El momento de pasar por el arco de seguridad de un aeropuerto es seguramente el momento más inoportuno para hacer bromas pesadas, y menos en los tiempos que corren. Por muchas ganas que se tengan de contar que en la maleta se lleva una bomba, aprender a estar calladito es una buena manera de evitarse disgustos. Que lo pregunten sino al ciudadano español que forzó la evacuación del aeropuerto de Tallin, que ya ha sido incluso juzgado a cuatro meses de prisión por la bromita. Y que se lo hagan mirar los de la Marca España, porque estas cosas no les hacen ningún bien.
El ojo de la aguja
Bromistas en los aeropuertos
El Nacional
Barcelona. Domingo, 28 de agosto de 2016. 22:14
Actualizado: Miércoles, 12 de septiembre de 2018. 13:37
Tiempo de lectura: 1 minuto
Barcelona. Domingo, 28 de agosto de 2016. 22:14
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