El Institut de Cultura de Barcelona (Icub) ha retirado la campaña de fomento de lectura encargada a la agencia After Share, de Risto Mejide, forzado por la revuelta de un numeroso grupo de editores, libreros, autores, traductores y bibliotecarios, que la consideran "un despropósito", según el manifiesto que han publicado este jueves, en el que pedían su retirada, cosa que han logrado.

El manifiesto lo han redactado las librerías Calders y Al·lots con las escritoras Tina Vallès y Bel Olid (presidenta de Associació d’Escriptors en Llengua Catalana, AELC) y la editora de Raig Verd, Laura Huerga, en nombre de las nueve editoriales independientes reunidas en Llegir en Català. Contra la campaña ya se habían manifestado el PEN Català, la Associació Col·legial d'Escriptors de Catalunya (ACEC) y la AELC, en un comunicado muy duro.

Las redes también hervían de críticas de libreros (los las librerías La Calders, Nollegiu o Adserà, entre otros), bibliotecarios, traductores y otros agentes culturales.

Este jueves por la mañana, algunos de estos profesionales, que participaban en un seminario en el CCCB, han decidido ponerse manos a la obra y redactar un solo manifiesto que recogiera el malestar del sector y hacerlo público, ha explicado Laura Huerga a El Nacional. "Desde el miércoles, cuando se supo que la campaña se había encargado, confluyen varios movimientos en el mismo momento", ha dicho.

Manifiesto muy duro

"Más que acercar a la gente a la lectura, provoca directamente su rechazo al utilizar unas ideas que, desde hace tiempo, están probadas como disuasorias, como presentar los libros desde una posición de superioridad moral", dice el manifiesto conjunto de este grupo de profesionales. "Nos desmarcamos por completo del mensaje que aporta esta campaña", remacha.

El presupuesto que el Ayuntamiento pretende invertir es "desorbitado", añade. El coste de la campaña asciende a 108.000 euros. "Desde hace tiempo, el sector pide, e incluso propone, campañas elaboradas conjuntamente por profesionales de la Cultura y la Educación, implicando a bibliotecas, librerías y escuelas. Nunca se nos escucha, pero entretanto nos endosan campañas como esta, sin pies ni cabeza".

Para los profesionales del sector, una campaña que consiste "en grabar a libreros y bibliotecarios haciendo recomendaciones, el montaje de las imágenes y el envío de los libros no puede costar 110.000 euros". Citan como referencia la partida destinada a organización, viajes, puesta en marcha y funcionamiento del pabellón catalán en la última Feria de Bolonia, "que fue de 500.000 euros".

¿Quién queremos que lea?

El manifiesto del PEN, AELC y ACEC es especialmente contundente. Lamenta que se deje la promoción de la lectura "en manos de una empresa de publicidad, sin haber confiado el contenido y el enfoque a quién realmente sabe sobre promoción de la lectura".

También señalan "el nivel lingüístico inaceptable que demuestra" la presentación de la agencia After Share y el cúmulo de tópicos que despliega", cosa que les hace dudar "de que la empresa sea competente para emprender una campaña de estas características".

Los firmantes se preguntan "¿Quién queremos que lea más y mejor? Y sobre todo, ¿enviar libros al presidente de otro país es la manera más adecuada de conseguirlo?". Para este grupo, se trata de una "campaña encubierta de los partidos del gobierno".

El Icub depende del teniente de alcalde socialista Jaume Collboni, a quien Risto Mejide hizo la campaña electoral de las municipales del 2015. Mejide se ha enfadado bastante con las críticas recibidas.

El sector se siente utilizado "porque, en nuestro nombre y con la excusa de hacerlo todo por la cultura, algunos hagan sus negocios, que suelen implicar el desvío de grandes cantidades de dinero público hacia unas empresas privadas concretas."

"Cuando salió la campaña ya hablamos por whatsapp y nos pareció ridícula", explica Huerga. "Pero es que el tema tampoco es eso, es que se suma a una serie de iniciativas del Icub que no entendemos. La campaña es la gota que colma el vaso. Creo que cada vez estaremos más vigilantes con estas iniciativas y cómo gastan el dinero público en cultura", añade.