El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona tendrá que recurrir a la cuestión de confianza para poder aprobar los presupuestos de 2017, una vez la mayoría de grupos ha rechazado en la comisión de Economía dar luz verde al trámite ordinario en el pleno municipal.

Así lo ha anunciado el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, que ha recordado que el mecanismo de vincular presupuestos con cuestión de confianza es "perfectamente legítimo y ajustado a la ley", ya que la legalidad "plantea que los ayuntamientos no pueden quedar bloqueados".

Por lo tanto, "aunque no es la opción más deseable para el gobierno municipal", Pisarello ha anunciado que los presupuestos saldrán adelante y ha acusado la oposición a tener "una predisposición a votar 'no'" y ha añadido que la ciudad "tendrá unos buenos presupuestos, que reflejan una política de cambio."

26 'no' por 15 'sí'

La decisión del equipo de gobierno llega una vez se ha rechazado la propuesta de presupuestos con los votos contrarios de la oposición en bloque, CiU, C's, ERC, PP y CUP y los favorables del equipo de gobierno, BComú y PSC. Es decir, 26 votos en contra por 15 a favor.

La oposición ha cargado contra la propuesta presupuestaria y la opción de aprobar el proyecto en minoría y vía cuestión de confianza. La concejala Sònia Recasens (CiU) ha advertido a Pisarello que "tendrán sí o sí presupuestos, pero también soledad y debilidad", mientras que la presidenta del grupo municipal de C's Carina Mejías -y presidenta de la comisión de economía-, le ha recordado que el equipo de gobierno está en minoría, "y los grupos de la oposición no tenemos por qué hacerles ningún favor" y que en ningún caso se puede culpabilizar la oposición "de su fracaso". A su vez, el presidente del grupo municipal de ERC, Alfred Bosch, ha acusado al equipo de gobierno de haberse "empequeñecido", ya que han pasado de contar con 21 votos a favor de la investidura de Colau en los 15 actuales.

Complicada moción de censura

La cuestión de confianza permite aprobar los presupuestos pero da un plazo de treinta días al resto de grupos para presentar una moción de censura con unos presupuestos alternativos y un candidato a la alcaldía, de manera que si no se presenta esta alternativa en el periodo fijado, los presupuestos quedan aprobados y la alcaldesa ratificada. En este sentido, la coalición de gobierno entre Barcelona en Comú y el PSC prevé que la falta de consenso entre el resto de grupos imposibilitará que se presente la moción de censura, ya que no habrá acuerdo para presentar a un candidato alternativo.