Las furibundas reacciones a la entrevista que Susanna Griso realizó a Ángel Hernández, el hombre que ayudó a morir a su mujer, han hecho daño a la presentadora. Su pregunta sobre si el hombre había registrado las duras imágenes del suicidio asistido "para incidir en la campaña electoral", causaron un terremoto en la opinión pública, indignada con la falta de empatía y humanidad de la presentadora de Espejo Público. Y la catalana ha acabado por claudicar, pidiendo perdón vía Twitter (a pesar de ofrecer excusas y justificaciones varias para su actitud profesional).

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Antena 3

Griso busca indulgencia, comprensión, rehabilitación. Y nos recomienda volver a ver la entrevista. Como si no hubiéramos tenido suficiente con una vez. Como si a la gente le resulte agradable revivir lo que consideran una humillación a un hombre que atraviesa una situación límite y durísima. Quizás por esta razón, o porque no es la primera vez que demuestra su habilidad haciendo sensacionalismo, o incluso porque su disculpa llega demasiado tarde, Susanna no ha encontrado el consuelo que buscaba. Más bien, todo lo contrario. Nadie la perdona.

Nadie cree a Griso, a la que siguen dedicando todo tipo de calificativos nada elogiosos, recomendándole que si realmente busca la redención, transmita las disculpas en directo y en persona. Y a ser posible, que esta rectificación sea real, y no sólo un escudo contra las críticas. En caso contrario "nos la trae al pairo, Susanna"