Impulsar la movilidad al servicio de las personas, este es el punto de partida de la reflexión que este miércoles por la mañana ha protagonizado al presidente del RACC, Josep Mateu, en el acto 'La Gran Barcelona', donde ha dibujado los grandes ejes que debe tener una movilidad que ayude a las personas, partiendo de una "visión metropolitana", donde en el futuro los coches "tenderán a desaparecer del centro de la ciudad". "Es una evidencia que en los centros de las ciudades europeas los coches están desapareciendo poco a poco", ha afirmado Mateu, para señalar que eso se tiene que hacer de forma "acompañada", lo que supone incluso un cambio de los propósitos del mismo RACC, que "se está convirtiendo en un club que acompaña a la gente cuando se mueve y no tanto un club de conductores", aunque ha reconocido que esta nueva percepción genera una cierta controversia entre los asociados.

En un acto de Tribuna RACC presentado por el periodista Xavi Coral y que ha contado con la presencia, entre otros, de Albert Batlle, Damià Calmet y Ramon Tremosa y el alcaldable del PP Daniel Sirera, el acto no ha rehuido su carácter preelectoral, cuando quedan dos meses y medio para las elecciones municipales. En este sentido, Mateu ha apuntado que "se han iniciado muchas actuaciones en Barcelona sin resolver primero el transporte público". Mateu ha recordado que el 80 por ciento de vehículos que circulan por el Eixample son de fuera de Barcelona, y "no se les ha dado alternativa". "Primero hacía falta arreglar el transporte público", ha insistido. "Creo que la implantación de las Supermanzanas o Via Laietana se han hecho precipitadamente y sin informar", ha apuntado el presidente del RACC, que ha añadido, con respecto a la unión del tranvía por la Diagonal, que desde el club automovilístico se habían propuesto alternativas como "el bus eléctrico o un trazado diferente", que se rechazaron.

Mateu ha citado una anécdota del alcalde Pasqual Maragall, cuando a la pregunta de cuántos habitantes tenía Barcelona respondió "a qué hora", para ejemplarizar la necesidad de preparar la ciudad a toda la gente que vive allí y la que necesita entrar y salir. Por eso, ha recordado que según datos de 2019, antes de la pandemia, "cada mañana había 300.000 personas bloqueadas en el área metropolitana, tanto en transporte privado como colectivo", para añadir que "si se viaja en transporte privado es por no tener una alternativa en transporte público fiable", y por eso ha reclamado que Rodalies tenga un funcionamiento más similar al del Metro.

Por todo ello, el RACC se ha fijado como objetivo para la Gran Barcelona que el 30% de los desplazamientos en día laborable se hagan en transporte público en el horizonte de 2030, y por eso ha hecho un llamamiento a los responsables públicos a concretar las acciones para la mejora de la movilidad, detallando presupuestos, financiación y los plazos de ejecución de cada una de ellas, y por eso ha presentado un decálogo de medidas prioritarias para avanzar hacia una movilidad más segura, limpia y asequible en los bolsillos de los ciudadanos.

Las 10 medidas del RACC para mejorar la movilidad en Barcelona

  • 1. Priorizar las inversiones en transporte público metropolitano, especialmente en servicios ferroviarios. El Plan de Rodalies es la actuación con mayor potencial transformador, con una previsión de 6.300 millones de euros de inversión en 10 años y 101 trenes nuevos. Pero desde un punto de vista cualitativo, las mejoras estructurales solo se empezarán a notar a partir de 2025. Hace falta hacer proyectos, desencallar los que están bloqueados y ejecutar con urgencia.
  • 2. Impulsar una estrategia metropolitana para desarrollar una red potente de aparcamientos en las estaciones de tren. Falta oferta de aparcamientos en las estaciones ferroviarias para captar nuevos usuarios de transporte público. Hay que acompañar la inversión en Rodalies y en Ferrocarrils de la Generalitat de un programa potente de Parks&Ride, pasando de los planes a la acción.
  • 3. Coordinar la ejecución de las obras previstas en el espacio público y replantearse el proyecto de la Supermanzana del Eixample. Entre 2022 y 2030 está previsto llevar a término más de 20 actuaciones en la vía pública que aumentarán la congestión y empeorarán los desplazamientos diarios dentro de un área donde residen más de 5 millones de personas.
  • 4. Apostar por la convivencia entre modos y acompañar la movilidad en bicicleta y en patinete. El 65% de los ciclistas se sienten vulnerables cuando circulan por Barcelona y al mismo tiempo un 33% admite que no conoce la normativa de circulación. Hay que garantizar la coherencia entre las diversas ordenanzas municipales de circulación.
  • 5. Profundizar en la visión 0 de la siniestralidad viaria y desarrollar el Plan de la Moto. Las motos representan el 6,9% de los desplazamientos individuales diarios en la ciudad de Barcelona, el doble de los que se hacen en bici y en patinete. En 2022 murieron 23 personas en accidentes de tráfico y 16 eran motoristas.
  • 6. Impulsar la movilidad eléctrica con incentivos a la compra y ampliando la red de puntos de recarga dentro y fuera de la ciudad de Barcelona. La falta de confianza de los usuarios en la disponibilidad de puntos de carga es el principal freno a la electrificación del parque de vehículos circulando, junto con el elevado nivel de precios de los vehículos nuevos. La renovación del parque hace tiempo que tendría que ser una prioridad en términos de descarbonización.
  • 7. Fomentar la movilidad compartida y conectada: modelo de sharing. Hace falta desplegar un modelo consensuado de coches compartidos, distribuir mejor entre los operadores de motos y convertir el bicisharing en metropolitano, sin olvidar el potencial de los patinetes. Y avanzar hacia la integración física y tarifaria de todas las soluciones de movilidad compartida en el transporte público.
  • 8. Resolver el modelo de taxis y VTC. Hay que evitar convertirse en cautivos de las amenazas de huelgas cada vez que se acerca un gran acontecimiento ferial. Hace falta una regulación que no expulse las VTC del mercado y al mismo tiempo facilite la necesaria evolución del taxi en clave|clavo|llave de digitalización del servicio y eficiencia de los recorridos.
  • 9. Mejorar el reparto de mercancías y última milla. En Barcelona, la reducción del 30% de las plazas para carga y descarga provoca que los transportistas aparquen en doble hilera en la mitad de los servicios. Hay que preservar los chaflanes, un espacio genuinamente barcelonés por su versatilidad. Y aprovechar las oportunidades que ofrecen los aparcamientos urbanos como contenedor de servicios de la nueva movilidad.
  • 10. Planificar las infraestructuras y servicios del futuro, pensando en la Barcelona metropolitana más allá del 2030. Hace falta poner las luces largas y consensuar las infraestructuras estratégicas pensando a largo plazo. Hay que acelerar las obras necesarias para tener un aeropuerto intercontinental, el corredor mediterráneo, los accesos al puerto, acabar la estación de la Sagrera, reformar la estación de Sants y aprovechar el potencial de capilaridad que ofrece el bus a escala metropolitana.