Miley Cyrus, más allá de su imagen rebelde popularizada con éxitos como “Wrecking Ball” y su papel emblemático como estrella adolescente de Disney en Hannah Montana, ha protagonizado una transformación sorprendente. La artista, que en su juventud representaba una inocencia palpable, hoy se presenta completamente renovada. Su estilo ha dado un giro de 180 grados, apostando por un glamour teatral que la sitúa a medio camino entre diva de alta costura y musa futurista. Desde los archivos de Mugler hasta piezas icónicas de Bob Mackie, Cyrus ha transformado cada aparición pública en un desfile personal que genera titulares… y miles de comentarios que coinciden en algo: “No parece ella”.

En su emblemática presentación en Maxim’s, París, para celebrar su entrada al codiciado Spotify Billions Club, Miley Cyrus trascendió los límites de la metamorfosis artística con una puesta en escena absolutamente deslumbrante. Ataviada con seis atuendos de archivo cuidadosamente seleccionados, la cantante se transformó en un auténtico fenómeno visual, dejando al público en estado de asombro. Según confesó su estilista Bradley Kenneth, el propósito era ir más allá de las expectativas: deconstruir la imagen habitual de Miley y refundarla como una figura casi mitológica, poderosa y etérea a la vez. El repertorio de la noche fusionó corsés de autor realizados por Mr. Pearl, siluetas inspiradas en las míticas “Les Amazones” de Mugler y vestidos extraídos de colecciones legendarias de haute couture, posicionando a Cyrus como una musa que desafía y reinventa los cánones de la moda contemporánea.

Looks de alta costura que redefinen el estilo de Miley Cyrus

Entre los atuendos más comentados, destacó un minivestido de cristales de Thierry Mugler de la colección de alta costura otoño 1992/93, cuyo diseño parecía esculpido en hielo, acompañado de guantes de ópera y tacones de plataforma. Este look contrastó con un conjunto teatral de Bob Mackie, compuesto por una blusa translúcida con hilos dorados ondulados y pantalones anchos, evocando la estética del Maxim’s y recordando una pintura viviente de Erté.

El impacto no quedó ahí. Cyrus también lució un vestido rojo translúcido de Maison Margiela, diseñado por John Galliano, con estampado de leopardo y costuras visibles, un slip dress mostaza minimalista de Saint Laurent y un conjunto inédito de Jean Paul Gaultier que fusionaba capas, bordados y dramatismo. Cada uno de estos cambios estilísticos reforzó la narrativa de su nuevo álbum Something Beautiful, donde la moda no es un complemento, sino una extensión artística de su música.

El público dividido: admiración, críticas y teorías sobre su cambio

Si bien muchos celebran este “renacimiento glamuroso”, otros seguidores y detractores aseguran que Miley Cyrus está irreconocible. En redes sociales, los comentarios van desde elogios como “una verdadera diosa contemporánea” hasta críticas que cuestionan su autenticidad: “¿Dónde quedó la Miley auténtica?”, “Esto parece un personaje, no la cantante que conocíamos”. Las comparaciones con íconos como Madonna en sus años de reinvención y Lady Gaga en su era más “performática” han sido inevitables.

Para algunos expertos en moda, este giro es parte de una estrategia calculada: reposicionar a Miley como una figura de culto, capaz de conquistar tanto los escenarios musicales como las primeras filas de la alta costura. Pese a las críticas, el impacto es incuestionable: Miley Cyrus ha captado la atención global y su presentación en París, ahora disponible en streaming en Spotify, confirma que su estilo ha alcanzado un protagonismo equivalente al de su música.