El Juzgado Contencioso Administrativo 4 de Barcelona ha rechazado la petición de los promotores del Hermitage de suspender provisionalmente el acuerdo de la Comisión de Gobierno de Barcelona que denegó el convenio que el Port de Barcelona quería establecer con el proyecto del museo en la Nueva Bocana. Los promotores habían pedido esta suspensión como medida cautelar hasta que no se resuelva el caso, pero en su auto, el juez la descarta porque considera que no es materia de medida cautelar, ya que forma parte del mismo fondo del caso y por eso habrá que tomar la decisión en juicio.

Adicionalmente, los promotores del Hermitage también pedían la suspensión de una normativa urbanística que atribuye al consistorio la decisión final sobre los proyectos culturales que se hagan en la nueva bocana del puerto, cosa que el juez tampoco ha aceptado. Una vez conocida la resolución judicial, la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, ha mostrado su satisfacción por esta resolución judicial, al considerar que "no tiene sentido" lo que pedía el Hermitage, ya que el Ayuntamiento "no está obligado" a tramitar el convenio, sino a responder a la petición del museo. Así, y con el aval de diversos informes técnicos, Sanz asegura que la propuesta de franquicia del museo ruso no es lo que "la ciudad necesita ni la gente quiere, porque no tiene identidad barcelonesa". Además, como ya hizo cuando los promotores anunciaron la retirada de su proyecto, Sanz ha contrastado esta propuesta con la que ha hecho el Liceo, de abrir una segunda sala de conciertos en la misma zona, y que el consistorio ve con buenos ojos.

Batalla judicial abierta

Con todo, la batalla judicial continúa abierta, ya que cuando los promotores del Hermitage anunciaron a finales de enero que renunciaban al proyecto de abrir en la capital catalana una franquicia del célebre museo de San Petersburgo a causa de las trabas que les había puesto el ayuntamiento, el fondo suizo-luxemburgués Varía, líder de la iniciativa, avisó de que dedicarían todos sus esfuerzos en el frente judicial que mantienen abierto con el consistorio con la intención de conseguir una indemnización por los años que el proyecto ha sido bloqueado.

Aunque la polémica en torno a la instalación del Hermitage en Barcelona se ha alargado durante años, en los últimos meses había llegado a su clímax, con un claro enfrentamiento entre el consistorio y los promotores, con el añadido que uno de los socios del gobierno municipal, el PSC, siempre se había mostrado públicamente a favor del nuevo museo, que tenía que ocupar un solar de la nueva bocana del puerto. Sin embargo, en octubre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, negó el permiso para la instalación, hecho que abrió un proceso judicial. El Hermitage Barcelona llevó al ayuntamiento a los tribunales porque entiende que la denegación del permiso, a pesar de la autorización inicial por parte de Port de Barcelona, no se ajusta a la ley. Esta batalla, continúa abierta.