil ni a la morbosidad gratuita. Si impresiona es porque sabemos que hemos respirado el mismo aire que Dahmer y todo lo que hizo es real.
Una de las claves de un buen thriller con psicópata es la atmósfera: títulos tan influyentes como Seven de David Fincher hicieron una muestra de arte. Dahmer también lo entiende así y por eso resulta tan asfixiante y perturbadora. Las atrocidades que documenta se hacen todavía más terroríficas gracias a las texturas de la imagen y la sensación, profundamente incómoda, que cualquier cosa puede pasar. Un buen ejemplo de eso lo encontramos en la larga secuencia del piloto que acaba con la detención del protagonista, que te deja sin uñas.
Volvemos a David Fincher. En Zodiac, una de sus grandes obras, si la historia se hace tan inquietante es porque el escenario donde transcurre la acción es muy creíble. En Dahmer también encontramos un contexto muy bien descrito en cualquiera de sus líneas temporales. Además, consigue que quieras saber más de los casos a los que hace referencia. Para complementar la serie, en Amazon hay (oportunamente) dos filmes previos sobre el personaje: Dahmer, el carnicero de Milwaukee, con Jeremy Renner, y Mí amigo Dahmer, sobre los años de instituto el psicópata.
El actor, descubierto por el mismo Murphy en American Horror Story y que también brilló a Mare of Easttown, ya hace tiempo que demuestra que es uno de los mejores de su generación. Aquí llena su interpretación de matices, volviendo el protagonista absolutamente turbador, errático e imprevisible. Es el centro de la narración y la conduce con mano firme, pero también se tiene que destacar el extraordinario trabajo de Richard Jenkins, que encarna a su padre.