Multiconsulta sí o sí. Tal parece ser la decisión de Ada Colau, que, ante el asedio de los tribunales a su iniciativa para consultar a los barceloneses sobre varios temas de ciudad, y, singularmente el de la remunicipalización del agua, ha decidido liarse la manta a la cabeza y asumir directamente la organización. Incluso, al precio de destinar 1,5 millones de euros, cantidad que representa un sobrecoste de 600.000 euros más de los inicialmente previstos, según ha sabido El Nacional.

El futuro de la denominada Multiconsulta Ciudadana o multirreferéndum, prevista para el próximo mes de mayo, está en el aire a raíz de dos recursos contencioso-administrativos contra el artículo 74.3 del reglamento municipal que la regula presentados ante el Tribunal Superior de Justicía de Catalunya (TSJC). Los interpuso la Delegación del Gobierno y la Cámara de Concesionarios y Empresas vinculadas al Sector Público (CCIS).

Inicialmente, el equipo de gobierno de BComú abrió un concurso público para adjudicar el "servicio de producción y logística para la Multiconsulta", uno de los proyectos estrella del mandato de Colau. El contrato prevé tres fases, PreMulticonsulta, Multiconsulta y PostMulticonsulta. El primero incluye la recogida de información y elaboración de contenidos y la gestión de puntos de información; el segundo, la gestión y coordinación de los Puntos de Consulta Presenciales y, el tercero, el apoyo logístico al recuento, entre otras tareas.

El presupuesto total, según consta en el pliego de condiciones al cual ha accedido este diario, era de 918.652,16 euros, como figura en las páginas 3 y 4 del documento:

 

Pero la posibilidad de una suspensión a raíz de los pleitos judiciales abiertos ha hecho reaccionar a Colau abriendo una nueva vía para llevarla a cabo: un crédito a cuenta del presupuesto prorrogado del Ayuntamiento para el 2108. El importe es de 1.500.000 euros. Es decir, el presupuesto ha subido en 582.000 euros más que los previstos en el concurso inicial. El crédito se aprobó en la reunión de la comisión de gobierno celebrada el pasado 25 de enero:

 

De hecho, Gala Pin, concejala de participación ciudadana, anunció el 16 de enero pasado que sacaría adelante la multiconsulta a pesar de la "beligerancia judicial". Además de la cuestión de la gestión del agua, en la multiconsulta también se preguntará a la ciudadanía por el cambio de nombre de la plaza dedicada al esclavista Antonio López -que se rebautizaría como plaza Isrissa Diallo, un inmigrante muerto en el CIE- y el gimnasio social Sant Pau en el Raval así como viviendas sociales.

Aunque Colau ha hecho bandera de la multiconsulta durante toda la legislatura, y prometió que cada año se convocaría una, lo cierto es que, como mucho -y suponiendo que finalmente los tribunales no la suspendan- podrá convocar la prevista para este mes de mayo, dado que el año que viene se celebrarán las elecciones municipales.

Proyecto estratégico

La multiconsulta es un proyecto estratégico para una Colau que necesita recuperar la iniciativa política y reconciliarse con la calle ante las magras perspectivas que le otorgan las encuestas -ERC ganaría las elecciones en Barcelona, según el último barómetro municipal-, con un electorado claramente desencantado.

El proyecto también le permitiría desviar las críticas después de una legislatura en que la lideresa de los comunes ha sido incapaz de gestionar acuerdos y pactos pese a la exigua minoría con la que gobierna. Hasta el punto que, de nuevo, ha tenido que prorrogar los presupuestos después del fracaso de su pacto de gobierno con el PSC. Tres años en los que los grandes proyectos de ciudad han brillado por su manifiesta ausencia.