Las obras de renovación y modernización en el Túnel de la Rovira de Barcelona se alargarán dos meses más de lo previsto una vez se han encontrado complicaciones en la excavación de una de las galerías de conexión entre los dos tubos de la infraestructura. Esta incidencia implicará que estas obras, que tenían que finalizar en diciembre de 2025, se alargue hasta febrero de 2026 y comportarán también otro cambio en las previsiones de movilidad, ya que se ha descartado el corte del túnel de subida previsto en agosto y, con la intención de garantizar siempre el sentido de salida de Barcelona, se prevé que una vez finalicen los trabajos en el túnel de bajada, que lleva cerrado desde el mes de marzo, se habilite en sentido subida, manteniendo así las alternativas y desvíos en sentido bajada todavía unos meses más.
Así lo ha explicado la primera teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet, en el marco de la presentación del catálogo de obras de este verano. En concreto, durante los trabajos de perforación se han encontrado con que la roca del subsuelo es "más dura" de lo que se calculaba, hecho que "ralentiza" el ritmo al cual se puede perforar y obliga a alcanzar los plazos previstos. Así, las obras de renovación de la infraestructura acabarán en febrero de 2026 en lugar de diciembre de 2025, es decir, dos meses más tarde de lo que se había previsto en el calendario. Con todo, la nueva planificación también implicará que en ningún momento de la obra se cortará el tráfico en sentido salida de la ciudad.
Los cambios en la planificación se han hecho así porque la ralentización de las tareas retrasaba cortar el sentido subida hasta septiembre, en lugar de poder hacerlo durante el mes de agosto, como estaba previsto. El Ayuntamiento, sin embargo, ha decidido no cortar el sentido subida teniendo en cuenta que coincidiría con el inicio de curso escolar en septiembre y el aumento de la movilidad. Así lo ha explicado Bonet, que ha recordado que inicialmente el sentido salida se habría cortado el mes de agosto y se habría recuperado en septiembre, pero eso no puede ser así porque se tarda más en avanzar las tareas. Por el contrario, se ha decidido que se mantendrá el sentido subida por un tubo o el otro, dependiendo del momento de la obra.
Garantizar la salida de la ciudad
Lo que se hará para "garantizar en todo momento" la salida de la ciudad -sentido subida- a través del Túnel de la Rovira es habilitar el tubo de bajada para que los vehículos puedan subir. Es decir, que el tráfico circulará por el tubo contrario. En paralelo, el sentido bajada de los vehículos seguirá siendo posible a través de la desviación de tráfico ya prevista por un recorrido alternativo. La obra prevé mejorar la seguridad, la eficiencia energética, renovar el pavimento, tratar las patologías estructurales, mejorar la impermeabilización y el drenaje y renovar buena parte de las instalaciones del túnel, que tiene unos 1.300 metros y data de 1987. Desde finales de marzo está cortado el sentido descendente para ejecutar las obras en las tres galerías de evacuación del túnel y ha sido durante estas tareas que se ha visto que la roca era más dura de lo que se pensaba.