Uno de los rostros televisivos más famosos de las últimas décadas es sin duda este:

El del calvo de la Lotería, el hombre sin pelo vestido de negro que las semanas antes de acabar el año, para calentar motores de cara al sorteo de la 'Lotería de Navidad', iba por las calles y miraba fijamente a cámara soplando la mano y haciendo posibles todos los sueños de los españoles, en caso de que fueran los afortunados con el premio gordo. Un hombre que se hizo un hueco en el imaginario colectivo de todo un país, y que curiosamente, no era español. El hombre escogido para protagonizar estos anuncios era Clive Arrindell, nacido en Trinidad y Tobago, y formado como actor en Londres.

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El calvo de la Lotería, Clive Arrindell

Después de desarrollar una carrera teatral en el Reino Unido, este actor de voz grave y mirada intensa, encontró en España su éxito inesperado, siendo durante una década el símbolo televisivo de la ilusión navideña. Entre 1998 y 2005, interpretó a este misterioso personaje de uno de los anuncios más importantes del año, donde soplaba "magia" mientras se escuchaban frases como "El mayor premio es compartirlo". Tenía 48 años cuando comenzó a ser la cara visible de los anuncios de la Lotería, spots que protagonizó hasta 2005 haciendo que tocara de cerca la fama o la popularidad, aunque no lo tenía previsto: "Me había rapado la cabeza por un trabajo que hacía en el teatro y era el único calvo en las pruebas, así que destaqué". Pues ahora, semanas antes de un nuevo sorteo de la Lotería, se ha sabido que Arrindell falleció el verano pasado, el verano de 2024. Una muerte que ha pasado desapercibida en nuestro país hasta que un lotero murciano, Miguel Ángel Zapata, la ha dado a conocer. El propietario de la administración 'El Perolo' de San Pedro del Pinatar explica que conoció su muerte durante la preparación de su proyecto cultural sobre el azar 'La Ruta de la Suerte': "Empecé a buscarlo como haría cualquiera, por Google. Pero no encontraba nada sobre su vida reciente".

Investigación que acabó con dos referencias oficiales que confirmaban la muerte del actor, un in memoriam publicado por UK Theatre y un homenaje del colegio británico Old Augustinians. Posteriormente, una carta de un amigo corroboró que había muerto "de forma repentina" aquel verano. "Fue la persona que más ilusión repartió en España. Aquí sigue vivo, porque la ilusión es algo que nunca muere". Un final triste para un hombre que sufrió muchas desgracias en vida, y es que sus padres murieron con muy poco tiempo de diferencia entre uno y otro. Y mientras todavía los lloraba, un sobrino y una sobrina suyos murieron de manera trágica: cuando hacía poco que habían superado los treinta años y por culpa de enfermedades mentales. Descanse en paz.