Lo que está haciendo Ciudadanos es digno de estudio. Por mucho que hicieran un ridículo espantoso en las urnas, por mucho que la ciudadanía les ha puesto en su lugar volviéndoles la espalda en las elecciones, por mucho que su papel en la política española y catalana cada vez es más residual, ellos siguen provocando vergüenza ajena con actitudes chulopiscinescas más propias de un portero de discoteca que de unos diputados y parlamentarios. ¿El último show? En el Parlament de Catalunya. Y no sólo por el discurso de Lorena Roldán, que también.

lorena roldan

Pleno de este lunes. La sesión de tarde no ha llegado ni a una hora. Roldán espolea a sus palmeros de la bancada naranja. Los ánimos en Cs, encendidos e hiperventilando. El presidente del Parlament, Roger Torrent, llama al orden a Roldán por referirse al president Quim Torra como "terrorista, corrupto y delincuente", palabras que el de ERC ha tildado de "expresiones calumniosas". Roldán rechaza las indicaciones de Torrent. El grupo parlamentario de Cs, con Carlos Carrizosa al frente, derechos aplaudiendo y chillando "delincuente, delincuente" dedicándoselo a Torra. Torrent suspende la sesión durante unos minutos. Ciudadanos abandona la cámara catalana, pero no sólo con la patética imagen que ya habían dado, en Cs son especialistas en querer estirar la cuerda del barriobajerismo hasta límites repugnantes. Carrizosa regañando y señalando a Torrent como un perdonavidas. Un espectáculo grotesco:

Imagen que no ha pasado por alto Toni Soler, que ha dicho las cosas por su nombre, como acostumbra, y ha pedido que si vuelve a haber elecciones en Catalunya, "al menos que desaparezca de nuestra vida esta panda de macarras".

No se puede decir más claro. Ocho letras que retratan unas maneras de hacer absolutamente lamentables e impropias de un grupo de personas que se hacen llamar políticos.