Si sois amantes del vino, seguro que habéis probado la docena de denominaciones de origen que tiene Catalunya, sabéis de sobra qué es y cómo se elabora el blanco de noirs y conocéis a la perfección el calendario de la vendimia, pero del que quizás no habéis oído nunca hablar es del vino holandés; ¡Porque sí, en Holanda hay viñas además de campos de tulipanes!

viñas holandesas - Elisabet cortiles

En las afueras de la ciudad de Maastricht, varias bodegas llenan de uva las colinas de Limburg, la única región del país que se aleja del monótono paisaje plano, característico de los Países Bajos. De hecho, sin sus vertientes, el vino holandés no existiría; protegen las viñas del viento y favorecen una temperatura más suave que la vivida a la uniformidad de la llanura.

Holanda turons - elisabet cortiles

Conocida como la región de las tres fronteras -conecta Holanda con Bélgica y Alemania-, Limburg puede resultar toda una experiencia para los expertos en vino. Sus bodegas, jóvenes y sin ningún tipo de complejos, se atreven con variedades híbridas que no dejarán vuestro paladar indiferente.

Un paseo por las viñas

Las primeras viñas de Maastricht se plantaron a la época de los romanos y son las más antiguas del país, pero eso no quiere decir que dejaran una gran herencia. El cultivo de uva en los Países Bajos no supera las 500 hectáreas, y la mayoría se encuentran en Limburg. Sus viñas comparten horizonte con pastos de vacas y campos de trigo que también se aprovechan de la riqueza de su suelo arcillado.

Casi todas las bodegas de Limburg ofrecen visitas guiadas, y es que el recorrido por las viñas no está definido y los caminos son de propiedad privada. Una de las cosas que más os sorprenderá si decidís aventuraros por el poco conocido mundo vinícola holandés será el cultivo de la viña en sí, muy diferente al que estamos acostumbrados. En Holanda, las viñas se dejan crecer verticalmente y pueden superar el metro de altura. De esta manera, tienen más superficie para captar los rayos de sol -no les sobra el buen tiempo precisamente- y la uva puede madurar en condiciones. Otra de las curiosidades que podréis apreciar durante vuestro paseo es que dejan crecer la vegetación por toda la viña -y hasta todo plantan flores a cada hilera- para evitar el exceso de agua en la uva -de lluvia sí que les sobra.

uva holandesa - elisabet cortiles

Si tenéis la suerte de visitar la región de Limburg en octubre, os encontraréis de lleno con la vendimia. Por muy expertos que os parezcan, la mayoría de viticultores que veréis tenían otras profesiones hace poco. Muchos de ellos eran ganaderos o gerentes de empresa en Maastricht que bebieron en la viña una oportunidad de negocio; Y eso se refleja en el número de bodegas aparecidas los últimos años: si en 1998 se podían contar con los dedos de una mano, hoy son cerca de un centenar, la mitad de los cuales están ubicados en el sur del país.

Cata de vinos

Una vez hayáis conocido las particularidades de la de viña holandesa, por fin podréis probar sus vinos más característicos. Los viticultores holandeses cultivan variedades resistentes y que se adaptan bien al frío, como el Pinot noir y el Pinot gris, la Müller-Thürgau, y la más particular, la gewürztraminer. Todas ellas variedades de origen germánico, suizo y francés. Lo que más os encontraréis durante vuestra cata serán vinos blancos refrescantes, ideales para acompañar con quesos y marisco, y algún vino tinto sin grandes pretensiones.

viticultores holandeses maduración vino - elisabet cortiles

La ventaja de no cargar con una larga tradición vitivinícola -dice nuestra guía-, es que las bodegas se pueden atrever a mezclar variedades de vino sin ningún tipo de remordimiento. Pretenden encontrar una identidad propia con nuevas fórmulas y con maduraciones en barrica diferentes a las establecidas. No pretenden competir con vinos franceses, catalanes o españoles, por ahora, se conforman al hacerse el suyo; saben que el vino holandés es todavía anecdótico pero se sienten muy orgullosos.

M de maridaje en Maastricht

Maastricht es actualmente una de las ciudades holandesas con mejor oferta gastronómica. Sus habitantes son muy aficionados a la buena comida y la buena vida -a diferencia de sus compatriotas del norte- y la mayoría de sus restaurantes cuentan con vinos limburguesos.

Si queréis acabar el día de manera redonda, os proponemos cenar en el restaurante Mas Ames, con una amplia vinoteca holandesa y un menú degustación muy ajustado que os permitirá hacer un viaje por la gastronomía del país sentados en la mesa.

vinos holandeses - elisabet cortiles

¡Salud! O como dirían en neerlandés: ¡Gesondheid!

Algunas bodegas interesantes para visitar en Limburg:

Wijngaard De Apostelhoeve: http://www.apostelhoeve.nl/

Hoeve Nekum: http://www.hoevenekum.nl/

Domaine Backerbosch Cadier en Keer: https://www.domainebackerbosch.nl/

Wijngoed Thorn: https://wijngoed-thorn.nl/