Pilar Eyre se ha ganado a pulso, y por méritos propios, el afecto, reconocimiento y elogios de sus compañeros de profesión y de los muchísimos lectores que tienen sus crónicas azules sobre la familia real en la revista Lecturas o sus imperdibles libros, el último, una maravilla, Cuando éramos ayer. Autora de la exclusiva de la que más se ha hablado los últimos años con respecto a la prensa del corazón, aquella portada descomunal sobre Iñaki Urdangarin paseando de la mano de una rubia que no era su mujer, desde que ella explicó que el exduque de Palma salía con otra mujer que no era la suya, la infanta Cristina, se destapó la caja de los truenos. Esta fue una más de las infinitas exclusivas que sólo ella sabe dar, la que más sabe sobre los miembros de la familia real, a los cuales no duda en retratar cuando se lo merecen. Felipe, Letizia o especialmente Juan Carlos, de quien dijo, después de su última visita a Sanxenxo, que "Que vergüenza me está dando este país. Pensar que nos criticaban en los 90 porque decían que los periodistas éramos cortesanos… pero si éramos el Che Guevara al lado de lo de ahora!", criticando que le rían las gracias a este personaje cada vez que pisa España.

Juan Carlos firmo de la victoria Europa Press
Juan Carlos haciendo la señal de victoria en Sanxenxo / Europa Press

En esta foto tienen el claro ejemplo de una persona que se ríe del resto, de un tipo sin vergüenza que se piensa que el resto han venido a este mundo a rendirle pleitesía, de un caradura sin oficio ni beneficio que no ha pegado un palo al agua y que vive a costa de los demás y encima, se cachondea. Y en esta otra foto tienen el ejemplo contrario, la imagen de una curranta, de una mujer que lleva toda la vida haciendo muy bien su trabajo, que no ha parado de trabajar y escribir, informar y entretener, sacar noticias y escribir libros, Pilar Eyre:

(Alta) Entrevista Pilar Eyre, escritora - Foto: Montse Giralt
Pilar Eyre con su último libro, 'Cuando éramos ayer' / Foto: Montse Giralt

La escritora catalana, feliz como una perdiz, pero al mismo tiempo, exhausta después de haber escrito la novela y llevar tiempo haciendo la promoción, dando entrevistas y charlas o firmando libros, como en el pasado Sant Jordi, que lo petó. Cuando éramos ayer, una historia que nos traslada a la Barcelona de 1968 hasta la de 1992 en plena explosión de las Olimpiadas. 24 años en los que conoceremos a una mujer, 'Silvia Muntaner', en la cual muchos verán rasgos de la autora, y donde seremos testigos de excepción de una ciudad en plena expasión, llena de contrastes, y donde la escritora aborda diferentes cuestiones como la burguesía, el franquismo, el clasismo, el machismo o el sida. Otro éxito incontestable de Pilar Eyre. Este pasado fin de semana ha estado en la Feria del Libro de Las Palmas, un lugar que la ha enamorado, donde la han tratado como lo que se merece y donde incluso alguna lectora agradecida le hizo un sentido regalo:

eyre laso palmas
Pilar Eyre en la Feria del Libro de Las Palmas / Twitter

Eyre, satisfecha, emocionada... y agotada. Porque Eyre lleva un tute considerable. Han sido dos meses de promoción, momentos en los cuales, a pesar de los reconocimientos y las felicitaciones de los lectores y las cifras de ventas, es humano pensar como ella: "¿Sirve de alguna cosa lo que hago?", tal como la misma escritora nos ha confesado. Y la respuesta es que sí, y tanto que sirve. Y de mucho. Porque Eyre no es consciente de lo bien que hace sentir ella a sus lectores con sus palabras, de cómo reconforta coger una novela suya y adentrarse en lo que ella nos explica. Y volviendo de las Islas Canarias hacia Barcelona, se ha dado cuenta de ello. Porque ella misma explica qué ha vivido en el vuelo de vuelta a casa.

Explica que en el vuelo de vuelta de Las Palmas a Barcelona, una de las azafatas de vuelo le llevó una botellita de agua. Con la botella, le llevó una servilleta, como hacen siempre cuando pides alguna cosa de beber o de comer. Ella no se dio cuenta de que la servilleta tenía una nota escrita, sin embargo. No la vio hasta pasada un rato, y no pudo agradecérselo a la azafata. ¿El qué? Un mensaje que la conmovió, tal y como ella misma reconoce: "Hoy me ha pasado algo tan bonito y tan importante! Volviendo de Canarias una azafata me ha dado un botellín de agua. Con esta servilleta y al leerla he tenido unas ganas de llorar abrumadoras". Un mensaje emotivo y sincero de la azafata hacia la escritora: "Me encantan tus libros. Sigue así. M".

La entendemos perfectamente. Como ella nos ha explicado después, "tenía ganas de llorar porque estaba cansada, era medianoche después de más de dos meses de promoción.... y pensaba '¿sirve de algo todo lo que hago?'". Y al ver la nota, Eyre se rompió: "Fue la mejor recompensa... ese elogio anónimo. Fue como si me abrazaran muchas veces". Tiene razón. Los abrazos son necesarios y maravillosos. Pero de vez en cuando, una frase, un gesto, unas palabras en una servilleta, son insuperables. Nos sumamos a lo que decía el mensaje de la servilleta, seguro que Pilar la guardará para siempre como oro en paño, y felicitamos a la azafata 'M' por su humanidad y por haber emocionado a alguien que se lo merece, como Pilar.