Letizia y Telma son dos hermanas que han tenido que afrontar el drama más brutal dentro de una familia: el suicidio de la hermana pequeña Erika con solo 31 años dejando una niña huérfana. Letizia ha sufrido este trance cuando ya era princesa y decidió apartarse de los problemas de su familia de sangre, los Ortiz Rocasolano. La opinión pública no se explica cómo la hija de Erika, Carla Vigo, que sufre una enfermedad mental, no recibe ninguna muestra de apoyo explícito y público de la reina. Algo similar ha pasado con Telma Ortiz. La hermanísima se ha divorciado de su tercer marido, Robert Gavin Bonnar y ha trascendido que la causa de la separación fueron el dinero. La tensión provocada por las ínfulas de grandeza de la pareja, querer estirar más el brazo que la manga y hacerse los ricos sin serlo. No pudieron permitirse un altísimo tren de vida, como una casa en el barrio más caro de España, La Moraleja de Madrid, con un alquiler de 6000 euros mensuales. Fueron desahuciados. Letizia no les ayudó a pesar de que cobra más de 150 mil euros anuales de Zarzuela. La reina recibe 8000 euros mensuales de dinero público y lo tiene todo pagado. Su fortuna va íntegramente a una cuenta corriente privada. Letizia se negó a tapar el agujero económico de Telma y ha preferido que su hermana sea desahuciada de la casa donde vivía con su marido y sus dos hijas: Amanda de 17 años y Erin de 4 años. Letizia no quiere ser la salvadora de su familia de sangre.
La periodista catalana Silvia Taulés tiene acceso directo al entorno de Telma y ha publicado en Vanitatis nuevas revelaciones sobre la tensión económica entre la hermana y el cuñado de Letizia. El abogado irlandés llevaba los temas legales de la banda The Corrs pero perdió esta vía de ingresos al serle infiel a Sharon Corr con Telma. En España no ejerce en los tribunales españoles así que tenía que buscar otras fuentes de ingresos y creyó que la novelita que publicó gracias a su suegro, Jesús Ortiz, lo haría rico. No por su calidad como escritor de ficción aficionado sino por ser el único cuñado del rey Felipe. Robert Gavin Bonnar era familia del rey y creyó que esto pagaría las facturas. Pero no vendió nada. Escribe Taulés: "Todo saltó por los aires por el afán de notoriedad del abogado irlandés. El libro apenas se vendió, aunque Bonnar insistía en que su novela sería un superventas que lo lanzaría al estrellato. El libro se publicó por la amistad de Jesús Ortiz con el editor y se ha retirado es por el mismo motivo: no quieren saber nada de Bonnar, el libro se retira y rescinden el contrato con el abogado". Este hombre dejó una estrella de la música por Un tren más grande: ser el cuñado del rey. Y Telma creía que Robert era más de lo que era.
Taulés: "En la casa de La Moraleja surgieron tensiones que desembocaron en discusiones cada vez más abiertas. La casa costaba casi 6.000 euros al mes y la pareja sufría para asumir los gastos, se mudaron a otra casa, en Alcobendas, más sencilla y por la mitad de precio. Ahora Telma vive entre un apartamento en el mismo municipio —que alquiló tras la separación— y la casa de su padre". Creían que tendrían acceso al Palacio de la Zarzuela y han acabado primero en un piso de Alcobendas, después en un apartamento de soltera y finalmente volviendo a casa del padre y la madrastra con 51 años y una niña de 4 años. La carrera ha sido meteórica, pero cuesta abajo. Letizia no ha movido ni una ceja.