Sant Antoni pierde una de las figuras más queridas del barrio. Este martes, Milagros Carballo, conocida como la quiosquera de Sant Antoni, ha muerto a los 90 años. La triste noticia ha sido avanzada por Brigitta Lamour en redes sociales, quien ha lamentado la muerte de la quiosquera que tantos años nos endulzó. La muerte de la Milagros deja un vacío en la comunidad de Sant Antoni, ya que durante más de 60 años, fue el corazón y el alma del quiosco de golosinas en la calle de Villarroel con la ronda de Sant Antoni. Su legado se inició al lado de su marido, pero desde hace más de 60 años, ella lo regentaba sola. Convertida en una institución en el barrio, su quiosco fue mucho más que un lugar para comprar dulces; fue un punto de encuentro, una parte fundamental de la vida cotidiana para los vecinos.
Desgraciadamente nos ha dejado a la Sra. Milagros que tantos años nos va endulzó y a mí especialmente el cor����Sempre en el recuerdo A.C.S https://t.co/bqgKwzYekB
— Brigitta Lamoure (@BrigittaLamoure) January 17, 2024
Una vida dedicada a los vecinos de Sant Antoni
Tal como se explica en un reportaje que emitió la televisión pública de Barcelona Betevé este 2023, Milagros, originaria de Piedrafita do Cebreiro, Lugo, llegó a Barcelona en los años 50 y empezó su vida profesional en la capital catalana como sirvienta. No obstante, cambió el rumbo de su vida cuando conoció a su marido, que ya era propietario del puesto de golosinas. Desde 1962, Milagros ha endulzado las vidas de generaciones enteras, dejando una huella inolvidable en la memoria de pequeños y grandes que día tras día han pasado por delante de su pequeño quiosco.
La calle de Villarroel y la ronda de Sant Antoni han sido testigos de las anécdotas e historias que Milagros compartía con sus clientes. Muchos no solo iban a comprar golosinas, sino también pasar un rato con ella, charlar y compartir momentos de su vida. La comunidad de Sant Antoni recordará Milagros Carballo como una figura querida, no solo por su papel como quiosquera, sino también como una figura del barrio que ha sido importante de la vida de muchos niños y adultos. Su pérdida deja un vacío, pero el recuerdo de su sonrisa, su amabilidad y la dulzura que trajo a tanta gente del barrio seguramente perdurará en el recuerdo de muchos vecinos.