Los desahucios en Barcelona no se detienen: cada día hay 28 desalojos en el área de Barcelona. Familias enteras, parejas, personas mayores que viven solas... personas de un perfil social y generacional muy diverso tienen que afrontar la pérdida del hogar. Los datos constatan una realidad aterradora, que avanza sin freno y que las instituciones y organizaciones parecen no ser capaces de afrontar, a pesar de los esfuerzos.

Y lo que es peor: ya no se está desahuciando sólo a personas que no pueden hacer frente al pago de la hipoteca, sino a inquilinos que no pueden asumir el coste del alquiler.

Menos compra, más alquiler

La compraventa de viviendas ha caído estrepitosamente desde el estallido de la crisis, especialmente con respecto a los inmuebles de nueva construcción. En 2010, después del estallido de la burbuja inmobiliaria y ya en plena recesión, en el conjunto del Estado se adquirieron prácticamente 200.000 pisos, cifra que se ha ido reduciendo hasta una cuarta parte en 2015, último año en que hay datos.

El peor año de la crisis fue el 2013 con poco más de 300.000 transacciones inmobiliarias. Para hacerse una idea del hundimiento del mercado hay que remontarse a las cifras de 2007, antes de la explosión de la burbuja, cuando se adquirieron 836.871 viviendas.

Ante la imposibilidad de comprar pisos, la opción que ha ganado peso ha sido el alquiler. Pero esta vía tampoco es de acceso para todo el mundo: en Barcelona, la creciente demanda de alquiler -por el turismo y la rotación de profesionales- ha disparado los precios de los arrendamientos, tal como explicó El Nacional.

Descalabro de las hipotecas

La caída de la compra de inmuebles se explica principalmente por dos razones: la pérdida de poder adquisitivo del conjunto de la ciudadanía y la dificultad de acceso a los préstamos hipotecarios a raíz de la subida de los requisitos de las entidades bancarias.

En el mismo periodo, entre 2010 y 2015, la contratación de hipotecas en Catalunya se ha reducido de 139.560 hasta 54.131. Es decir, los bancos han dejado de otorgar dos de cada tres hipotecas, una tendencia idéntica a la registrada en el conjunto del Estado.

Un desalojo cada 50 minutos

En el 2015, hubo un lanzamiento -o desalojo- cada 50 minutos en el área de Barcelona, según lo que apuntan los datos del informe ICAB 2016. En total, en el global del año, fueron 10.448, el doble de las cifra registrada en el 2010. Para entender la magnitud de esta cifra, conviene aclarar qué es un lanzamiento y en qué se diferencia, por ejemplo, de una ejecución hipotecaria.

La ejecución hipotecaria se produce cuando el propietario del inmueble deja de pagar entre tres y seis cuotas y la entidad bancaria le reclama entonces el total del crédito más unos intereses del 20%. En cambio, el lanzamiento se produce cuando el banco quita la propiedad de la persona o personas y pide que abandonen el inmueble después de constatar que no pueden hacer frente al pago.

Ahora bien, cuando hablamos de lanzamientos, también podemos hacer referencia a la situación siguiente: cuando el propietario de un piso exige que los inquilinos lo abandonen por una serie de impagos. Precisamente, por extraño que pueda parecer, estos son los lanzamientos más habituales en Barcelona: de hecho, tres de cada cuatro son a causa del impago del alquiler y sólo dos de cada diez por no hacer frente a las cuotas hipotecarias.

Ayudas para el alquiler de acceso complicado

Ante el aumento de los desahucios en pisos de alquiler, el Consorci d'Habitatge, formado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, ha habilitado una serie de ayudas económicas para las personas que no pueden hacer frente al pago del alquiler. El Nacional ha querido comprobar cuáles son las condiciones de esta ayuda y si son accesibles para los barceloneses en situación de riesgo.

Para obtener la ayuda para el alquiler, la persona que la solicita no puede tener un sueldo que supere los 15.935,46 euros netos al año, lo que representan 1.327,96 euros mensuales. La cifra parece a priori adecuada a las necesidades de los distritos con un perfil socioeconómico más bajo: en el 2015, tres distritos de Barcelona registraron una renta media por cápita por debajo de la cifra exigida para obtener la subvención: Horta-Guinardó (15.750 euros de ingresos medios por cápita), Sants-Montjuïc (15.445 euros) y Sant Andreu (14.399 euros).

Cuando se habla de más de una persona a la vivienda, aparece un problema: el baremo es poco progresivo. Por ejemplo, una pareja que pretenda recibir la ayuda para el alquiler tendrá que percibir un máximo 16.428,31 euros, poco más de 500 euros netos más respecto del caso de solicitarla una sola persona. Si ambos miembros de la pareja trabajan, tendrían que percibir cada uno de ellos un sueldo de 8.214,15 euros al año, es decir, un salario por debajo del mínimo interprofesional. En el caso de una unidad familiar con tres personas, la cifra se amplía a sólo 17.134,90 euros y, para cuatro, sube hasta 17.706,07 euros.

¿800 euros por un piso?

Otro de los requisitos para obtener la ayuda es estar empadronado en el piso cuyo pago no se puede afrontar. El conflicto aparece cuando se echa un vistazo al límite del precio del alquiler para obtener el subsidio: 800 euros mensuales. Los últimos datos del Departamento de Estadística de lo Ayuntamiento de Barcelona, junto con las ofertas de los principales portales immobiliarios, demuestran que en la capital catalana cada vez hay menos ofertas por debajo de este límite. Y es que el precio medio de un piso en Barcelona se situaba en 786,10 euros en el 2016, una cifra que se amplía hasta más de 900 euros en distritos como el Eixample o Les Corts.

El Nacional también ha consultado distintos portales inmobiliarios en Internet para comprobar si, a día de hoy, existe volumen de oferta por debajo de los 800 euros. A 10 de febrero, fecha en que se realizó la consulta, en el portal Idealista.es había 489 pisos por debajo de este umbral (4,95% de la oferta total); en Enalquiler.es ofrecían 265 pisos (6,29%); en Fotocasa, 417 (9,29%); en Pisos.com se encontraban 259 pisos (12,7%) y en Habitaclia, 675 (13,01%).

Con todo, se constata que la oferta de pisos actual de pisos bajo los 800 euros en Barcelona es muy minoritaria y que, en consecuencia, el acceso a las ayudas públicas resulta cada vez más complicado de gestionar.