Pepe Imaz, extenista profesional y coach de Novak Djokovic, concedió una extensa entrevista en el canal El Director de David Jiménez, donde abordó temas que van mucho más allá del deporte. Su reflexión principal giró en torno a la importancia del aburrimiento, una experiencia que, según él, hemos aprendido a rechazar, pero que resulta esencial para la vida y el crecimiento personal.

Imaz, que desde hace años acompaña al número uno del tenis mundial en su trabajo mental y emocional, explicó que el aburrimiento no debe considerarse una señal negativa, sino un aviso que permite detenerse y mirar hacia dentro. “El aburrimiento es sano. ¿Es agradable? No. Pero gracias a él puedo observarme y entender qué me ocurre”, sostuvo durante la charla.

Pepe Imaz
Pepe Imaz

Para el técnico, el problema radica en que vivimos en un mundo que no tolera el vacío. Las redes sociales, la tecnología y la prisa diaria se convierten en un modo constante de evitar el silencio interior. Esa búsqueda compulsiva de estímulos, asegura, es una de las causas de la ansiedad y el estrés que hoy afectan a gran parte de la población.

“Cuando reniegas del aburrimiento, automáticamente buscas algo que lo sustituya. Puede ser el móvil, el trabajo o cualquier actividad que te mantenga ocupado. Pero al final solo estás huyendo de ti mismo”, explicó.

La trampa de la hiperestimulación

En la conversación, Pepe Imaz vinculó el aburrimiento con el fenómeno de la hiperestimulación tecnológica que afecta sobre todo a los más jóvenes. Los adolescentes, señaló, recurren al móvil y a las redes sociales de forma constante, no porque realmente lo necesiten, sino porque no soportan la idea de sentirse solos o desconectados.

“Hoy parece que aburrirse está mal, que no podemos dejar un espacio vacío para nosotros mismos. Todo tiene que estar ocupado con algo”, señaló. A su juicio, esta dinámica es tan dañina como la de un adulto que trabaja 14 horas al día sin descanso. “Un chaval se refugia en el móvil para huir del aburrimiento; un adulto lo hace en el trabajo. La raíz es la misma: no soportamos el vacío”, advirtió.

Pepe Imaz
Pepe Imaz

El coach describió ese vacío como un “vértigo” que genera ansiedad. En lugar de aprender a vivir con él, buscamos llenarlo con distracciones rápidas, lo que genera dependencia. “Estamos estimulados para vivir en un no parar. Y cuando paramos, aparece la ansiedad”, insistió.

Más allá de la crítica, Imaz propone un cambio de enfoque: dejar de juzgar a la juventud y observar el contexto en el que crecen. “Si yo hubiera nacido hace 15 años, probablemente estaría igual que ellos, con el móvil en la mano. El entorno determina nuestra conducta, y es ahí donde debemos actuar”, explicó.

Educar para aceptar el vacío

La solución, según Pepe Imaz, está en la educación. Igual que se enseña a los niños que el fuego quema o que el exceso de dulces daña la salud, debería enseñárseles que el aburrimiento es una parte natural de la vida. “Cuando sabes lo que significa aburrirse, dejas de verlo como un enemigo. Aprendes a aceptarlo y a nutrirte de él”, señaló.

El extenista considera que el conocimiento es el primer paso, pero que debe ir acompañado de acción. “Primero el conocimiento, después remangarse y trabajar en uno mismo”, resumió. Ese trabajo, afirma, es laborioso, pero imprescindible para construir una vida equilibrada.

El mensaje de Imaz no se limita al mundo del deporte. Su visión apunta a un estilo de vida más consciente, donde aceptar el aburrimiento se convierte en una herramienta para el autoconocimiento y la disciplina personal. Igual que el dolor físico sirve para detectar una lesión, el aburrimiento puede ser una señal de que necesitamos parar y escucharnos.

Pepe Imaz
Pepe Imaz

“Si aprendes a convivir con él, descubres que no es un problema, sino una oportunidad”, insistió. Por eso defiende que tanto en el deporte como en la vida cotidiana el aburrimiento debe verse como un aliado invisible, incómodo pero necesario.

En un tiempo en el que la tecnología ofrece distracciones inmediatas y la inteligencia artificial amenaza con sustituir incluso la reflexión personal, el mensaje de Pepe Imaz resulta contracorriente. “Nos lo dan todo hecho y eso nos hace blandos, incapaces. Por eso es fundamental trabajar la disciplina, igual que con la comida o el entrenamiento físico”, concluyó.