Este martes ha vuelto por la puerta grande una nueva edición de Masterchef. El programa culinario de TVE ha iniciado la segunda temporada de su versión celebrity, con famosas caras televisivas como concursantes.

Silvia Abril, José Corbacho, Carlos Baute, Anabel Alonso, Edu Soto o Juan Betancourt protagonizaron los momentos más divertidos, aunque los jueces calificaron esta inauguración de los fogones como el estreno "más caótico" de todas.

Eva González dio el pistoletazo de salida de un programa que empezó con la introducción de los 12 concursantes. Unas primeras palabras en las que se dejaron los primeros titulares, como el modelo cubano Juan Betancourt asegurando que aprovecharía que se le dan bien las mujeres para conquistar a Samantha Vállejo-Nájera, teniendo uno de los jueces de su lado. Y es que no tardó ni 10 minutos al preguntarle si estaba soltero.

Pronto llegó la primera prueba. Los concursantes se encontraban con una caja misteriosa con un chupete dentro, teniendo que preparar dos papillas. Los jueces en esta ocasión fueron unos bebés que no tuvieron ninguna vergüenza al rechazar según qué platos.

La actriz Patricia Montero y José Corbacho se convirtieron en los finalistas de la prueba, deleitando a los pequeños comensales con sus propuestas. El jurado finalmente escogió a la humorista como ganador, teniendo la oportunidad de dar los 4.000€ de premio a la ONG con la que adoptó a su hijo.

Así, los dos se convirtieron en los capitanes de los equipos en la segunda prueba. Los aspirantes viajaron hasta Fuerteventura para someterse al primer gran reto: dar de comer a 80 personas del mundo del kitesurf.

Con Patricia como capitana del equipo azul, tuvieron que hacer una barbacoa de pescado; ante la de carne que hicieron el equipo rojo de Corbacho. La mala organización era evidente, y los resultados nada satisfactorios. Con toda la cocina sucia, y el estrés y el sufrimiento como sentimientos predominantes, los jueces tuvieron que ayudarlos a sacar adelante una prueba caótica y desastrosa.

Anabel Alonso fue una de las protagonistas, al no acabar ninguna de las tareas encargadas y desquiciar a los miembros de su equipo con sus gritos. Todo un despropósito que no ayudó a mejorar los platos.

El resultado no convenció a los invitados, pero todavía menos a los jueces. Jordi Cruz, Pepe y Samantha coincidían en qué tenían que abroncar a todos los concursantes ante este desastre. Dándoles los delantales negros para enviarlos directamente a la prueba de eliminación, sólo se salvaron Silvia Abril y Edu Soto, que demostraron cordura ante tal locura.

A la última y definitiva prueba los concursantes se jugaban continuar o no en el concurso. Y el reto fue cocinar un plato de pescado. Los momentos divertidos no faltaron, como tampoco algunos cortes en los concursantes. Y del pescado, a hacer unos postres. El plato de Corbacho volvió a ser el más aplaudido, no como el de la colaboradora de El Intermedio, Usun Yoon, que se convirtió en la primera expulsada del concurso.

El estreno no ofreció unos apetitosos platos, y los concursantes sufrieron de lo lindo ante las críticas de los jueces; pero el humor estuvo bien presente desde un principio.

El programa compitió directamente con la primera gala de Gran Hermano, consiguiendo el programa culinario el 18,9% de la audiencia ante el 16,2% de Telecinco. ¿Cómo irán las siguientes entregas?