Tamara Falcó tiene 8 hermanos y hermanas. Los tiene a ambos lados; por parte del padre difunto, Carlos Falcó, fallecido hace 4 años por la covid, y también por parte de madre, Isabel Preysler. En el caso de la filipina, vienen de dos padres diferentes: Julio Iglesias y Miguel Boyer. Familia numerosa y, a pesar de las apariencias que proyecta la socialité más famosa, no siempre bien avenida. No es el edén. No es idílica. Y de vez en cuando, saltan las costuras. La marquesa se ha encargado de hacer público el malestar de manera pública.

Íñigo Onieva tiene buena parte de culpa de las tensiones internas, especialmente por el bando Iglesias. El marido de Tamara, cazado en plena infidelidad y mentira descarada, fue marcado con una cruz por dos miembros ilustres de la saga. Uno, Julio José, lo sentenció en su momento, aunque después recogiera cable para tener una boda en paz. El otro, Enrique, ha sido más sibilino: dio el visto bueno a su despido de la empresa donde trabajaba Íñigo, y no se presentó al bodorrio excusándose con problemas de socialización. La estrella del pop se zafaba y la dejaba con un palmo de narices. Después de tragarse la decepción y el enfado, a la Falcó no le quedó más remedio que encajar y salir adelante. Era una batalla perdida y contra un mal enemigo.

Julio José Iglesias aeropuerto GTRES
Julio José Iglesias / GTRES
kournikova y enrique iglesias GTRES
Anna Kournikova y Enrique Iglesias / GTRES

En el otro lado, el de los Falcó, tampoco son piruletas y serpentinas. A pesar de la proximidad con su hermano más mayor, Manuel, padrino de su boda, y la ausencia de conflictos públicos con el resto (Xandra, Duarte y Aldara), se puede decir que la procesión va por dentro. ¿Un titular? Pues que la rama paterna pasa de ella como de la sarna. Le están haciendo ghosting, la ignoran. Hace tiempo que no responden a sus mensajes de Whatsapp. Ha dejado patente su malestar en un programa de Cuatro, mientras explicaba que prepara un viaje (oh, sorpresa) familiar para visitar la tumba de la bisabuela común, ubicada en Francia. Una excursión que, de momento, hará más sola que la una.

Lecturas habla de indignación de Tamara: se queja de que no haya ninguna respuesta por parte de sus hermanos Falcó. Ni para confirmar, ni tampoco para rehusar la propuesta. La peor de las opciones, y seguramente la más elocuente de todas: el interés por las cosas de la hermana famosa es inexistente. El grupo de mensajería instantánea es un páramo inhóspito, ni un triste doble check. Muerte. La rajada pública y televisada de la marquesa hará milagros y activará, seguramente, su actividad. Ahora bien, el mal ya está hecho. Los ha dejado a todos con el culo al aire, destapando sus intimidades y ofreciendo una imagen penosa en términos familiares. Las rabietas de Tamara siempre son peligrosas. Dejan víctimas por el camino.

Xandra Falcó cara circunstancias GTRES
Xandra Falcó / GTRES