Por si les quedaba alguna duda, y por mucho que según donde, se los blanquee y se les ría las gracias, todavía hay mucha gente que no piensa callar ante los ultras y piensa llamar a las cosas por su nombre. Pasa en el Congreso, pasa en la televisión y pasa en la terraza de un restaurante.

espinosa y monasterio

@rociomonasteriovox

Lugo. Rocío Monaterio va a un acto de la campaña de las elecciones autonómicas del 12 de julio para dar apoyo a Sonia Teijeiro, candidata de Vox en aquella provincia gallega. Después del acto, la presidenta del partido en Madrid y su marido, el vicesecretario de Relaciones Internacionales, Iván Espinosa de los Monteros, fueron a cenar a un restaurante del centro histórico. Y allí comprobaron lo que piensa mucha gente cuando les ve:

Aquí están los antifascistas... Según el diario El progreso, los escoltas de los dos miembros de Vox reclamaron la presencia de la policía, pero la cosa no fue a más. Lo que sí fue a más es la soberbia de Monasterio. Y el ridículo. Cuando acaban de cenar y se marchan, el grupo de vecinos que antes les chillaba, aplaude, satisfechos que por fin se largaran de la zona. ¿Y a la política ultra qué se le ocurre destacar en las redes? Que la despidieron al grito de presidente, cosa que hizo otro de los presentes: