Quedan menos de veinticuatro horas para la celebración del plenario municipal donde se someterán a votación los presupuestos de Barcelona presentados por el alcalde Jaume Collboni, y sobre el papel, no saldrán adelante, ya que solo contarán con el apoyo de PSC y ERC, de manera que Collboni tendrá que acogerse a la cuestión de confianza. Con todo, las negociaciones no se han detenido todavía, ya que el teniente de alcaldía Jordi Valls ha convocado a Barcelona en Comú a un encuentro este mismo jueves, según lo ha dado a conocer la portavoz de los comunes en el Ayuntamiento, Janet Sanz: "El teniente de alcaldía nos ha pedido encontrarnos el día de hoy, pero no tenemos más concreción", ha señalado.

Sanz, que este jueves por la mañana ha comparecido ante los medios para dar a conocer las iniciativas que llevarán al pleno del viernes, ha defendido lo mismo que decidió el plenario de los comunes del martes, la necesidad de llegar a un acuerdo de gobierno para votar a favor de las cuentas de Barcelona. Eso sí, ha dejado abierta un resquicio para poder llegar a un acuerdo, señalando que los socialistas "tienen unas horas para hacernos llegar sus propuestas", a la vez que ha lamentado que en las últimas jornadas "no ha habido ni una llamada" del alcalde Collboni a la exalcaldesa Colau.

Con todo, aunque haya tiempo para hacer una última reunión, Sanz ha insistido en que estas negociaciones "las tiene que liderar quien gobierna", pero ha puesto sobre la mesa la necesidad de mantener las políticas promovidas por los comunes en el anterior mandato, los ejes de las cuales formarán parte de las propuestas que BComú llevará al mismo pleno, como la extensión de las supermanzanas y las protecciones de los entornos escolares, así como garantizar que no habrá cambios en el PEUAT para evitar que se abran nuevos hoteles en el centro de Barcelona. "Lo que hemos planteado es que hay que hacer una negociación de políticas completas", ha afirmado Sanz, para añadir que en las cuentas que se votarán el viernes, "no hay un solo euro para supermanzanas o para el Protegim escoles, ni para regeneración urbana".

En todo caso, y sin apuntar ninguna concreción más sobre el encuentro previsto con Valls, Sanz ha insistido en que "nadie entendería que Barcelona en Comú hiciera un voto que fuera un cheque en blanco", porque "votar a Barcelona en Comú simboliza una garantía de determinadas políticas". Por eso mismo, Sanz ha apuntado que la intención de los comunes en lo que pueden ser los últimos intentos de acuerdo es el de "condicionar, en la medida de nuestra representatividad", las políticas a lo largo del mandato, para insistir en que para garantizarlas hace falta que los comunes entren en el gobierno de Barcelona. Al menos en teoría, hay de margen para lograrlo hasta el viernes a las 10 de la mañana.