En una sesión con los motores a medio gas, el Ibex ha logrado cerrar con una subida del 0,39%, destacándose del pelotón europeo que bajó casi un 0,5% medido por el Eurostoxx 50. La impresión de que el crecimiento de que la economía de la zona euro se ralentiza y quizá algo más la americana ha dominado el cierre de la última jornada de la semana. 

El petróleo, ese fetiche de última hora de los mercados, apuntó desde la mañana al alza, con el Brent ascendiendo a 45,17 dólares y continuando por la tarde con el tipo West Texas trepando en la apertura americana hasta los 43,92 dólares, un 1,71% más.

Pero han sido los PMI, que son los índices de la producción manufacturera establecidos a partir de los datos que ofrecen los gestores de compra, los grandes protagonistas. El PMI de la zona euro se ha situado en 51,5 puntos (a partir de 50 es crecimiento), mientras se esperaba 51,8. Esto fue interpretado como una leve ralentización de la economía de la zona. Más pronunciado fue el descenso en EE.UU., donde el PMI llegó a 50.8 puntos frente a 52 esperados. El S&P 500 ha comenzado la sesión con bajas moderadas.

Ha sido un día adverso para las compañías de automóviles. Después de lo acaecido con Volkswagen y Mitsubishi, Berlín sospecha que 15 fabricantes de automóviles falsifican sus datos. Daimler y Volvo han tenido un mal día en bolsa. El euro ha bajado a 1,1240 dólares, un 0,41%, lo cual no es un mal dato como tal. 

La polémica sobre el BCE ha continuado, con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y Christine Lagarde, del FMI, saliendo en defensa de Draghi. Hoy habla el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann. En cualquier caso, el Eurogrupo parece haber encauzado la negociación con Grecia, lo que no está resultando nada fácil. Ya nada es fácil. Al menos mañana es Sant Jordi.