El desarrollo tecnológico va a la velocidad de la luz. No recordamos que hace solo diez años que compartimos la vida por Instagram y que, aún entonces, Alexa era un nombre de tantos y tener Roomba era cosa de ricos. Durante años la sociedad no se ha planteado estos cambios porque las cosas que entendemos como buenas no hace falta entenderlas. ¿Pero qué pasa cuando el auge de la tecnología crece en paralelo a la desigualdad, la adicción a las pantallas, la poca privacidad de los datos o la falta de sostenibilidad?
El conocimiento es mucho más que ganar quesitos en una partida de Trivial. Reivindicamos que las Humanidades nunca han sido inútiles: tienen la vocación innata de cambiar las cosas desde la reflexión y la crítica para que una sociedad defectuosa se convierta en una sociedad mejor. Hacernos preguntas es lo que nos hace humanos y por eso, independientemente de con qué oficio queremos ganarnos la vida, los grandes humanistas de la historia son los referentes de cualquier libro educativo.
Fomenta el espíritu crítico e irás bien por la vida
El dinero no da la felicidad; poder pensar y relacionarnos, sí. En palabras del profesor italiano Nuccio Ordine, creador del manifiesto La utilidad del inútil, que la sabiduría no pretenda aspirar a ganar beneficios económicos es precisamente "el antídoto contra la barbarie de aquello útil, que ha llegado incluso a corromper nuestras relaciones sociales y nuestros afectos más íntimos". Aquello útil entendido como aquello que sólo tiene un objetivo comercial, por si hay dudas. Las Humanidades salen por patas de esta definición; son una idea intangible, la base perfecta de cualquier disciplina, un placer abstracto que para algunos no es nada pero que lo es todo al mismo tiempo. Y no sólo contribuyen a mantener viva la tradición del conocimiento, sino también a fomentar la gestión de la cultura humana y el espíritu crítico de nuestro entorno. Eso es crucial para superar los retos presentes y futuros que se nos presentan individual y colectivamente ante fenómenos como el transhumanismo, las repercusiones de la tecnología o la estructuración política de la sociedad.
Alumnos durante el viaje cultural anual organizado por UIC Barcelona
Los y las humanistas son las únicas personas capaces de ver el mundo desde una perspectiva transversal, y tener herramientas de comprensión en un contexto de sobreexplotación informativa como el nuestro, te suma años de vida. El Grado en Humanidades de la Universidad Internacional de Catalunya (UIC Barcelona) no sólo es un empuje para cualquier persona que nunca tenga suficiente en las cuestiones del saber; es una puerta abierta para adquirir un amplio abanico de conocimientos integrales para diagnosticar, asesorar y dar respuesta a cualquier interrogante humano.
Tiene un Plan de estudios diversificado en cuatro disciplinas humanísticas – historia, historia del arte, filosofía y literatura –, una gran cartera de prácticas y convenios – ni más ni menos que la posibilidad de trabajar en el Festival Sónar, en el MACBA o en la Editorial Planeta – y la opción de irse al extranjero. Para dar más información del Grado, se organiza un viaje anual a alguna ciudad europea y las clases son reducidas con un aforo máximo de 40 personas, hecho que permite tanto personalizar las clases como asignar un asesor académico a cada alumno.
Salidas profesionales (y morales) para humanistas
A menudo nadie nos explica qué opciones hay para encontrar trabajo tras acabar los estudios en Humanidades y es posible que eso haga que más de uno se eche para atrás. Aquí venimos a desmontar el mito de la inutilidad de esta disciplina para dejar de relegar el pensamiento y el raciocinio a un escalón inmerecido. Poco se habla de las muchas (¡e interesantes!) salidas profesionales que giran en torno al Grado en Humanidades de UIC Barcelona: gestión de contenidos culturales, edición de libros de texto, relaciones internacionales en ONG, gestión de museos y edificios históricos o comisariado de galerías y exposiciones, por ejemplo. Incluso también está la opción de adentrarse en el mundo de la Inteligencia Artificial, como asesoría ética, o incluso tocar la rama de las Humanidades Digitales, destinadas a todo aquello que tiene que ver con la digitalización del arte y la cultura (apps, web, realidad virtual, catálogos, etc). Imposible que, como mínimo, no te llame la atención.
Pero toma asiento que aún hay más. ¿Sabías que también hay dobles titulaciones en Humanidades? Entender cómo pensamos y actuamos las personas es indispensable para desarrollar cualquier tarea personal y profesional: en este caso, UIC Barcelona también da la posibilidad de cursar Humanidades en paralelo a estudios de Periodismo, Educación Primaria, Derecho, ADE, International Studies y Political Science, estos dos últimos cursando el quinto curso en Nueva York. Formación, conocimiento y transversalidad para hacer crecer cualquier generación. Como muy bien decía Ordine en su manifiesto, fijarse en la literatura, la filosofía, el arte o la música sirve para alimentar la mente y el espíritu y evitar la deshumanización de la humanidad.