Cada semana se exige más a los concursantes de Operación Triunfo. Ya son cinco los expulsados de esta edición y las nominaciones cada vez son más complicadas para el jurado. A partir de ahora, el mínimo error irá acompañado de la posibilidad de abandonar la Academia y, visto el nivel de los participantes que todavía quedan, no se irá el peor, sino el menos bueno.

Dicho esto, lo más destacado de la gala 6 de OT no salió de la boca de ningún cantante. Las dos noticias más esperadas las dio el presentador, Roberto Leal. La primera, que el sábado 9 de diciembre los chicos saldrán a firmar discos a Barcelona, Madrid y Valencia. La segunda y más importante, que de entre los concursantes de la edición de este año saldrá el representante para Eurovisión 2018.

A priori, el único premio de esta edición eran 100.000 euros para el ganador, pero vistos los buenos resultados del talent show, que se ha consolidado como una opción más que sólida las noches de los lunes y que arrastra un gran seguimiento en las redes sociales, TVE ha decidido dar un aliciente más al programa. La noticia emocionó a los concursantes, que tienen en frente la oportunidad de sus vidas. Seguramente no emocionó tanto a David Civera, que se había postulado públicamente para ser el próximo representante.

La expulsión más ajustada

Ricky se convirtió en el quinto expulsado a pesar de ofrecer el número más espectacular de la noche. Let me entertain you fue la primera interpretación de la gala, pero el participante más veterano, consciente de que podía ser su última actuación, puso toda la carne en el asador. "Señoras y señores, si esto es el final, ha sido un placer", decía en medio de una performance cargada de energía dónde recorrió el plató entero. Vale la pena verla.

La audiencia decidió salvar a Cepeda con el 53% de los votos, que con Quién de Pablo Alborán no estuvo a la altura de la espectacularidad y la emoción de su compañero. Una actuación que no lo salvó de la nominación, ya que él y Mireya son los nuevos candidatos para abandonar a la Academia la semana que viene.

Actuaciones correctas... pero no perfectas.

Durante el mes y medio que llevamos de programa se han vivido actuaciones y momentos memorables. En la última gala, la noticia de Eurovisión eclipsó casi todas las actuaciones. La mayoría de ellas correcta, a pesar de que por matices, no perfectas. También es cierto que no hubo ninguna intervención desastrosa. La exigencia y el nivel, cada vez van a más.

Teniendo en cuenta estas imperfecciones, hay que destacar el Quédate conmigo de Nerea, que llenó el escenario con una gran carga emocional y con la presión añadida de tener in situ la autora de la canción, Pastora Soler.

Sigue la dictadura de los favoritos

Alfred y Amaia. Amaia o Alfred. Cada vez parece más evidente que uno de los dos se convertirá en el ganador del programa. Amaia tenía todo un reto con So what de Pink. Una canción que requiere de una gran puesta en escena y energía. Energía que le faltó al final, donde se quedó sin aire. A pesar de ofrecer un número muy por encima de lo que mostró dentro de la Academia, el jurado estaba decidido a nominarla... pero fue la preferida del público. Salvada por la campana.

Por otra parte, Agoney y Alfred viajaron en el tiempo para convertirse en dos crooners dignos de Frank Sinatra. Con Lady is a tramp, el canario se repuso de la mala actuación de la semana pasada y destacó por encima de su compañero, que fue nuevamente escogido como uno de los tres favoritos.

OT se consolida

Operación Triunfo sigue en crecimiento moderado por cuarta semana consecutiva. Con un 17,8% de share y más de dos millones de espectadores, se consolida como uno de los programas más destacados de los lunes. ¿Con el nuevo aliciente de Eurovisión todavía subirá más? La próxima gala tendremos la respuesta.