El conflicto generado entre los vecinos del barrio de la Font d'en Fargues, en el distrito de Horta-Guinardó y la propiedad de la finca llamada la Selva, un espacio semiforestal y con casa modernista, ha concluido con la aprobación en la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona del proyecto de construcción de una residencia de ancianos privada donde los vecinos reclamaban la expropiación y la creación de una zona verde de uso público. La Selva es una finca privada situada en la calle Camil Oliveres de más de una hectárea de superficie y con una casa de estilo modernista, que ahora será derribada para dar paso a las nuevas edificaciones.

Hay que tener en cuenta que el pasado mes de febrero y en sintonía con las reivindicaciones del colectivo 'Salvem el Patrimoni, Salvem La Selva', el plenario municipal aprobó por unanimidad la suspensión del Plan Especial Urbanístico (PEU), que ya había sido aprobado inicialmente, para frenar el proyecto. Eso sí, se trataba de una parada temporal, y a petición de la misma propiedad, para poder presentar un nuevo proyecto, que es el que ha sido aprobado ahora. De hecho, la nueva propuesta ha contado con los votos a favor de PSC, JuntsXBCN, PP y Vox, mientras que solo han votado en contra BComú y ERC.

La razón por la que ahora haya salido adelante el proyecto de construcción de la residencia de ancianos radica en que la promotora de este equipamiento, la sociedad Caversa SL, ha rehecho su proyecto inicial. Según detalla Betevé, el nuevo plan presentado es el resultado de una mediación entre el distrito de Horta-Guinardó y la propiedad para que una parte del jardín, de unos 1.300 metros cuadrados, sea de uso público en un horario determinado. Este hecho ha hecho decantar los votos de Junts per Barcelona a favor del proyecto. Con todo, miembros de la plataforma vecinal asistieron a la comisión para mostrar su rechazo al proyecto. Hay que tener en cuenta que el proyecto prevé respetar el muro perimetral, pero también derribar la casa y otras construcciones interiores y quitar decenas de árboles, que podrían ser trasplantados.

Un espejismo de la trama urbana barcelonesa 

Hasta ahora, la finca privada llamada la Selva era un espejismo de la trama urbana barcelonesa, ya que se trata de un espacio semiforestal con una casa modernista en medio que recuerda cómo a principios del siglo XX las familias adineradas de Barcelona se construían residencias de veraneo en entornos más naturales fuera del centro de la ciudad. Después de muchos años en desuso y en estado de abandono, la finca tenía las puertas abiertas y la casa estaba ocupada por un colectivo de jóvenes que organizaba actos culturales.