Robert de Niro está enamorado de España, una de sus ciudades favoritas es Barcelona, donde hace cuatro años abrió un nuevo hotel. El veterano actor forma parte de la compañía hotelera Nobu junto al chef Nobu Matsuhisa y el productor cinematográfico Meir Teper. Con la pandemia muchos hoteles se vieron en la ruina y tuvieron que echar el cierre, como el emblemático Gran Hotel Torre de Catalunya, en Sants Estació, ahora reconvertido en el lujoso Nobu.

Éste no es el primer hijo del trío, antes probaron suerte en Ibiza y en Marbella. Y “abrirá un hotel el primer trimestre de 2026” en San Sebastián y otro en Madrid, en la calle Alcalá. Pero el trío triunfador no va a ciegas, su andadura recorre mucho más de nuestras fronteras. Todo empezó un 1994 en Nueva York, su primera aventura con un restaurante que combinaba la cocina japonesa y peruana. En primer hotel llegó dos décadas más tarde, en 2013, en Las Vegas. Y de allí llegaron 26 más en todo el mundo.
Robert de Dino continúa con su apuesta por España
Para la creación del Nobu Barcelona se ha encargado también un prestigioso estudio de arquitectura e interiorismo situado en el Eixample, Rockwell Group, con sedes en Nueva York, Los Ángeles y Madrid. El equipo ha apostado por el lujo, como debe ser para un hotel de cinco estrellas gran lujo, utilizan materiales desenfadados y orgánicos como la madera, el bambú o la piedra que se fusionan con la sutil artesanía japonesa para crear un retiro relajante y urbano, colorido y vibrante, rompedor y cuidado. "Fue todo un reto conjugar las tres culturas y para ello tratamos cada espacio de forma personalizada", explica Eva Longoria, directora del estudio en Madrid.
La profunda investigación realizada antes del proyecto se percibe desde los ascensores hasta el propio vestíbulo, que no solo recibe a los visitantes, sino que también funciona como un elegante espacio de trabajo compartido y como puente entre el edificio y el dinamismo de la ciudad exterior. Esta conexión se expresa mediante un lenguaje simbólico: un jardín de bambúes, un muro inspirado en los elementos naturales, una puerta Shinto de marcado carácter japonés y piezas artísticas repartidas por todo el espacio. Destacan, por ejemplo, los tejidos peruanos que asoman tras los mostradores de recepción o las instalaciones que flotan sobre el techo de doble altura. La imponente escalera de caracol que enlaza las zonas comunes continúa esta narrativa visual.
Laurence Dubey, directora del hotel, vio como se cerraban las puertas de su sueño cuando llegó la pandemia, ya que el hotel se inauguró en 2021, pero como antesala rodó un tiempo a finales de 2019. "Aprovechamos todo ese tiempo para reforzar el proyecto, hacer cálculos de pruebas y error, innovar...", añade Dubey.
El hotel está compuesto por 259 habitaciones vanguardistas más una suite presidencial de 150 metros cuadrados situada en la planta 22, el edificio tiene 23. El restaurante se ubica en la última planta del hotel, con una panorámica en 360º de toda la ciudad. Las vistas perfectas para degustar clásicos de Nobu como el sashimi de yellowtail (hamachi o pez de cola amarilla) con jalapeños, el bacalao negro con miso o el tartar de toro con caviar.
Dormir una noche en este hotel no es para todos los bolsillos. Una pareja podría desembolsar unos 240 euros la noche, como mínimo.
